Han pasado largos meses desde aquella vez que Ryan regresó por mi y sigue aquí, no se a ido. Está todo el tiempo a mi lado protegiendo lo que pienso ya murió
Desde ese día que se liberó esa Mía sin miedos y temores e luchado con esta nueva transformación y no e podido dar con una lamentablemente. Aveces estas alas me vuelven loca. Miller me ayuda debes en cuando con las practicas de vuelo, el dice que e mejorado y que soy su alumna favorita. No sabemos nada de Steven, no a venido, no ha enviado mensajes y tampoco a llamado. La Unión no ataca y tampoco sabemos donde se encuentran así que no tenemos mucha comunicación con los Sivit. No somos un equipo, aún así estamos bajo aviso. No e podido ayudar a Derek en nada pero no me cansaré hasta encontrar la forma de devolverle lo que era su vida, su cuerpo. Devolverle lo que le quitaron sin justificación por que el se merece más que eso. No se nada de Jay y ya he perdido la esperanza de volverlo a ver de nuevo.
— Hey preciosa tienes un minuto? —escuché decir a alguien mientras caminaba hacia la biblioteca del instituto para hacer un trabajo. Me giré para ver quién era y los libros que mantenia apretados a mi pecho se cayeron al suelo.
— Lo siento —dije sin prestarle atención a los libros en el suelo, solo podía ver la cara de aquel chico.
— No es nada, te ayudo —dijo el chico entre risas. Era un chico alto de ojos verdes y pelo rojizo.
— Dónde está el salón de computo? —preguntó y sonrió al ver que estaba mirándolo sin pestañar.
— Está por ese pasillo a la izquierda, es el salón número ciento cuarenta y cinco —. De inmediato miré al suelo y recogí mis libros.
— Gracias —dijo en un tono dulce. Cuando levanté la vista el ya estaba bastante lejos. Llevo dos dedos a su ceja derecha y hacia al frente despidiéndose.
— "Jay" —dije.
— Mía , con quién hablas? —. Me giré y ahí estaba Axel con su mochila en la espalda. Me miraba algo serio y confundido.
— Axel mira es Jay —dije emocionada. Me giré y señale hacia donde el estaba pero ya no había nadie.
— Mía, lo siento no creo que Jay vuelva. Talvez fue una ilusión lo que viste —.
— Si —. Asentí con tristeza y me fui a la biblioteca junto a Axel. Esto me confirmó que ya debía rendirme pero una vez más me pregunté , Jay se rendiría?. Entramos a la biblioteca y nos sentamos cerca de unas ventanas al lado de los libros de historia.
— Mía esta noche la Rebelión saldrá, te necesitan, estás preparada?. Si no lo estás no hay problema — dijo Axel y sonrió.
— Cuando no e estado preparada? —pregunté con tono burlón.
— Esa es la Mía que conozco —sonrió nuevamente y se levantó de la mesa. — Bien pues nos vemos más tarde —. Axel se despidió. Me quedé buscando información de gárgolas, transformaciones, hechizos o algo que me llevara hasta el que le destrozó la vida a Derek.
— Que buscas hermosa damisela? —. No me giré seguí leyendo lo que pensaba me ayudaría. — Que buscas hermosa damisela? —volvió a repetir el chico. Me giré y ahí parado como una encantadora estatua se encontraba Miller vestido de los años en los que nuestros bisabuelos no habían nacido aún.
— Oh mira que tenemos aquí, el chico teatro. Te estás tomando esa clase muy personal, me da vergüenza verte así vestido aquí en la biblioteca — dije mirando a todos lados mientras reía.
— Que buscas hermosa damisela? —volvió a repetir.
— Se te rayó el disco —dije y el sonrió.
— No has visto a mi hermano? —preguntó inclinándose un poco hacia mi.
— Se escucha tan lindo cuando lo dices —sonreí y el se sonrojó. — Está en la mesa diez con Catalina —contesté.
— Gracias —. Me dio un beso en la mejilla y se fue. Tomé dos libros y los lleve a mi habitación. Una habitación de estudiante no de visita. Se acercaba lo noche y mientras me preparaba leía uno de los libros que tomé prestado.
— Listo —dije en voz alta para mi misma. Cerré el libro y tomé mi arco. Lo observé por un rato y acaricié su metal pensando en lo especial que era para mi.
— No es como el primero pero lo compré con mucho amor —. Me giré sorprendida y ahí estaba el chico vestido de negro.
— Mathew, hoy no traes zapatos blancos —. El sonrió y se acercó.
— Hoy no vengo a poner la paz, hoy vengo a sembrar el terror —reí.
— Gracias por el arco, ya le e cambiado la cuerda tres veces pero el metal sigue intacto. Es de buena calidad —dije.
— Yo no compro porquerías —. Me hizo saber. Reí nuevamente. — Que dices nos vamos? —. Tomó mi capucha y la colocó cubriendo mi cabeza.
— Claro —. El extendió su mano derecha y yo la tomé. Un escalofrío se apoderó de mi cuerpo y es que su tacto hacía que delatara todo lo que sentía por él. Salimos de la habitación y se veían corriendo jovenes y adultos en dirección al bosque. Era la primera vez que luchaba por los inocentes junto a Mathew como siempre imaginé. El apretó mi mano y sus ojos se tornaron rojos era como la señal que me hizo correr junto a el. Preparé mi arco y las flechas salían disparadas con fuerza y velocidad.
— Que bueno que llegas —. Miller estaba junto a Axel y Nickolas quienes sonrieron al verme.
— No me lo perdería por nada del mundo —. Nickolas volvió a sonreír y saltó a un árbol tomando a un chico por el cuello haciéndolo suplicar una muerte rápida.
— No te mataré , ve y dile a los tuyos que Mía ya regresó —. El chico salió corriendo sin mirar atrás y Nickolas cayó de pie a mi lado.
— Wow aterrador —dije riendo.
— Como estuvo eso? — preguntó Nickolas.
— Wow aterrador —volví a repetir.
— Se rayó tu disco —dijo Miller mirándome. Ryan levantó una de sus manos hacia un arbusto y rápidamente cayó un chico al suelo. Su semblante era serio, como que era su trabajo de hacía años.
— Miller, no creo que la chica que buscas este por aquí —. Miller giró su cabeza y me miró nuevamente.
— Como sabes que estoy buscando a una chica? —preguntó.
— Puedo leer tu mente —abrí mis alas y volé.
