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Capítulo veintinueve

Narrador omnisciente.

La noche en que ambos olvidaron.

Ella lo hizo primero.

Esa tarde en aquel túnel Hunter había recordado todo y olvidado todo al mismo tiempo. Sintió como los recuerdos se amotinaban sobre ella. Saturando su mente. Su pulso se aceleró, sentía su respiración pesada, sentía como con cada inhalación la siguiente era más forzada.

El oxígeno no llegaba a su cerebro y se desmayó.

Era uno de esos episodios en los que al despertar no recordó absolutamente nada. Como si un tsunami se llevara todo sin dejar nada, sin recuerdos, solo escombros a la orilla de lo que alguna vez fue una playa.

Hunter permaneció ahí, tirada como un cuerpo inerte, por varias horas.

Nadie nunca pasaba por ahí, quizás fuera muy difícil encontrarla.

Nadie que no conociera el lugar.

Eran pasadas las doce de la medianoche y un Warren somnoliento que no podía dormir daba vueltas en la cama mientras se sentía helado, aunque la temperatura de su cuerpo fuera elevada.

Miro su mesita de noche, el frasco vacío y vaso sin agua.

Daba vueltas en la cama sin poder dormir y decidió rendirse una vez. Se levantó sudoroso, y dio pasos lentos hasta el baño, donde tomó una corta ducha fría. Al vestirse tomó su abrigo y salió a dar una vuelta.

A deambular como el fantasma que sentía que era. Le gustaba pasear tranquilamente por las calles vacías. A veces acompañado de la luna. A veces solo con la brisa fría de la noche. Otras veces sin nada en mente. Para eso lo hacía ¿no? Para despejar la mente.

Sin sueños ni pesadillas, solo un leve dolor de cabeza.

Decidió omitir la Playa, sentía que ese lugar ya estaba harto de él. Se sentía como si ya no perteneciera a ningún lugar, si su alma estuviera en otro lugar muy lejos de aquí, como si su alma hubiese olvidado su cuerpo aquí en la tierra.

Se sentía sin lugar.

Recordó aquel boleto de avión que había comprado hace unos meses. Tal vez debería reconsiderarlo ¿tal vez debía irse? Dejar todo atrás como pretendía. Empezar de nuevo. Quizás así se sentiría mejor.

Se detuvo y miró al frente, donde aquel túnel oscuro lo invitaba a entrar. Ahí había recuerdos. Ahí había escrito muchas cosas, era casi como un diario anónimo, donde leía lo que otras personas escribían, y lo que otras personas leían lo que él había escrito.

Le gustaba ese lugar, quizás un poco más que la playa. Aunque la playa era serena y tranquila y hermosa, ese lugar era oscuro, silencioso y estaba cubierto con sus pensamientos.

Se podría decir que la playa se llevaba sus pensamientos y este lugar los guardaba. Hipotéticamente hablando.

Decidió entrar. Sintió como las sombras lo consumían, y caminó a paso lento, sintiendo como el eco se extendía por todo el lugar.

Mi lugar oscuro especial.

Una vez lo había compartido con Hunter, el único lugar que nunca había compartido con nadie porque lo sentía tan suyo. La playa por otro lado era un lugar hermoso y brillante, donde cada atardecer daba paso a un amanecer aún más hermoso; era el lugar perfecto, este túnel era más que Perfecto un lugar privado.

Su extensión era incierta para él.

Estaba oscuro pero él no encendió nada, ni un cigarro. Solo camino en la oscuridad. Y una pequeña y ladina sonrisa se figuró en su rostro. "Poético" pensó. Caminar solo en un lugar oscuro donde probablemente podía haber ratas.

No me olvides © [Borrador] Where stories live. Discover now