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Capítulo veintisiete


—Hunter ¿puedo decirte un secreto?
Ella me miró curiosa. Dejó aquel objeto que tenia en las manos y se acercó a mí. Me miró fijamente, instándome a que hable.
Yo alcé una ceja.
—Soy buena guardando secretos. —afirmó, sonriente.
Yo contuve una sonrisa, o más bien una carcajada.
—Sé que sí —dije.

Warren
Presente.

Sentía ese horrible palpitar en mis sienes y no se detenía con nada.

Caminé hasta el baño y me quite la ropa. Primero traté con el agua fría pero no funcionó muy bien. Me quede ahí parado, escuchando el agua caer. Después de un rato mi cuerpo se acostumbro a la temperatura y dejó de sentirse helada.

Detuve el grifo, tome la toalla y la envolví alrededor de mi cintura y caminé hasta mi habitación. Me deje caer de espaldas en la cama. Aun sentía ese palpitar.

Cerré los ojos, fuertemente, pero no funcionó.

Lo mejor en estos casos era dormir. El problema es que no era muy fácil conciliar el sueño.

Me puse a vagar, dentro de mi cabeza, dentro de mis recuerdos. Pensé en esa forma tan particular que suelen usarse en las películas para representar los recuerdos, los sueños...

Mi favorita era cuando había un pasillo muy largo con muchas puertas, y cada puerta significa un recuerdo, cada puerta era algo o alguien importante que había pasado por nuestras vidas. Y mientras más viejo eras, más largo era el pasillo, y más recuerdos tenias.

Eso me hizo pensar en el esposo de Maggy. Él la olvidó. Pensé que el pasillo de su memoria se fue desmoronando.

Y luego pensé en esos recuerdos olvidados ¿a donde van? ¿A algún tipo de cementerio? ¿O simplemente desaprecian?

Hay otro tipo de recuerdos, almacenados en esferas o bolas de nieve —Sonreí—. Me gustaría guardarlos así. Quiero decir, para eso se inventaron las cámaras ¿no? Para capturar momentos.

Yo no tenía muchos "momentos" quiero decir,  o buenos, tampoco malos. Simplemente no eran dignos de ser guardados. Quizás aquellos simples, ver a algún perro en la calle, escuchar música, escuchar la lluvia, leer un buen libro.

Y como suele pasar, cuando vives solo y tú mente vaga por esos largos y enredados pasillos, recordé algo. Una parte de un libro que leí hace tiempo: trataba de un matrimonio arreglado entre dos jóvenes que ni siquiera se conocían, como era de costumbre. Era más un negocio que un matrimonio.

Al principio, fue incómodo para ambos, pero con el paso del tiempo se hicieron amigos, después compañeros, amantes, espesos, padres y finalmente abuelos, mejor dicho compañeros de vida. Así la llama el viejo, mi compañera de vida.

El peso del tiempo se apoderó de ambos, llegando al punto en el que él preguntaba todas las mañanas donde estaba su esposa y todas las noches antes de irse a dormir. Ella murió primero, pero él no lo recordaba.

Respiré hondo.

La memoria es una cosa extraña. Es extrañamente increíble como podemos recordar ciertas cosas tan solo por un olor, o por una canción, o por un lugar.

Me pregunte si ella lo sentía así. Si recordaba mi olor. O si me recordaba al escuchar alguna canción.

Trate de alejar esos pensamientos. Quería ponerme de pie y buscar algo que ponerme pero me sentía atado a la cama, las pastillas para dormir habían funcionado. Mis párpados ya se sentían pesados.

Mire mi mesita de noche, donde se encontraba el frasco de pastillas, vacío.

¥¥

Ella me miró expectante. Sus ojos me pedían que hablase. Yo suspiré y dije:
—Me gustaría perder la memoria —ella frunció el ceño y los labios—. Se que si lo hiciera, si perdiera la memoria, aun te recordaría —ella no dijo nada—. Se que de alguna manera quedaría un rastro de ti en mi mente.
Ella no dijo nada por un largo rato. Luego me miro y dijo:
—¿Que haces aquí? —yo no la miré al responder:
—Este es mi lugar oscuro especial.



[...]

Marzo 5 2024
Ig de la autora: _aicelyn
Gracias por leer ❤️

Nota de la autora.
Perdón.
Es cortito pero está
cargado de emoción.

Warren bebé. Te amamos 💙

Sobre la autora;

Quizás prefiera mantener mi nombre oculto, por vergüenza o por miedo. Esos dos siempre han sido grandes pilares ya que nuestra autora 
(habla de ella misma en tercera persona) es introvertida.

Pero bueno, al punto.

Aicelyn Morla
(dice su nombre de todas formas jejejeje)
Nació el 23 de noviembre del 2005 (no la juzguen por su signo zodiacal) en Santo Domingo RD 18 años actualmente. Le gusta mucho el misterio, el suspenso, el romance y la fantasía. Cinéfila (ama las series y películas de época) Bibliófila.

También es muy indecisa y perfeccionista lo que explica porque a veces tarda un poco en actualizar. Pero ama con locura leer y escribir. Y les agradece de todo corazón a quienes leen lo que escribe.

No Me Olvides es su primer proyecto como escritora, y espera que sea el primero de muchos más que tiene en mente. Quizás muy pronto se adentré en el género literario fantasioso.

18 años, terminó la escuela, por el momento no sabe qué carrera universitaria estudiar, quiere escribir libros locos y leerlos en papel.

Besos.
-A

No me olvides © [Borrador] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora