Isabella Dennis, hija de uno de los hombres más ricos de Reino Unido, estudiante de un máster de Marketing y publicidad debido a que es una de las herederas de la mayor cadena de hoteles de Europa e hija del dueño de McLaren. Una chica fuera de los...
Seguimos hablando emocionados de como se enteraron, cuando tocaron la puerta. Salí de la cocina y fui directa a la puerta, se empezab a notar un poco el frío.
- Hola - dijeron al abrir la puerta y se me abrieron los ojos.
- Hola, parece que has visto un fantasma - dijo Lando y estaba toda su familia.
- No te esperaba. Perdón, pasad que hace frío - dije y me alejé de la puerta para que pudieran pasar.
Habían venido no solo los padres , si no también sus hermanos y sus increíbles sobrinas. Me saludaron y Lando esperó para darnos un abrazo.
- ¿No sabías que veníamos? - preguntó Lando.
- No, mis padres no me habían dicho nada - dije aún abrazados.
- Pues...feliz navidad - dijo Lando y sacó una pequeña cajita del bolsillo de la chaqueta.
- ¿Y eso? - pregunté.
- Un pequeño regalo, que fue tu cumpleaños y no me habías dicho nada - dijo Lando.
- Lan, mi cumpleaños fue en octubre - dije y lo miré y tenía una sonrisa súper bonita y sus ojos tenían un brillo especial.
- Ya lo sé y no me lo habías dicho. Es un pequeño detalle.
Al abrir la caja, había un collar con dos pequeños círculos juntos.
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(Ese collar)
- Yo también lo tengo - dijo Lando mostrándomelo.
- ¿Y eso? - dije mientras que Lando me lo colocaba.
- Ya sabemos que esto no va a ningún lado pero te has convertido en una persona muy especial para mí, las conversaciones que he tenido contigo no las he tenido con nadie, y la forma en la que me apoyas... - dijo Lando y lo abracé.
Sabía que esto se iba a acabar, y no quería fastidiarlo todo. Tenía miedo de que cuando empezara a trabajar en el equipo la relación no fuese la misma. Dejando atrás los sentimientos, ambos sabíamos que no podíamos estar juntos. Éramos totalmente incompatibles y ninguno era lo que buscaba en una relación. O eso queríamos pensar sabiendo que todo era mentira y que ninguno quería decir lo que sentía.
- Hola Lando- dijo apareciendo mi padre.
- Jefe - dijo Lando y se dieron la mano.
- Me alegro que hayáis venido, después de todo lo que hemos pasado esta mitad de temporada - dijo mi padre y comenzaron a caminar hacia el salón.
- ¿Todo bien? - preguntó Val.
- Sí, todo bien - dije y le sonreí.
- ¿Por qué pienso que es todo lo contrario? - preguntó Val.
- ¿Por qué los dices? - pregunté y la miré.
- Porque parece que estáis hecho el uno para el otro pero sois tan idiotas que no queréis verlo - dijo Val.
- Val, deja de fliparlo. Sabes que Lando no es para nada mi tipo.
- Mira eso se lo dices a tu yo del pasado, pero todos sabemos que Lando te ha cambiado la forma de ver la vida. Puede que incluso que te puedes llegar a estar enamorando de él.
Justo en el momento que iba a contestar a Val apareció una de las sobrinas de Lando para que la acompañase a jugar con algunas cosas que habían traído para que estuviese entretenida. Me senté en el suelo con ella en el salón donde estaban todos y me puse a jugar con ella como si tuviese la misma edad. Lando se juntó a jugar con nosotras mientras que los demás iban a ayudar a mi madre a terminar de colocar la mesa.
- Es tan mona - dije mientras que le tocaba el pelo y Lando estaba apoyado sobre uno de sus brazos y jugaba con ella.
- Es un trasto a veces, pero sí es preciosa - dijo Lando y apoyó su cabeza sobre uno de mis muslos y comencé a acariciar el pelo.
- Chicos, vamos a cenar - dijo apareciendo la cuñada de Lando mientras que cogía a la pequeña.
- Vale - dijimos los dos.
Nos quedamos mirándonos mientras que los ojos de Lando brillaban. Mer acerqué más a Lando y nos quedamos a muy pocos centímetros. Lando comenzó a acariciar la mejilla mientras que mi pelo se iba resbalando cubriéndonos a ambos. Lando dió el paso de juntar nuestros labios, era un beso totalmente diferente a los que habíamos tenido. Era la primera vez que sentía que algo dentro de mi se movía y que no sabía lo que estaba pasando. El tacto de los labios de Lando hacía que no pudiera parar de besarlos.
- Nos están esperando - dije separándome de él.
- Ya no me acordaba.
Se levantó y estiró sus brazos para poder sujetar sus manos y levantarme del suelo. Pasó el brazo por encima de mis hombros y caminamos hasta el salón donde mi padre y Adam no paraban de cantar y nuestras madres no paraban de bailar mientras colocaban la mesa. Val estaba inmortalizando el momento mientras que Harry estaba feliz poniéndose una copa. Me gustaba ver lo feliz que estaba mis padres después de lo de Jake. Por estar feliz y disfrutando del momento no significaba que no te acuerdes de esa persona, vives la situación como le hubiese gustado que la otra persona lo hubiese disfrutado.
- Tenemos que contar algo - dijo mi padre.
- Vamos a hacer padres - gritó Val y Harry y todos empezaron a gritar y felicitarlos.
- Menos mal que hemos tenido cuidado - dijo Lando y se me abrieron los ojos y lo miré. - Dime que lo hemos tenido - dijo al ver mi cara.
