33: INTERESES COMUNES

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— ¿Cómo está la mujer más hermosa del... mundo? — se detuvo al ver a Danna.

La mujer con claras intenciones de molestarla habló.

— Ahora me encuentro mejor, gracias por preguntar.

Ellen solo rió por la ocurrencia mientras Jane contenía las ganas de darle un golpe a Danna, pero la ignoró y se acercó a darle un beso corto a Ellen.

— ¿Cómo te fue en el trabajo?

— Lo de siempre...

Seguían hablando pero Danna estaba incómoda con esos gestos de amor, así que tomó a Jane de su chaqueta y se la llevó a rastras.

— Llegarás tarde a tus actividades.

Sin poder hacer nada al respecto, Jane solo se dejó llevar mientras mandaba varios besos a su amada hasta perderse tras la puerta.

— Ya entendi, ya entendí... — se zafó y se arregló la ropa mientras continuaba su camino — ¿De qué hablaban?

— Ni creas que te lo diré, no es de tu incumbencia.

— Lo siento — dijo — pensé que como tú y Ellen son como hermanas, eso me hace... tu cuñada.

Danna le dio un ligero empujón y soltó una risa.

— Solo en tus sueños Reed.

Ninguna de las dos lo admitía, pero de cierta forma se agradaban, Danna ya no la veía como una mala persona y Jane no la veía como un obstáculo entre ella y Ellen.

Fueron hasta la sala del grupo "F" donde Andy les comentó sobre su actividad y después se marcharon en el bus, menos Danna, ella debía hacer algo antes de alcanzarlos.

Al caminar por las instalaciones se cruzó con Verónica que intencionalmente la ignoró por completo, Danna no pudo soportarlo así que la tomó de la muñeca y cuidando que nadie las viera se la llevó a un lugar alejado.

— ¿Puedes decirme lo que te pasa? — cuestionó Danna dolida — no respondiste ninguna de mis llamadas.

— ¿Qué te hace creer que quiero verte ahora?

No quería pelear, no otra vez, Danna estaba dispuesta a pedirle perdón y hacer todo lo que Verónica le pidiera porque la amaba y no quería perderla.

— Escucha... ya le dije a Ellen que estoy con alguien — soltó Danna, mirando como Verónica abría los ojos.

— ¿L-le dijiste que soy yo?

— ... estaba por decirle eso.

La expresión de la joven era clara, estaba decepcionada y viendo esto Danna sintió una punzada en el pecho.

— Me cansé de esta situación, ya no lo soporto — dijo tajante — yo... nunca fui una prioridad para tí, siempre estuvo encima de mí tu trabajo y sobre todo Ellen Weisz, te importaba más ella que yo, la persona que te amó desde hace mucho.

— No... — trató de acercarse, pero Verónica la empujó alejándola y quebrando su corazón — te amo...

— No siento que me ames — derramó una lágrima — si lo hicieras habrías hecho algo al respecto con Jane cuando te lo dije, si en verdad me amaras no te daría vergüenza que se enteren de nosotros. Creo... creo que necesito tiempo para pensar.

Danna se quedó muda, no sabía que decir, su ceño fruncido y confundida con esas palabras se quedó mirándola, esperando que se arrepienta de lo que acababa de decir, pero Veronica tenía otros planes en mente que esta vez no incluían a Danna.

— Te amo. — fue lo único que udo salir de los labios de Danna.

Verónica estaba a punto de decir unas palabras, pero decidió no hacerlo a último momento, quería ver hasta que punto llegaba todo eso, así que volvió a su camino dejando atrás a Danan, con unas lágrimas en los ojos y el corazón más que lastimado.

La joven hizo su trabajo como voluntaria y al finalizar sabía dónde ir, en el camino no se dio cuenta pero estuvo pensando en como Danna reaccionó a sus palabras y recordó todo el tiempo de relación que tenían, fue mucho, sin embargo Verónica tenía planes que no abandonaría por nada del mundo.

Al llegar a esa mansión enorme, solo tuvo que tocar una vez para que le abriesen.
Era Blunt al que visitó ya que tenía asuntos importantes que tratar con él.
El hombre la saludó sonriente y la dejó pasar sin dejar de mirar su trasero de forma lasciva.

— No vengo por eso. — dijo Veronica al ver las intenciones del hombre — vengo por el dinero.

— Claro...

La invitó a su despacho donde detras de su asiento Blunt sacó don fajos de dinero de su caja fuerte y se los puso encima del escritorio con tranquilidad.

— Espero que esos hombres sean de confianza.

La chica tomó el dinero y se lo guardó enseguida.

— Estoy segura que con esto es suficiente para mantenerlos con la boca cerrada.

Antes que Verónica se retirara Blunt habló.

— ¿Y tú qué quieres? — la joven se dio la vuelta — ¿Qué buscas al amenazar a la amiga de Red?

Verónica sonrió con malicia recordando su meta y todo lo que tuvo que hacer para cumplirla.
Sin embargo, tomando en cuenta que ahora su objetivo ya no era exactamente Danna, sino Blunt, Jane no representaba una verdadera amenaza.

— Digamos que quiero estar ligada a HopeEdge y Jane Reed hizo algo que me molestó.

— Que increíble coincidencia — salió de su lugar y se acercó a la chica poco a poco — también quiero ser parte escencial de HopeEdge — su mirada lo decía todo.

Verónica conocía esa mirada, ese hombre lo quería todo, el poder, el dinero, el mando total de HopeEdge, después de todo era la misma mirada que ella veía en el espejo.
Pero como cualquier meta, el tipo al igual que ella tenían obstáculos que aplastar, y era más que obvio cual era el de Blunt, Ellen Weisz.

— ¿No es acaso bastante difícil acercarse a Ellen Weisz?

— ¿Quién dijo que quiero acercarme a ella?

Por primera vez Verónica sintió temor del hombre que tenía en frente, sabía que era manipulador, inescrupuloso y maquiavelico, pero ¿llegaría al punto de matar a alguien?  «tal vez» era la única respuesta que encontraba.

— Yo puedo ayudarte — el hombre levantó una ceja incrédulo de sus palabras — si ella se entera de algo que solamente yo sé, de seguro la afectará y perdería la confianza en la única alida que tiene, Danna Noether.

El hombre torció su boca dándole la razón, sin embargo había una cosa más.

— Te olvidas de Jane Reed, no sé si tu lo sepas, pero esa chica ya es alguien muy cercana a Ellen y se está convirtiendo en una molestia para mi.

— Y por eso estoy pagando a esos gorilas — argumentó soltando una risa.

Blunt se quedó en silencio hasta que estalló en risas que siguieron por un buen rato.

— Resulta que aparte de linda, eres muy inteligente. Me encantaría trabajar contigo.

Esa alianza era lo más peligroso que Verónica estaba por cometer, ella era inteligente, hermosa, no era impulsiva, pero tenía un defecto a lo que Blunt fácilmente denominaría como "ingenuidad" si, Verónica era muy ingenua y eso le costaría mucho.

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