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Wooyoung era débil. Aceptó ser novio de San despues de tener sexo. ¿¡En que demonios estaba pensando!?

Se despertó por la mañana con el gran peso de la realidad cayendo sobre sus hombros. San dormía plácidamente junto a él, lo supo por la forma en que su pecho subía y bajaba con tranquilidad contra su espalda desnuda.

San se encargó de cuidarlo después de hacerlo, porque sus piernas desistieron en algún punto. Le lavó y secó, asegurándose de que ambos estuvieran limpios antes de volver a introducirse en la destartalada cama.

Fue todo un caballero, pero Wooyoung no pudo evitar plantearse si la había cagado. ¿En que momento aceptó salir con San? Ni siquiera tuvo tiempo de procesar sus propios sentimientos antes de aceptar. Su omega le dominó por completo y, aunque recordaba a la perfección la conversación que mantuvieron, pensó que se había dejado llevar por su celo.

No estaba preparado para una relación. No lo estaría nunca, para ser sinceros. No quería dañar a San y era lo único que conseguía con la gente a su alrededor.

Entró en pánico.

Intentó guardar la calma cuando se sentó despacio en el colchón. No quería despertar a San, aún tenía la opción de huir.

Ahogó un quejido ante el dolor que le recorrió la espalda.

Maldito San y maldito inventor del sexo.

Se detuvo a analizar la habitación. Obviamente Yeosang no estaba y su cama seguía intacta del día anterior. Agradeció internamente al San cuerdo de anoche que fue capaz de poner el cerrojo a la puerta. Si fuera por él podría venir hasta el mismísimo papa de roma que poco le hubiera importado.

Recordó que ese era su día libre. Lo cual le alegró porque no podría moverse en toda la semana y no estaba dispuesto a afrontar los ensayos con su cuerpo adolorido.

Observó a San dormir plácidamente, con los labios entreabiertos, buscando entre sueños el contacto con el cuerpo de Wooyoung que le había arrebatado. Se veía realmente tierno para lo endemoniado que era.

Por un momento, le tentó volver a tumbarse y fingir seguir dormido. Los brazos de San le hacían demasiado bien para su propia salud mental.

Se obligó a apartar el pensamiento, volviendo a entrar en pánico. ¿Había aceptado salir con San?

Bien, esas últimas semanas estaba más cariñoso que de costumbre, incluso con el dichoso alfa. Trató de no darle demasiada importancia y fingir que no le alegraba tener su atención.

Maldita sea, deseaba que San se fijará en él más que en nadie. No debió sentirse tan feliz al pensar que era el único que podía ver a San durmiendo tan plácidamente a su lado.

¿La había cagado? Aún lo estaba decidiendo, pero se contradecía solo.

San entre abrió los ojos a tiempo de ver su autodestrucción interna. Le miró con la sonrisa más brillante que vio jamás, aún tratando de despegar sus párpados.

Acarició su pierna desnuda con delicadeza, consiguiendo disipar cualquier pensamiento que cruzara por su mente.

—Wooyounggie.— fue su manera de dar los buenos días.

Wooyoung se quedó estático en su sitio. Perdió la oportunidad de huir. La tranquilidad en las feromonas de San le invitó a calmarse, pero su propia consciencia le martirizaba para que huyera lo antes posible.

Su rostro delataba la gran preocupación que intentaba ocultar, cosa que San notó enseguida. Se sentó junto a él en la cama con una mueca de cejas fruncidas.

Recesivo [Sanwoo/ Woosan]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin