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Wooyoung era débil pero sobre todo desconfiado. Aceptó ser pareja de San y no se arrepentía, no del todo, porque San le cuidaba aún más, si cabía, desde entonces.

Era tan atento como siempre, con la diferencia de que ahora Wooyoung le permitía ser extremadamente cariñoso.

Aún se mostraba reticente ante ese tipo de actos. No sabía cómo afrontar los cumplidos o la verborrea melosa de su mayor, ni de nadie en general.

Temía que San se alejara de él en cuanto pasaran suficiente tiempo juntos como para cansarse. Entonces, cuando se notaba decaído, San le preguntaba y le aseguraba que eso no sucedería nunca, al final se enamoró del Wooyoung que conoció, el arisco y asuqeado por la vida, igual que estaba enamorado del Wooyoung que aceptaba sus caricias y dormía abrazado junto él en la noche.

—No me improta si cambias. Me gustabas antes, me gustas ahora y me gustarás más tarde.— afirmó repitiendo las palabras que alguna vez dijo, una noche en la que Wooyoung se veía realmente preocupado.

Ese día se permitió sentirse querido, otros, le resultaba de lo más difícil.

San se encargaba de hacerle un menojo de nervios cada que estaban solos. No podía decir que le molestaba, más bien todo lo contrario, así que decidía no quejarse.

Como cuando San cenaba en su habitación y, después de una charla de cualquier cosa, aprovechaba para besarlo durante horas. A veces no hacían más que tumbarse en la cama y acariciarse pausadamente. Otras veces, el tono de la situación escalaba demasiado rápido y Wooyoung acababa por tentarlo para que le tocara como quisiera. Claro que nunca llegaban a pasar de los roces desesperados, porque San se detenía a sí mismo antes de hacer un desastre de él. Wooyoung había descubierto que hacerle perder el control era su nuevo deporte favorito.

Otras veces San era el descarado. Aprovechaba cualquier oportunidad para apretar su culo y Wooyoung se limitaba a dar un respingo, apartar su mano de un manotazo y quejarse durante los minutos siguientes.

Como aquella vez en un special stage, antes de subir al escenario. Las estilistas mandaron a Wooyoung a coger una caja de utensilios de la habitación contigua y San lo siguió con la excusa de ayudarle. Claro que no ayudó en nada porque prefirió juguetear inocentemente con el elástico de su ropa de show y apretar las caderas contra su cuerpo.

Otras veces, San le daba pequeños besos cariñosos antes de subir al escenario en un intento de animarlo. O aprovechaban estar solos en el salón del departamento para ver una película de terror muy juntitos. Más que nada por culpa del alfa, que era terriblemente miedoso para sacarle dos cuerpos. San abrazaba su brazo sin querer soltarle y le aplastaba la mitad del torso sin darse cuenta pero, no se quejaba, menos cuando la circulación dejaba de llegar a sus manos y comenzaba a preocuparse.

Wooyoung empezó a tener celos irregulares tras las noches con San, como alguna vez sucedió en el pasado con su simple cercanía.

El alfa insistía en pasarlos juntos pero se negaba rotundamente. Así que sufría por el periodo corto que durasen. San se encargaba de dejarle lo que necesitara para sus nidos y, pasado el efecto del celo, le llenaba de abrazos impregnando su aroma en él.

Debía admitir que le relajaba. Le gustaba que San dejara su olor achocolatado en él. Su omega se emocionaba, aunque, era un contratiempo cuando el resto podían olerlo.

Los siguientes dias Yeosang no paró de quejarse del aroma a San que apestaba la habitación. Wooyoung se excusaba diciendo que solo habían cenado juntos.

Claro que Yeosang no le creía. Hacía comentarios fuera de lugar. Algunos que le invitaban a cerrarse dentro de si mismo como antiguamente. Por suerte, con la ayuda de San, y la indirecta de los chicos, conseguía volver a salir de su escondite y encontrar en las palabras del mayor los cumplidos.

Recesivo [Sanwoo/ Woosan]Where stories live. Discover now