Isabella Dennis, hija de uno de los hombres más ricos de Reino Unido, estudiante de un máster de Marketing y publicidad debido a que es una de las herederas de la mayor cadena de hoteles de Europa e hija del dueño de McLaren. Una chica fuera de los...
Cuando quise reacccionar a lo que me ha dicho él ya estaba subiéndose al coche, mi hermana se giró y al verme vino corriendo a donde estaba. - ¿Todo bien? - preguntó mientras que me tocaba el pelo. - Sí, lo único que Lando me recoge esta noche para una cena y me dijo que fuese formal. - ¿Los dos solos? -preguntó extrañada. - No me ha dicho nada más y viendo lo lujos que hay en esta ciudad, da igual donde me vaya a llevar porque no tengo nada de ropa para la ocasión. - No te preocupes, nos iremos de compras y a mamá le va a encantar la idea - dijo Val dando pequeños saltos. Una de las cosas que más le gustaba hacer en el muerdo a Val, era ir de compras. Se podría pasar horas y horas probándose ropa y no se cansaría nunca porque ella era así de especial. Lo había sacado de mi madre, a ambas siempre le habías gustado organizar fiestas o comidas para poder ponerse sus mejores galas y dejar a todo el mundo con la boca abierta con sus vestidos. - ¿Qué ha pasado? - preguntó mi madre cuando nos acercamos a ella. - Lando la ha invitado a una cena y tiene que ir formal - dijo Val. - Por lo menos no es a conocer a sus padres - dije y ambas comenzaron a reírse. - Siempre tan tú - dijo mi madre mientras que nos daba las tarjetas de las habitaciones donde nos íbamos a alojar. - Pues, no esperemos más que se nos echa el tiempo encima y hay que hacer mil cosas - dijo mi hermana. Salimos nuevamente del hotel, no me dio tiempo de pasar por la habitación. Nos subimos al coche y comenzamos a ir tienda por tienda en busca de looks que quedasen perfectos no solo para la cena, si no también, para la fiesta que iba a organizar en el hotel para inaugurarlo. Eran las seis de la tarde cuando llegamos nuevamente al hotel, la verdad es que no me apetecía nada salir porque Val se había encargado de gastarme toda la batería que tenía en ir de un lado a otro. - Espera que te ayudo - dijo mi hermana cuando subía a mi habitación. - ¿Segura? - pregunté. - Muy segura, quiero que a donde sea que vayas los dejes impresionados, hay que dejar el legado muy alto - dijo Val. - Gracias - dije. Entramos a mi habitación y mientras que yo me encargué de ducharme y secarme el pelo para que estuviese perfecto, Val me esperó con el modelito perfecto para la ocasión.
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- Madre mía - dijo mi hermana cuando estaba lista. - ¿Voy bien? - pregunté mientras que me miraba en el espejo. - Vas increíble, si fuese hombre esta noche no saldrías de mi cama - dijo Val y comenzó a reírse. - Madre mía Val que brusca eres - dije mirándola. - Sólo digo lo que pienso - dijo Val mientras que me daba la chaqueta. Dos minutos después Lando me llamaba para que bajase que estaba apunto de llegar. - Vas triunfar - dijo Val mientras bajábamos hacia el hall del hotel. - Tampoco es para tanto - dije. - Vas a ver. Esperamos a Lando por fuera el hotel, y no tardó en llegar. - Por lo menos eres puntual - gritó Val cuando se bajaba del coche para abrirme la puerta. A mirar a Lando sonrió al verme y se mordió el labio inferior. - Siempre puntual, ¿ nos vamos? - preguntó abriendo la puerta. - Adiós Val - dije. - ¿Está todo dentro? - preguntó Landó y levanté la ceja -. El vestido digo.
