31. Nervios

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A la mañana siguiente, al despertar, todos excepto Álvaro, quien mostraba una actitud más reservada, se habían levantado de buen humor, lo que indicaba que ninguno pareció haberse dado cuenta de su comportamiento en la madrugada. Se dirigieron todos juntos a desayunar, aunque después Morata tomó la decisión de retirarse a su habitación a solas. Le invadía una sensación de incomodidad e inquietud después de lo que había hecho y no soportaba la idea de tener que mentir a sus amigos a la cara.

Durante los siguientes dos días, el 21 y el 22, algunos del grupo, específicamente Pedri, Gavi, Ferrán y Eric que eran aquellos que habían desarrollado una mayor relación con él, notaron un distanciamiento evidente por su parte. Observaron cómo se alejaba físicamente de ellos, yendo a comer y a cenar a solas en su habitación, además de entrenar con otros miembros del equipo y evitar juntarse con ellos a menos que fuera inevitable. Por ello, acordaron que si al día siguiente persistía sin hablarles, los cuatro irían a su habitación después del primer partido de la fase de grupos para preguntarle que era lo que le ocurría, ya que estaban preocupados por él y consideraban que le habían dado tiempo suficiente para venir a explicarles lo que estaba ocurriendo.

A pesar de notar la ausencia de Álvaro, durante esos dos días previos se concentraron en los entrenamientos intensos que había organizado el míster para prepararse de la mejor manera posible para el enfrentamiento contra Costa Rica. Esos días de ejercicio pasaron volando al no tener casi tiempo libre, hasta que casi sin darse cuenta ya había llegado el esperado día: el 23 de noviembre y aunque se sentían preparados, muchos estaban nerviosos porque además de tratarse de su primer partido en este Mundial, para algunos también era la primera vez que eran convocados para ser parte de La Roja.

El partido estaba programado para las 19:00 de la tarde, por lo que tenían que estar reunidos en el vestíbulo de la residencia universitaria a las 17:30. Debían quedar tan pronto para llegar al estadio con el tiempo necesario para revisar el campo, cambiarse, calentar y, lo más importante, recibir las indicaciones estratégicas de Luis Enrique y así prepararse adecuadamente para el encuentro.

Por ello, después de almorzar, disponían de un par de horas libres y Pedri había pensado pasarlas de una manera un tanto especial con Gavi, así que nada más entrar al dormitorio, el canario cerró la puerta con un gesto decidido, y luego con un movimiento suave pero firme cogió a Gavi de la muñeca, para atraerlo hacia él con un aire de deseo e iniciar un beso lleno de afecto cuando estuvo a pocos centímetros de él.

Pablo no quiso evitar corresponderle esos besos, entregándose por completo a ellos, pero comprendiendo que tendría la fuerza de voluntad necesaria para parar cuando fuera preciso. Después de compartir unos cuantos besos lentos y apasionados, en los cuales se mezclaban sus respiraciones hasta que se fusionaron en un mismo ritmo, el mayor levantó a Gavi en sus brazos para llevarlo hacia la cama, donde lo dejó con gentileza sobre el colchón. Una vez en esa posición, se recostó sobre él para hacerle sentir la erección que se marcaba en su pantalón, siendo en ese preciso instante, cuando Gavi detuvo el momento posando una mano suavemente sobre la boca del tinerfeño, indicando que quería parar.

-¿Qué te pasa? ¿No te apetece?- preguntó Pedri frunciendo el ceño sintiéndose ligeramente preocupado, ya que después de haber sorprendido a su pareja masturbándose en el baño y haber pasado los últimos dos días sin hacer nada tanto al levantarse como al acostarse debido al agotamiento, el mayor asumía que Gavi podría tener ganas y aunque él también quería, en parte también se estaba esforzando por satisfacerlo a pesar del cansancio que sentía.

-No hay nada que más me apetezca. De verdad te lo digo.- le respondió, mirándolo directamente a los ojos para transmitirle su absoluta sinceridad. Sin embargo, apartó la mirada al instante al no poder darle lo que ambos deseaban en ese momento.

Nankurunaisa (Gavi x Pedri)Where stories live. Discover now