— ¿Y-ya lo sabes? — ahora pensaba que la extraña era Jane — ¿entonces por qué todavía no estan juntas?

— Mmm... Ya se lo dije, ya me confesé — sonrió apenada — pero por alguna razón todavía no me acepta, creo que tiene miedo de algo pero no sé de qué.

La mayor sintió compasión por Jane, así que suspiró posando su mano en su hombro.

— Aún no te conozco del todo, pero ya me empiezas a agradar.

— En realidad no entiendo el miedo de Ellen, pero le prometí que estaría con ella pase lo que pase y lo haré, me quedaré porque... la amo.

— Mi hermana es extraña, lo admito y ella no necesita de una persona muy atractiva o de alguien millonario, lo que ella siempre buscó es a alguien que se quedara, y tú eres esa persona.

Llegaron a su destino, Jane salió del auto y se giró para despedirse.

— Por favor sé esa persona, Ellen lo necesita.

Luego el taxi arrancó, Jane se quedó unos segundos parada al borde de la acera pensando en esa pequeña interacción entre ella y la hermana de Ellen, le daba la razón en algo, en que Ellen tenía sus propias razones para ocultar cosas y era algo casi obvio saber que no serían pareja hasta que esos secretos salgan a la luz.

Sin embargo una sola pregunta rondaba su cabeza, incluso cuando empezó a dirigirse a su departamento. ¿Qué es lo que tenía que hacer para que Ellen confiara en ella y le contara sus pesares? ¿Acaso no le demostró ya en varias ocasiones que su amor era incondicional? ¿Acaso no era suficiente?
Un simple pensamiento se convirtió en duda, y esa duda era como un veneno que invadía su corazón, por primera vez la incertidumbre de que Ellen estaba o no enamorada de ella la golpeó en todo el pecho, tanto que sin darse cuenta una lágrima cayó y no se dió cuenta hasta que tocó su mejilla.

Más lágrimas amenazaban con salir, sin embargo Jane optó por tomar una ducha para relajar sus musculos y su mente, no quería pensar en ello y por eso mismo puso música que inundara la habitación.

••••••••••••••

Danna estaba concentrada haciendo un informe en su laptop, sentada en el sofá dentro de la oficina de Ellen, quien por su parte tenía los brazos cruzados y apoyados en el escritorio mientras su rostro estaba oculto entre ellos.

Normalmente Danna hacía su trabajo en su oficina, pero hace algunos minutos la había llamado diciéndole que era urgente, al llegar lo único que vio fue a su amiga acostada en el sofá y mostrándole un enorme puchero, luego quejándose de que Jane no la había buscado en varios dias.
Danna sin tomarle mucha importancia no dijo nada, solo tomó prestado su laptop y se sentó a hacer en informe en esa misma oficina, vigilando en todo momento a su amiga.

— ¡Estoy aburrida! — se quejó en su lugar.

Danna soltó un suspiro de resignación.

— Si tanto quieres verla puedes ir tu sola, no es necesario que Jane te busque.

— Al principio ella sabía buscarme a todas horas, no había un solo día en que no me molestara — recriminó recordando esos días — ahora ni siquiera la veo, solo escucho cómo es que se preocupa mucho por su amiga.

— ¿Acaso estas celosa de Melissa? — preguntó más atenta a su informe que a ella.

— !No! N-no tengo porqué estar celosa de nada ni nadie — se sonrojó bastante — no es como si ella y su amiga tuvieran algo ¿o si?

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