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Wooyoung se movía por el vestuario errático. El resto de miembros le observaban sin saber bien como calmarlo.

Estaban a diez minutos de subir y presentar el primer stage de su comeback. Por mucho que lo hubiera vivido varias veces, Wooyoung sentía los nervios a flor de piel como la primigenia. El miedo al error era algo a lo que le costaría acostumbrarse.

Yunho y Mingi hacían bromas tontas para intentar serenarle, pero estaba en un estado tan eufórico que apenas lograba escucharlo.

San quería hacer algo al respecto. Se abstuvo, para no ser más obvio de lo que los dos resultaban de por sí.

—Wooyoung.— llamó Mingi.

El nombrado trastabilleó con sus propios pies, recuperando el equilibrio antes de caer de bruces al suelo.

—Apuesto diez a que la próxima se la pega.— bromeó Yunho.

—Apuesto veinte a que se cae entrando al escenario.— Le secundó Mingi

—¡No tiene gracia!— protestó con su voz notablemente tambaleante.

La dupla río, más en ternura que en burla.

—Ya Woo. Relájate, todo va a salir bien.

—Ui, fijate que creo que ya estoy más tranquilo.— satírizó, rodando los ojos en dirección a Mingi.

Hongjoong le reprochó con la mirada a través del espejo, entre el maquillaje que le aplicaba la estilista.

—Wooyoung.— habló la chica, deteniendo su cometido.— Tráeme unos accesorios para cabello.  Están en la cabina de la izquierda.

Necesitaba un momento de tranquilidad y era más que notable, así que la chica pensó que sería buena idea que se moviera por otra sala diferente con el fin de distraer su mente.

El pelinegro asintió frenético y se dirigió allí como un autómata. Contaba su respiración por cada paso. Inhalar, exhalar... No era tan complicado, pero sentía los pulmones encharcados en una ansiedad insana.

Su aroma gritaba amargura y nerviosismo a partes iguales, resultando perceptible para cualquiera. Las personas que se cruzaban por su camino, le observaban consternados. Wooyoung iba tan inmerso en su propia bruma que a penas se dió cuenta de la inestabilidad de sus pasos.

Atravesó la puerta con un letrero que su frenetismo no le permitió leer. Una vez en la sala, oscura y silenciosa, pudo respirar de nuevo. Escuchó el eco de su propio respirar, la calma aún sin intención de aparecer.

Rebuscó entre la cantidad ingente de cajas del lugar. Estaba repleto de accesorios y vestuario que siquiera sabía de quién era. Supuso que compartían el pequeño desván provisional con distintos grupos.

Sus manos temblaron, a punto de tirar una de las pequeñas cajas que reposaba sobre una mesa.

Estaba jodido. Si salía así al escenario todo saldría mal.

Al borde de montar un escándalo con los objetos de la bendita caja, sintió como unos brazos le rodearon. No se percató antes del aroma que comenzó a envolver la sala, dulce y relajado, uno que conocía a la perfección.

San no dijo nada, solo evitó el desastre con su simple presencia. Envolvió el cuerpo ajeno, apoyando la barbilla en el hombro del más bajo. Inhaló como si intentara tragar todo aquel nerviosismo que Wooyoung no podía cargar por sí mismo.

—Wooyounggie, tranquilo, todo va a salir bien.

El tono sosegado de sus palabras consiguió relajarle, conjunto las feromonas que liberó.

Recesivo [Sanwoo/ Woosan]Onde histórias criam vida. Descubra agora