Recesivo [Sanwoo/ Woosan]

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❗TW❗- Contenido sexual explícito. Mucho más de lo que he escrito en anteriores capítulos.

Si no te gusta este tipo de contenido puede saltarte este capítulo (se mencionan los puntos importantes que ocurren en el siguiente)

Gracias por leer ♡

Las pinceladas del sol mañanero se filtraban por las persianas de la habitación de Wooyoung irriadiando un color vivo a cada objeto que la conformaba.

No había rastro de Yeosnag, como ya era costumbre, pero si de lo pájaros cantarines que bien podían asemejarse un poco.

Wooyoung fue el primero en despertarse, recordando lo sucedido el día anterior con una sonrisa en el rostro.

Observó a San dormir plácidamente con su rostro angelical y sereno, que le invitaba a conciliar el sueño de nuevo entre sus brazos.

Disfrutó del aroma achocolatado que envolvía la habitación, sus sábanas, su ropa; como también disfrutó los ojos entreabiertos de San cuando despertó, que evitaban el sol dolorosamente.

—Buenos días bonito.

—Buenos días.— dejó de observarlo para volver a la seguridad de su pecho. San acarició sus cabellos con la lentitud propia del recién despertar.

—¿Te lo pasaste bien ayer?— su voz sonaba algo más ronca por la mañana.

—¿Vas a preguntarme lo mismo diez veces?— río volviendo a salir del escondite entre sus brazos para dedicarle la mejor de sus sonrisas.— San, lo disfruté muchísimo. Me gustó mucho conocer a esos niños, a tu familia.

San sonrió ante la elección de palabras. Estaba completamente engatusado por la forma en la que Wooyoung pudo integrarse a todos como si fuera uno más, amándolos tanto como lo hacía él mismo. Aquello solo hacía de Wooyoung un novio diez veces más perfecto de lo que era de por sí.

El alfa agarró sus mofletes arrugados por la sonrisa y lo acercó a su rostro para depositar un beso. Sus narices rozaron provocándole cosquillas y, antes de darse cuenta, iniciaron una pequeña guerra de caricias y besos desinteresados.

Ambos huían de los labios contrarios, en busca de ser ellos quienes los besaran primero.

Wooyoung río bajo San cuando el alfa se cansó de batallar y, de un tirón en su nuca, los unió a ambos para no volverse a separar.

Disfrutaron del aliento ajeno chocando en el labio propio y los pequeños suspiros que les arrebataba el contacto de sus belfos.

Wooyoung fue el impaciente está vez, agarrando el rostro de San y acabando por unirlos en un beso necesitado. A través de los chasquidos huemdos percibió como las manos de su alfa recorrían su cuerpo juguetonas, dando un último apretón donde la espalda peirde su nombre. Wooyoung dejó escapar un suspiro al sentir las grandes manos amasandole a placer.