19. Noche de amor

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El sol se ocultaba lentamente entre los edificios de Barcelona mientras recorrían las calles en dirección al ático de Pedri. Pablo iba mirando al cielo, embobado por las tonalidades cálidas del atardecer que envolvían el entorno en una atmósfera de tranquilidad.

Después de aparcar en su plaza, ambos salieron del coche con una sensación de emoción contenida. El canario, caminando un poco más adelante, giró su cabeza hacia el menor y extendió la mano, invitándolo a entrelazar sus dedos y caminar juntos unidos de la mano. Pablo aceptó el gesto con una sonrisa radiante, sintiendo cómo sus corazones se conectaban en un gesto de afecto sincero. -Me encanta cuando sacas tu lado cariñoso- expresó el sevillano, rompiendo el silencio del parking mientras se colocaba a su altura para caminar uno al lado del otro. Era la primera vez que compartían ese gesto de amor y ambos se habían unido como si estuvieran pegados con pegamento.

-Siempre soy cariñoso contigo. No te puedes quejar de eso.- replicó el mayor, apretando con ternura la mano contraria, transmitiéndole un sentido de protección y amor.

-Sí, pero nunca nos habíamos dado la mano.- comentó el menor con una pizca de pena en su voz -Podíamos hacerlo más veces. Me hace sentir que somos una pareja normal.- añadió, apoyando suavemente su cabeza en el hombro del otro, buscando un sentido de seguridad y conexión.

-¿Una pareja normal?- preguntó el tinerfeño, sorprendido por el término utilizado, mientras cruzaban la puerta que conducía al ascensor, pulsando el botón para llamarlo.

Gavi sintió la necesidad de explicarse ante el tono de duda de su novio. -Sabes que no me refiero a que nuestra orientación sexual no es normal. Me refiero a la presión que enfrentamos como futbolistas y personas famosas. Tenemos que controlar nuestras emociones y mantener una imagen impecable por el bien del club y nuestros seguidores. A veces me apetece hacer estas cosas sin que me importase lo que los demás puedan pensar.-, explicó, buscando transmitir su punto de vista y las dificultades que enfrentaban como pareja en el ojo público.

-Algún día lo haremos público. Te lo prometo- dijo el canario con determinación, mientras tiraba suavemente de la mano de Pablo, acercándolo más a él y fundiéndose en un beso corto pero cargado de intensidad. El tiempo pareció detenerse mientras se perdían en ese momento de conexión, hasta que finalmente las puertas del ascensor se abrieron, rompiendo su dulce instante. -Sabes que te quiero y que si me pides hacerlo público, haré todo lo posible por hacerlo realidad- añadió con sinceridad mientras entraban al cubículo para subir a su piso.

Pablo presionó el botón correspondiente, poniendo en marcha el ascensor, mientras explicaba su postura con claridad. -Claro que me gustaría que todos supieran lo mucho que te quiero, pero también sabes que aún no estoy preparado para hacerlo. Aún se me acelera el corazón cuando pienso en decírselo a alguien de confianza, así que no me quiero imaginar como me pondría si todo el mundo lo supiera.- confesó sin separar su mirada de la del canario. -Pero algún día lo diremos. Cuando estemos preparados los dos. Y desde ese día podremos ir de la mano a todos lados, o incluso que me cojas la mano en el coche mientras cambias las marchas.- expresó con ilusión, visualizando ese futuro.

-Siento romperte el corazón, pero mi coche es automático, así que no puedo cogerte la mano y cambiar las machas contigo.- explicó el mayor entre risas.

-Mierda, es verdad.- admitió provocando la risa de Pedri, por lo que añadió quejándose: -No te rías de mi, enano- dándole un golpe en el hombro mientras salían del ascensor.

Pedri sacó las llaves de su bolsillo para abrir su puerta y nada más entrar, un olor que añoraba le invadió las fosas nasales. -¡Uuuuuy! Que bien hueleeee.- exclamó emocionado al reconocer el olor. -Es mojo picón, ¿verdad?- preguntó nada más entrar a su hermano mayor que se encontraba en la cocina.

Nankurunaisa (Gavi x Pedri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora