Baby Danger (2)

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Hace rato no publico nada aquí, y tenía lo que sería la segunda parte de Baby Danger. Un poco de edición y ¡voila!

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Charlotte sonrió con ternura cuando al de cruzar la puerta vió a Piper haciendo jugar al pequeño Marty a la vez que le daba el biberón. Ella podía alimentarlo sin problema pero se encontraba bastante agotada ese día y había tomado un descanso. Tal como se había propuesto, Charlotte no había ignorado sus estudios ni su trabajo a pesar de su maternidad, pero eso no fue nada sencillo. A veces terminaba exhausta, pero por fortuna tenía una amiga que era una tía excelente con los niños a pesar de su carácter. Piper estaba embelesada con su sobrino y siempre estaba dispuesta a ayudar... Claro, siempre y cuando no tuviera que cambiar pañales, hasta ahí llegaba su entusiasmo. Esa era tarea de los padres.

Fue una bienvenida sorpresa experimentar lo buen padre que podía ser Henry a pesar de su corta edad y nula experiencia. Kris, Jake y Candace se ocuparon de educarlo muy bien en sus deberes paternos, repitiéndole siempre que no era justo que solo la madre tuviera que ocuparse de esos asuntos, que el bebé también era su responsabilidad y eso no solo se refería a darle el apellido y manutención, debía ser un hombre y tomar parte en el cuidado y educación de su hijo, lo que incluía cuidarlo, mantenerlo limpio y alimentado, no solo dejarle todo ese trabajo a Charlotte. Y Henry, para tener éxito, lo tomó como una misión personal, iba a ser tan bueno como lo era al combatir el crimen.

No fue fácil para ninguno, los cambios de humor a veces provocaron peleas, en ocasiones se sintieron abrumados y decepcionados consigo mismos, una cuantas veces lloraron de impotencia, pensaron que no lo lograrían, que fracasarían y que todos sus esfuerzos no servían para nada, pero el apoyo de su familia y sus amigos los ayudó a no rendirse y hacer su mejor esfuerzo. Fue por eso que en esos meses se fueron haciendo mucho más cercanos que simples amigos, conociendo facetas el uno del otro que nunca habían visto, descubriendo pequeños defectos del otro que aprendieron a tolerar y virtudes que empezaron a admirar.

Su relación se fue estrechando más a medida que aprendían a lidiar con los desafíos de su nueva vida, empezaron a mirarse con otros ojos y a sentirse diferente cuando estaban juntos. La admiración de Henry por su amiga creció al ver lo dedicada que era en lo relacionado a su bebé, como seguía las indicaciones del médico al pie de la letra y leía cada libro sobre maternidad en existencia, también lo enternecía el cariño y la dulzura con las que le hablaba a su bebé aún cuando todavía no había empezado a moverse. Las veces que ella no podía asistir a clases o ir a la Cueva, Henry se pasaba el tiempo preguntándose si ella estaría bien, si necesitaría ayuda u otra cosa, y cuando sus preocupaciones le hacían desconcentrarse demasiado, sacaba su teléfono para enviarle un mensaje preguntándole como se encontraba. Esos gestos pequeños pero dulces y enternecedores de su parte influyeron en como empezó a verlo ella, y como empezó a sentirse, apreciada y especial. Charlotte amaba recibir esos mensajes, por más breves que fueran a veces, porque demostraba lo mucho que él los quería, y cuando al empezar a sentir al bebé moviéndose Henry empezó a hablarle también, posando su mano en el vientre de la madre para sentirlo con una brillante sonrisa, pensó que no había imagen más enternecedora. Ella también notó que se preocupaba por él mucho más que antes cada vez que él salía a combatir el crimen, incluso por la herida más insignificante que recibiera. Él ya estaba pasando por tantas cosas que le aterraba que algo grave pudiera pasarle, por eso le pidió que la mantuviera al tanto, que le avisara que estaba bien y a salvo. Cuando por alguna razón Henry no lo hacía, trataba de compensarla llevándole algún obsequio, que casi siempre eran dulces de su elección, que a veces bastaban para que lo perdonara, y las veces que no, le daba un abrazo y un beso en la cabeza, asegurándole que lo lamentaba, eso funcionaba y ella terminaba cediendo.

Mis Chenry One-ShotsWhere stories live. Discover now