Capítulo 52

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Lando estaba apoyado en la pared mientras que yo ponía las dos pruebas apoyadas en los lavamanos. Me acerqué a donde estaba y me puse a su lado.

- Son cincos minutos - dijo Lando cuando apoyé mi cabeza en su brazo.

- Vas a ver que sale negativo - dije y lo miré-

- ¿Y si sale positivo? - preguntó Lando.

- Pues espero que no quiera ser piloto de fórmula 1 - dije y Lando sonrió.

- Eso si que no me lo esperaba - dijo Lando y pasó su brazo por detrás de mi y me abrazó.

- Es que ya contigo sufro... - dije y Lando me dio un beso en la cabeza.

- Lo siento, pero es que no sabes la adrenalina que me da - dijo y sonrió.

- De todas formas, hemos tenido muchísima precaución - dije.

- Menos la última vez - dijo Lando.

- ¿En mi casa? - pregunté.

- Sí, yo no me acuerdo de ponerme nada - dijo Lando.

- ¿Se te subieron la cervezas? - pregunté.

- Y otras cosas pero bueno - dijo Lando y comenzamos a reírnos.

Sonó el cronómetro del móvil de Lando y cada uno cogió una prueba. Dimos la vuelta.

- Negativo - dije.

- Negativo - dijo Lando y ambos gritamos y nos abrazamos.

- MADRE MÍA - dije tirando las pruebas a la basura.

Salimos del baño, dejé las llaves al señor y nos fuimos hasta mi casa.

- Menos mal que ha sido negativo - dijo Lando cuando nos subimos al coche.

- Por lo que se ve, sólo ha sido un pequeño retraso de mi regla - dije y lo miré.

- Pues que no se retrase mucho - dijo Lando.

- Aunque, he comprado esto - dije sacando la caja de condones.

- ¿Tenemos tiempo? - preguntó Lando.

Cogí el teléfono y llamé a mi padre.

- Papá - dije cuando lo cogimos.

- ¿Estáis bien? - preguntó mi padre.

- Se ha caído un árbol cuando estábamos de camino a casa y van a tardar un poco en que lo quiten - dije.

- Vale, no pasa nada. Estamos tomando algo y esperamos por ustedes. Tened cuidado que está empezando a llover cada vez más - dijo mi padre.

- Sí, Lando conduce - dije.

- Lando, recuerda poner neumáticos de agua - dijo mi padre y colgó.

- Meteté por ahí - dije y Lando entró a un pequeño camino. Aparcó donde no se nos pudiera ver.

Con el suave tintineo de las gotas de lluvia golpeando el techo del coche, nos fuimos hacia la parte trasera del coche. Con manos ansiosas, Lando desabrochó lentamente los botones de su camisa, revelando la piel cálida y tentadora debajo. Poco a poco nos fuimos quitando la ropa hasta quedarnos desnudos y de poder disfrutar nuestro cuerpo. Con las ventanas empañadas por el vapor, el mundo exterior se desvaneció, dejando solo la conexión palpable en el aire.

La lluvia fuera solo intensificaba nuestro deseo, convirtiendo cada roce en un momento de electricidad cargada. Con risas nerviosas y miradas cargadas de deseo, nos dejamos llevar por la pasión del momento.

Tenemos un pacto / Lando NorrisWhere stories live. Discover now