Capítulo 6

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Advertencia: Esta historia NO ES MÍA, es una adaptación del libro "Allegiance of Honor" de NALINI SINGH, por lo tanto todos los derechos de la historia son para ella, al igual que los personajes de Masashi Kishimoto usados en esta adaptación, ahora si disfruten de su lectura.

Advertencia 2: A partir del libro 11 la traducción de la saga es realizada por fans, por lo que el trabajo de esta traducción es de; CarpeDreams.


SEGUNDOS MÁS TARDE, los niños invadieron la Zona Blanca, teniendo claramente el permiso de escapar de donde quiera que hubiesen estado reunidos en la guarida. Gaara no estuvo ni un poco sorprendido cuando fueron directo a los adultos, los grandes compañeros de juego para trepar siempre eran bienvenidos.

–¡Obito! ¡Obito! –De ojos miel y pelo sedoso, Mitsuki tiró de la mano de su alfa mientras los tenientes que habían asistido a la reunión de forma remota se despedían con sonrisas contenidas–. ¿En verdad vamos a tener una fiesta con Julian y Roman y Boruto y todo el mundo?

Eso explicaba el entusiasmo en el aire, pensó Gaara mientras se agachaba para recoger a una niña que era demasiado pequeña para sobrepasar a los cachorros de la manada. Poniéndola sobre sus hombros, la sostuvo suavemente en la posición con una mano en vez de con la telequinesis. Los niños así de jóvenes a veces se asustaban cuando no podían sentir su mano.

Ella se rio y elevó sus pies calzados con sandalias azules brillantes. Antes de vivir en la manada, Gaara nunca había entendido por qué los padres cambiantes gastaban tiempo y dinero en vestir a sus hijos cuando estos niños podrían cambiar sin previo aviso en cualquier momento, destruyendo la vestimenta. Ahora nadie tenía que explicárselo. Gaara le había regalado a Mitsuki la camiseta de superhéroe que estaba usando en esos instantes.

El niño de seis años que pronto tendría seis años y medio, estaba saltando de arriba abajo por la respuesta positiva de Obito.

–¿Y podremos jugar? ¿Y trepar a los árboles?

Mitsuki era uno de los pocos lobos que realmente podía trepar, incluso en su forma lobuna. Todo gracias a sus compañeros de juego leopardos. Julian y Roman podrían ser un año más jóvenes, pero eran tan propensos a hacer travesuras como Mitsuki. La última vez que los tres estuvieron juntos, cuando Tsunade vino para tener una consulta con Shizune, de alguna manera ellos lograron entrar a un armario de suministros y atiborrarse con el chocolate costoso que las hembras maternales estaban guardando para el postre de una cena de trabajo planificada.

Los malhechores untados de chocolate fueron encontrados roncando en el armario.

–No creo que sea una fiesta si no hay juegos –respondió Obito con una sonrisa antes de colgar a Mitsuki sobre su espalda, donde el niño se agarró como un mono–. Aunque no estoy muy seguro sobre lo de escalar. Me gusta la tierra bajo mis patas.

–¡Es divertido! –insistió Mitsuki, el coro repetido por otros niños cercanos.

–¿Has estado contaminando a tus compañeros de manada con los comportamientos de los leopardos? –preguntó Tayuya con sequedad, aunque sus ojos estaban brillando.

–No –respondió Mitsuki, luego frunció el ceño–. ¿Qué significa contami-nando?

Riendo, Tayuya dio varias palmadas.

–¿Quién quiere jugar al pilla-pilla? Obito la tiene.

–¡Síííí! –La ola del sonido de aprobación sacudió los árboles antes que los niños se esparcieran, Mitsuki luchando por huir tan rápido como sus pequeñas piernas se lo permitían.

Mientras tanto, un grupo de niños un poco mayores estaban aglomerados en la otra esquina de la Zona Blanca. Cuando un Neji sonriente corrió por delante de ellos a la guarida para guardar de forma segura el comunicador móvil, Gaara logró ver entre los cuerpos de los niños, dándose cuenta que estaban rellenando unos globos de colores con grandes botellas de agua que habían contrabandeado.

Alianza de HonorWhere stories live. Discover now