Fate: Mi madre es el Rey Arturo

Capítulo 47: Devolver

Se quedó acostado en la cama dentro de la tienda militar, con Mordred a su lado.

Aunque Mordred solo reveló su identidad como caballero, no pudo seguir compartiendo tienda con Artorius. Sin embargo, todavía era posible colarse silenciosamente a medianoche.

Cada mañana, que Artorius la despertara era uno de los momentos más felices de Mordred, solo superado por el "entrenamiento diurno" y el "entrenamiento nocturno".

Pero hoy, Mordred sintió que algo andaba mal.

Hasta ahora, Artorius aún no se había despertado.

Sintiéndose un poco preocupada, sólo pudo recurrir a medios físicos para despertarlo. Por supuesto, eso fue después de probar medios mágicos sin ningún efecto.

"Mordred...", Artorio se despertó.

"Lo siento, hermano. Pero si no te levantas pronto, todos los demás estarán despiertos".

Mientras hablaba, Mordred se dio la vuelta. "Yo volveré primero. Tú también deberías darte prisa, hermano".

Después de decir eso, Mordred se fue en silencio, dejando a Artorius solo.

"Ya es tan tarde".

Artorius también se sentó. Rápidamente se puso la ropa esparcida cerca. Luego, bostezó, se levantó y salió del campamento.

Todavía era temprano en la mañana y casi nadie se había despertado todavía. Estaban en una jungla al borde del camino. Aparte de Artorius, Mordred y los guías y mensajeros de Irlanda, apenas había gente alrededor. Artorius había dejado a los soldados en el lugar de aterrizaje.

Artorius les había pedido que establecieran una fortaleza allí.

Esta fortaleza se convertiría en la futura base del Imperio para el comercio, la invasión y la colonización de Irlanda en el futuro. Actualmente, se utilizaba principalmente para el comercio y el intercambio cultural.

Después de vagar afuera por un rato, todos comenzaron a despertarse. Comenzaron a cocinar su comida en la olla de marcha. Era un plato sencillo de una sola olla, junto con algunas gachas y cereales secundarios. Era una sopa aguada. Aparte de ser muy satisfactorio, no ofrecía muchas ventajas. Pero para los soldados y la gente de esta época, ya era un manjar raro.

Además de la sopa de avena fresca, el desayuno incluía caza del bosque y galletas. El primero se ensartaba en brochetas y se asaba al fuego, mientras que el segundo se cortaba en pedazos y se echaba a la sopa para que se ablandara antes de comer.

En esta era de clima global anormal, era necesario conservar cada pedazo de alimento. Incluso el distrito militar germánico, que poseía una tecnología agrícola que superaba la época en 1.500 años, tuvo que hacer lo mismo.

Quizás en dos años más, con la apertura de más tierras cultivadas, la situación mejoraría. Actualmente, la mayoría de las regiones germánicas todavía dependían de métodos agrícolas tradicionales: la agricultura de tala y quema. Cambiar todo eso no sucedería de la noche a la mañana.

"Hablando de eso, esta tierra ahora pertenece a Connacht".

Durante el desayuno, el guía irlandés les guiñó un ojo en broma a todos, aparentemente preparándose para compartir una leyenda local.

"Hablando de Connacht, la figura más famosa es sin duda la legendaria Reina Medb".

Contaba alegremente y sin cesar las hazañas de esta reina ampliamente conocida, especialmente las historias entre ella y Cu Chulainn, el Sol de Irlanda.