Nankurunaisa (Gavi x Pedri)

33. ¿Me echas protector solar?

Esa mañana no resultó ser tan romántica como de costumbre para Pedri y Gavi. Se habían despertado con la boca seca, sin intercambiar muchas palabras entre ellos y manteniendo esa misma sensación angustiosa con la que se habían acostado la noche anterior. A pesar de ello, se esforzaban por sonreírse mutuamente y abrazarse de vez en cuando, como si fuesen el lugar seguro del otro, como si esos momentos fueran los únicos momentos de relax que encontraban, pero en cuanto se separaban, volvían a respirar ese aire turbio y pesado que impregnaba la habitación.

Y lo peor era que sentían que debían estar eufóricos por haber ganado su primer partido y sobre todo por esa victoria aplastante, pero estaban seguros de que esa alegría se había acabado tan pronto como salieron de la habitación de Álvaro. Se habían ido de allí con un sensación amarga, como si algo no fuera bien, como si algo estuviera fuera de lugar y, que además estaba relacionado directamente con ellos.

Por la mañana, cuando se levantaron para ir a desayunar, se encontraron con Laporte, Unai y Ansu sentados en una mesa, mientras que Eric y Ferrán ocupaban otra a cierta distancia del grupo principal y supusieron que se habían sentado solos porque esa atmósfera pesada también la sentían ellos y podría haber causado una especie de separación entre todos. Pedri y Gavi fueron llamados por sus dos amigos del Barça para que se fueran a sentar con ellos y con un gesto de afirmación con la cabeza, se encaminaron primero hacia el buffet para servirse. Mientras cogían lo que iban a comer, exploraron la sala con la esperanza de ver a Morata. pero al igual que en los últimos días, tampoco se encontraba allí.

Cuando se sentaron, el ambiente durante el desayuno resultó un tanto raro. A parte de los saludos, nadie parecía iniciar ninguna conversación, creando un silencio bastante incómodo y esto hizo que los dos más jóvenes sintieran como si sus amigos supieran algo que ellos desconocían por completo. La tensión se hizo tan evidente que Pablo fue incapaz de soportarlo más, así que dirigió la mirada hacia Ferrán y comenzó a hablar: -Mira, sé que es demasiado pronto para sacar este tema, pero ya no puedo aguantar más con la sensación de presión que tengo en el pecho. Yo no sé Pedri, pero yo desde que salimos de la habitación de Álvaro, tengo la impresión de que sabes algo que no nos estás contando, algo que tiene que ver con nosotros. Ayer no pudo ni siquiera mirarnos a la cara, a diferencia de contigo y Eric, y ahora, esa misma sensación también la tengo contigo, Eric.- explicó, volviéndose hacia el catalán para seguir hablando: -Sé que Ferrán te cuenta absolutamente todo, por lo que lo que descubrió ayer, seguramente lo sabes tú también ahora. Así que os pido a los dos que nos lo contéis, porque siento que nos está afectando a nuestra relación como pareja.-

 Pedri se sorprendió al escuchar ese discurso repentino de Pablo, pero al mismo tiempo, sintió un alivio al saber que esa sensación angustiante no era exclusiva de él.

-Lo siento mucho, chicos, pero no me corresponde a mí decirlo.- respondió Eric con un tono de pena, para luego dirigir su mirada hacia Ferrán, una mirada que le pedía que no le forzara a mantener algo así oculto a sus amigos.

Al observar a su pareja, el valenciano dejó caer su rostro entre sus manos en un intento por ahogar un grito de desesperación: -¡JODEEEEER! ¡HOSTIA PUTA!-

En ese momento, Pedri extendió su mano, alcanzando el brazo más cercano de Ferrán para apartarlo de su rostro con la intención de poder mirarlo directamente a los ojos, y preguntarle: -¿Tan grave es como para ponerse así?-

Entonces Ferrán comenzó a explicarse con cierta desesperación: -Es que no lo sé, tío. De verdad que no lo sé. Me dijo que os había hecho algo, pero no pude averiguar él qué. Solo que lo hizo porque no tenía otra opción.- Su tono reflejaba una mezcla de confusión y frustración por la falta de detalles que había obtenido de la conversación.