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Capítulo dieciséis

Hunter:

Había ojeado el álbum más de veinte veces. Estaba eufórica, me picaban las palmas de las manos por la curiosidad, pero todo parecía estar cubierto por acertijos, palaras claves y esas cosas.

En algunas páginas había unas pequeñas notas, letras de canciones o poemas dedicados, algunos de ellos escritos por mí, otros escritos por Warren; había fotos de lugares de los cuáles tenía vagos recuerdos e incluso, algunas páginas tenían un olor peculiar.

Todo me parecía familiar y a la vez confuso. 

Cada página guardaba un secreto, un lugar, un momento, una emoción; emociones que habían abandonado por completo mi memoria y qué yo moría por experimentar una vez más. Sentía un cosquilleo bajo la piel y no podía dejar de mirar el diario. Tenía una curiosidad creciendo cada vez más dentro de mí.

Tomé el álbum y lo repasé con la mirada, pasé rápidamente las páginas y me detuve en una al azar; en está había algo escrito seguido de tres pequeñas fotos de esas que la gente se toma en una cabina de fotos; estaban a blanco y negro, éramos Warren y yo. El escrito decía lo siguiente:

"Me sorprende lo mucho que puede hacerte sentir una persona. Lo mucho que puedes llegar a querer a alguien en tan poco tiempo; él es para mí como un salvavidas, cuando la marea se volvía tempestuosa, cuando las olas me arrastraban cada vez más lejos de la orilla. Mi salvavidas. Mi refugio."

Lo había escrito yo. Con manos temblorosas pase a la siguiente página al azar, esta vez no había fotos, solo palabras;

"Hace unos días encontré la guitarra de Warren debajo de su cama mientras buscaba mis zapatos, no sé cómo, pero lo recuerdo claramente. Le pedí que tocará y, al principio se negó rotundamente, luego de unos minutos insistiendo por fin aceptó."

—¿Que quieres que toque? —me preguntó.

—Lo que sea —respondí, solo quería escucharlo tocar.

Empezó a mover los dedos sobre las cuerdas de la guitarra, se movían lento al principio. Mi atención se desvió de las cuerdas de la guitarra a sus dedos y luego a las venas que empezaban a notarse en sus brazos al ejercer fuerza sobre las cuerdas de la guitarra.

Sentí que el aire se volvía más pesado y humedecí mis labios, sus ojos captaron el movimiento y se quedaron un largo momento sobre mis labios, luego pasaron repaso mi rostro y él empezó a cantar reflections de the neighbourhood.

Sus ojos se encontraron con los míos, me sostuvo la mirada un momento antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por la melodía de la canción; era como si la sintiese en carne viva.

"Estábamos demasiado cerca de las estrellas —decía la letra—. Nunca conocí a alguien como tú, alguien. Cayendo con la misma fuerza. Prefiero perder a alguien que usar a alguien. Tal vez sea una bendición disfrazada. Me veo a mí mismo en ti. 

Warren abrió los ojos, sus dedos aún moviéndose sobre las cuerdas.

—Veo mi reflejo en tus ojos.

Yo tragué con fuerza, su mirada profunda me puso nerviosa y no pude evitar cerrar los ojos, pero luego él dejo de tocar.

Abrí los ojos, confundida.

—¿Por qué te detienes? —pregunté casi en un susurro.

—¿Quieres que siga? —preguntó un tono más bajo que yo. Las palabras no salían de mi boca así qué me limité a asentir lentamente.

No me olvides © [Borrador] Where stories live. Discover now