Capítulo 18

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Advertencia: Esta historia NO ES MÍA, es una adaptación del libro "Allegiance of Honor" de NALINI SINGH, por lo tanto todos los derechos de la historia son para ella, al igual que los personajes de Masashi Kishimoto usados en esta adaptación, ahora si disfruten de su lectura.

Advertencia 2: A partir del libro 11 la traducción de la saga es realizada por fans, por lo que el trabajo de esta traducción es de; CarpeDreams.

UN DIA PASÓ. Dos. Tres. En el cuarto, cuando nada sospechoso sucedió y las Ratas no reportaron nuevos rumores acerca de la Máscara de la Muerte,Sharingan no levantó su nivel de alerta, pero comenzaron a considerar que los mercenarios habían estado simplemente de paso en su camino hacia otra parte.

Entretanto, Sakura no dejó de vivir su vida, pero se mantuvo en Yosemite con Sarada, dentro del corazón del territorio de la manada. Sin embargo, eso no podía continuar para siempre. Su cachorra extrañaba a sus amigos en la guardería junto al cuartel general de Sharingan, por lo que Sasuke la había llevado esta mañana. Ahora, justo después de la una y media, Sakura estaba recogiéndola y conduciendo de vuelta a casa para que ambas pudieran ir a visitar a Karin.

Ellas se encontraban en un vehículo blindado que ni siquiera pretendía ser otra cosa que un tanque de protección. Ninguno de los hijos de Sharingan viajaría en otra cosa en un futuro próximo. Toda la flota fue revisada por los mecánicos cuando las Flechas reportaron por primera vez las cosas feas que se decían acerca de Sarada; los vehículos fueron asignados a las familias que necesitaban moverse dentro y fuera de la ciudad.

A menudo ellas compartían el transporte, pero hoy, Sarada y Sakura tenía el vehículo para sí mismas.

Salió del estacionamiento del cuartel general de Sharingan gesticulando un adiós a Sasuke con su mano, quien se encontraba a una corta distancia, ya que las acompañó hasta afuera. Él le lanzó un beso, luego se inclinó y sopló uno a Sarada; su bebé estaba instalada en la parte trasera, en su asiento especial para autos que la protegía mientras le daba una vista desde las ventanas y una clara línea de visión hacia Sakura.

Sakura pudo escuchar a Sarada hacer sonidos de besos mientras lanzaba de vuelta besos ruidosos.

–¡Adiós, papá! ¡Adiós, papá!

Eso la mantuvo ocupada mientras Sakura se metía en el tráfico. Por supuesto, no estaba sola. Naruto se encontraba en un jeep resistente detrás de ella, su tarea era acompañar a Sarada y a ella a casa. Sharingan tomó la decisión de no poner a todos en el mismo vehículo cuando se necesitaba una escolta; un segundo vehículo hacía más difícil para cualquier persona montar una emboscada más efectiva; además, añadía dos conjuntos diferentes de ojos en la carretera en diferentes puntos.

Encendió sus luces traseras para reconocer al centinela, sonrió cuando él mostró sus luces delanteras a cambio. Después se centró en la carretera y en mantener a Sarada segura mientras se dirigían a casa. Había hecho este recorrido infinidad de veces, pero nunca perdía el asombro. Aun así, tenía sus secciones favoritas.

–Mira hacia los árboles, Sarada –dijo mientras pasaban por el Presidio–. Esos son árboles de eucalipto.

–¿Eutos?

–Sí, eucaliptos. –Era tan fácil alabar a su hija, hacerla feliz. No entendía cómo las madres bajo el Silencio fueron capaces de apagar ese impulso materno tan violento y poderoso–. ¿Sabes cuáles animales comen las hojas de eucalipto?

–¡Kola!

Sakura rio, consciente que existía una buena probabilidad de que Sarada no comprendiera por completo su discusión. Pero su bebé conocía la respuesta después de todas las de veces que habían pasado por allí y se mostraba igual de emocionada cada vez.

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