Admirador Secreto

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Charlotte estaba sentada en su pupitre en el aula, hojeando las páginas de un libro antes de empezar la clase, cuando vio un pequeño sobre metido entre las hojas. Curiosa, lo tomó y lo examinó. No tenía remitente, sólo su nombre escrito con letras recortadas de un periódico y pegadas.

Con el ceño fruncido, miró a su alrededor antes de abrir cuidadosamente el sobre y sacar una nota escrita de igual manera. Decía así:

"Querida Charlotte,

Hace tiempo que te admiro, que eres la dueña de mi corazón, pero nunca he tenido el valor de decírtelo a la cara, por eso eligo este medio. Tu inteligencia y valentía me inspiran cada día. Espero tener algún día la oportunidad de confesarme ante ti.

Atentamente,

Tu admirador secreto"

A Charlotte le dio un vuelco el corazón al leer la nota. ¿Quién podría ser? Miró a su alrededor, preguntándose si alguno de sus compañeros de clase le estaría gastando una broma. Pero todos parecían absortos en sus propios asuntos y nadie parecía haber notado lo que había recibido.

Decidió dejar el asunto para después, cuando estuviera en la Cueva. Allí podría pedir ayuda a Schwoz, quería comprobar si había algún rastro en la nota para descubrir quién la había enviado.

Mientras tanto, se concentraría en la clase.

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Una vez en la cueva, Charlotte tomó el sobre de su mochila y se dirigió a Schwoz.

—Schwoz, ¿puedes ayudarme con algo?

—¿Qué necesitas?

Caminó hacia él y le entregó el sobre, que había guardado dentro de una bolsa de plástico. Schwoz lo agarró y lo miró con curiosidad.

—¿Qué es?

Intrigado, Ray se acercó para ver en qué necesitaba ayuda, viendo como Schwoz sacaba el sobre de la bolsa y luego la nota.

Ella rodó los ojos.

—Alguien me ha enviado una "nota de amor" —respondió haciendo señas de entrecomillas.

Eso también despertó el interés de sus amigos. Principalmente, el de Henry.

El adolescente se levantó del sofá y se acercó a ella, echando un vistazo a la nota que Schwoz estaba leyendo sobre su hombro. Su frente se arrugó preocupada por lo que vio.

—¿Quién iba a predecir esto, eh? —comentó Ray, sorprendido.

No esperaba que la chica ratón de biblioteca fuera capaz de encantar a alguien lo suficiente para que le enviara notas de amor. Pero aquí estaba la prueba.

La chica resopló incrédula.

—Por favor, claro que tiene que ser un chiste.

No se engañaría a sí misma pensando que la nota era sincera. Tenía amor propio pero no era tonta, las chicas como ella no tenían admiradores secretos ni recibían notas de amor. Era demasiado "romántico" para ser verdad. Seguramente era un pervertido o un psicópata. O un bromista. Esperaba que lo último.

Mis Chenry One-ShotsWhere stories live. Discover now