Capítulo 46

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Advertencia: Esta historia NO ES MÍA, es una adaptación del libro "Allegiance of Honor" de NALINI SINGH, por lo tanto todos los derechos de la historia son para ella, al igual que los personajes de Masashi Kishimoto usados en esta adaptación, ahora si disfruten de su lectura.

Advertencia 2: A partir del libro 11 la traducción de la saga es realizada por fans, por lo que el trabajo de esta traducción es de; CarpeDreams.


–NIÑA INTELIGENTE. –Kaguya estaba impresionada de que la pequeña se hubiese dado cuenta que para ir al suelo, estaría mejor en su otra forma–. Nunca he presenciado un cambio tan cerca. –Jamás confiaron en ella para eso.

–Extraordinario, ¿verdad? –dijo Sakura mientras Sarada comenzaba a correr alrededor del cuarto, explorando con curiosidad todo lo que podía–. Sarada, pórtate bien.

Un pequeño gruñido, una mirada traviesa, pero la cachorra calmó su ritmo.

–¿Planeaste que me enamorara de Sasuke?

Kaguya no estaba esperando la pregunta. Eso no importaba. Su auto condicionamiento estaba muy incrustado. Su expresión se mantuvo.

–No –dijo, y era la verdad–. Sabía que tus escudos contra las emociones estaban fallando y que necesitabas una salida. También sabía que los Psy habían dejado la Red en el pasado para unirse a manadas cambiantes. Estaba destinado a ser una oportunidad para que encontraras una ruta de salida. –Si Sakura no hubiese triunfado, el plan de reserva de Kaguya involucraba una gran cantidad de derramamiento de sangre–. Habría preferido que no te emparejaras con Uchiha. Como alfa, es una figura muy pública. La idea era que desaparecieras dentro de Sharingan. –En vez de ello, su hija se convirtió en uno de los miembros principales y más visibles de la manada.

Una suave risa que hizo que Sarada pronunciara lo que parecía ser un gruñido recíproco.

–No puedes controlarlo todo, madre.

–Aprendí la lección cuando naciste. –Hasta ese momento, Kaguya fue una perfecta reclusa del Silencio. Fría y dura y decidida a llegar a la cima con gracia implacable–. Llevar a una empática cardinal de tu violenta fuerza tuvo un efecto indocumentado en mí. –Lo cual decía algo muy interesante sobre todas las mujeres que llegaron al mundo antes de Kaguya... y de la propia Kaguya.

Cuando Sakura abrió la boca como si fuese a pedir detalles, Kaguya negó con la cabeza. Hay varias cosas que nunca diría en voz alta (nunca admitiría), ni siquiera a su hija. Era una cuesta muy resbalosa, porque la amenaza permanecía. En el mundo vivían aquellos que asesinarían a Sakura por ser una E, por ser una desertora que mostró a la luz una revolución oculta, y, sin ella saberlo, por ser una muestra de la felicidad más allá del Silencio.

No solo eso, para los fanáticos, Sakura cometió una segunda y tercera transgresión, y ambas las consideraban imperdonables: primero, se vinculó con un "animal agresivo y estúpido" y segundo, dio a luz a una niña con sangre "contaminada". Todo ello es idiotez y prejuicio, pero los idiotas prejuiciosos podían ser peligrosos.

Especialmente con una niña pequeña y vulnerable.

Kaguya miró a la cachorra pantera que en ese instante estaba masticando el borde de la colcha, fuera de vista de su madre. Los ojos de Sarada atraparon los suyos. Se congeló... luego regresó a su travesura cuando no la delató. Era tan fácil ganar la confianza de los niños, pero esta niña nunca estaría en una posición donde esa confianza pudiese hacer que la mataran.

Su padre alfa y madre empática jamás lo permitirían.

Tampoco lo haría su mortífera abuela.

Volvió su atención a Sakura.

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