Capítulo 38.

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Para el día siguiente, Joe se preparó desde temprano para salir y hacer algunas compras. Primero jugueterías, después pastelerías, de todo para sorprender a su pequeño hijo. Ahora que sabía que tenía un hijo con la mujer que tanto había amado, por su cabeza pasaban tantas preguntas, entre ellas las cosas que podrían gustarle a su hijo, no había estado en sus primeros momentos tan importantes, pero quería esforzarse para ser un buen padre. Se imaginaba momentos como el día del padre en su escuela, o como ir a compartir con él cosas tan simples pero que se volverían significativas para ambos. 

Por otro lado estaba la disputa por si perdonar a Elisse o seguir en lo suyo un par de tiempo más, al menos lo necesario para sanar y para recuperarse. Era más fácil terminar, porque no había forma de que pudiesen comenzar de nuevo. Pero para él lo era todo, era el primer amor que de verdad amo con todo su corazón y por quién se arriesgaría a ir al fin del mundo.

Llegó a la casa de Elisse con una bolsa llena de regalos cuidadosamente elegidos, tocó su puerta pero no esperaba que Elisse abriera de inmediato y furiosa, algo andaba mal de nuevo. 

- ¿Hasta cuando pensabas decírmelo? - Exclamó ella.- ¿Dejarás que tú madre arruine la vida de nuestro hijo? Ya le hemos hecho mucho daño, Joe.

Ni siquiera le permitió hablar, ella inicio la conversación sin oportunidad para que pudiera defenderse. Tal vez era su desquite, pero aún le curioseaba la forma en que ella se había enterado. 

- ¿Cómo puedes permitir que tu madre haga esto, Joe? -  gritó Elisse, su voz a punto de quebrarse. - ¿Acaso no te importa el sufrimiento de nuestro hijo?

-  ¡Elisse, no es tan fácil! No puedo controlar las decisiones de mi madre. Pero tampoco puedo dejar que pelee sola contra la tuya.- Gritó Joe por primera vez en la sala de la discusión.

-  No puedes o no quieres, Joe. ¿Es que acaso estás dispuesto a sacrificar la felicidad de Joshua solo para no enfrentarte a tu madre?

Joe permaneció en silencio, Elisse tuvo que ceder y dejarlo entrar a su casa, después de todo tenía derecho por estar presente. 

- Si no le pones un límite a tu madre, lo haré yo.

El bajo la mirada, permanecieron ambos en silencio sin mirarse el uno al otro, Elisse se fue a la cocina y Joe pudo escuchar sus sollozos, entendía que la idea de perder a su hijo le aterraba, pero también era suyo, tenía derecho de verlo y de estar para él. Aún que ella no lo quisiera de esa forma.

- Pasaré a ver al niño.- Gritó, pero no obtuvo respuesta de Elisse.

Subió las escaleras con cuidado, no quería espantar al niño y mucho menos que no quisiera recibirlo. Dio un suspiro profundo antes de golpear suavemente la puerta con sus nudillos.

- Joshua, soy yo, tu papá. - Murmuró con cautela, no quería hacerle más daño.

Desde el interior de la habitación, al otro lado de la puerta, Joshua levantó la mirada, sus ojos aún húmedos por las lágrimas de la discusión anterior.

- ¿Qué quieres? - preguntó con voz apagada.

Joe entró con cuidado, ofreciendo una pequeña sonrisa y mostrando la bolsa de regalos. Era un gran avance, pues a Elisse no la había dejado pasar en toda la noche, quién lo había estado alimentando era Mac.

- Solo quería pasar un rato contigo y traerte algo especial. ¿Puedo sentarme?

Joshua asintió, pero su expresión seguía siendo distante. Joe se sentó en el borde de la cama y comenzó a sacar los regalos, presentándolos con la esperanza de que le gustarán.

- Compré tu videojuego que puede gustarte, podemos jugarlo juntos. Y también esos libros sobre dinosaurios que te gustan tanto. Y, bueno, aquí está esto.- añadió, sacando un pequeño dinosaurio de juguete.

Joshua apenas levantó la mirada a él.

- No quiero tus regalos. Solo quiero a Mac.

Joe se mordió el labio, sintiendo el nudo en su garganta. 

- Entiendo que estés molesto, pero estoy aquí para ti. Mac también lo estará, pero necesitas entender que soy tu papá.

Joshua negó con la cabeza en rotunda negación.

- No eres mi papá. Mi papá es Mac.

- Solo dame una oportunidad, Joshua. Quiero ser tu papá de la mejor manera posible. - Insistió Joe.

Joshua finalmente se volvió hacia Joe con una mirada de resentimiento. A su corta edad ya lo entendía todo.

- ¿Por qué me lo ocultaron, entonces? ¿Por qué no me dijeron desde el principio?

- Fue un error. Un error grande. Pero necesitas entender que te amamos a ti y queríamos protegerte. No queríamos que sintieras que algo te faltaba.

-  Pero me mintieron. No confío en ustedes.- dijo Joshua con amargura cruzándose de brazos.

Mientras ellos conversaban, Elisse lo escuchaba todo desde un escondite pequeño de la puerta, se replicó a si misma el hecho de que no debía haberle ocultado la verdad a su pequeño. Pues quién estaba sufriendo de más, era él.

Elisse se sintió repentinamente mareada, un escalofrío recorrió su espina dorsal, todo su estómago lo sentía completamente revuelto. Elisse con la cabeza girando y el corazón latiendo con fuerza, titubeó hasta llegar a la cocina. Se apoyó en la encimera, tratando de disimular y deshacer el malestar que sentía. La conversación entre Joe y Joshua resonaba en su mente, palabras que cortaban más profundo de lo que estaba dispuesta a admitir.

Mientras se aferraba al borde de la realidad, un pensamiento se coló en su mente: la posibilidad de que la incomodidad y las náuseas no fueran solo por la angustia emocional. Descartándolo rápidamente atribuyó sus síntomas a una simple infección estomacal.

- Es solo estrés.- Se dijo a sí misma intentando ignorar la vocecita interna que susurraba la posibilidad de algo mucho peor.

Maroon. | Joe Burrow. (L2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora