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Capítulo cuatro

Entré a casa inmediatamente, frotando mis brazos para entrar en calor y respirando hondo.

Las luces estaban encendidas así que empecé a apagarlas. Mientras caminaba por la casa, a oscuras, me preguntaba quien era Chase en realidad. 

Dije no conocerlo, no recordarlo, pero sienco sincera mi estomago dio un vuelco solo con escuchar su nombre o ver su rostro. Una sensación amarga se instaló en mi.

Tal vez olvidaba cosas pero algunas de esas cosas dejaban secuelas, casi como cicatrices en mi memoria, no sabía quién era él exactamente, pero había echo algo en el pasado que dejo cicatrices en mi mente. Grandes cicatrices.

Pequeños flashbacks asaltaron mi cabeza mientras caminaba hacia las escaleras. 

Las imágenes se reproducían, lentas y bizarras; una fiesta, mucha gente, mucha luz, alcohol, drogas, chicas bailando. Me sentí mareada de repente, y luego, ahí estaba él.

Su rostro sonriente mientras bailaba y bebía. 

Me apoyé de la barandilla cuando casi pierdo el equilibrio. 

¿Qué había pasado?

Su voz resonaba como un susurro y se expandía hacia un eco en mi cabeza. 

Chase sonriendo maliciosamente, totalmente diferente al chico que había visto hace un momento fuera de mi casa. 

"¿Por qué te importa? —preguntó burlón, la reproducción de su voz resonando dentro de mi cabeza—. Mañana no lo recordaras de todas formas"

Las lágrimas de furia rodando por mis mejillas. 

Sacudí mi cabeza, tal vez solo haya sido una pesadilla. 

Subí lentamente las escaleras, con la cabeza dándome vueltas, hasta llegar a mi habitación. Todo estaba a oscuras. 

Parpadeé un par de veces para estabilizarme y cerré la puerta detrás de mi. Caminé hasta el baño, buscando mis pastillas para la migraña. 

Tomé dos, o tres, no estaba muy segura. Tomé agua del grifo del lavabo y me las bebí, esperando a que hagan efecto, caminé hasta la cama y me dejé caer de espaldas. Clavé la mirada en el techo. 

Una nueva voz en mi cabeza susurró:

—Me agradas —yo parpadeé, confundida, tratando de recordar a quién pertenecía la voz. Ya la había escuchado antes.

—¿Te agrado? —pregunté mirando al techo—. ¿Por qué?

—Eres transparente —respondió la voz

Yo parpadeé, una vez más, no muy segura de mis delirios. 

—¿Como te llamas? —pregunté casi en un susurro. 

Silencio. La voz desapareció por un largo momento.

—Warren —respondió la voz. Su voz.

—Warren —repetí en voz baja antes de quedarme dormida.

¥¥¥

Flotaba. Mis sueños siempre eran bizarros cuando tomaba esas pastillas, y ahora todo lo que veía a mi alrededor eran luces led que se movían en cámara lenta. Las voces se escuchaban lejanas y el estruendo de la música era ensordecedor. 

Yo caminaba por un pasillo iluminado con luces led de color azul.

Estaba en una fiesta. 

El pasillo era angosto y yo me sentía mareada, mi cabeza dada vueltas y  mis pasos eran lentos. Rozaba la fría pared con los dedos de mi mano izquierda, como si tuviera miedo de perderme. 

No me olvides © [Borrador] Where stories live. Discover now