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Cuando la campana resonó, indicando el tan ansiado receso para los jóvenes, Sana trató de meter rápidamente todas sus pertenencias en la mochila porque tenía un solo objetivo por el momento

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Cuando la campana resonó, indicando el tan ansiado receso para los jóvenes, Sana trató de meter rápidamente todas sus pertenencias en la mochila porque tenía un solo objetivo por el momento.

Mas cuando estuvo lista y miró hacia el fondo del salón, soltó un largo suspiro al comprobar que, efectivamente, dicha alfa pelinegra con la que deseaba hablar, había salido con celeridad hacia quien sabe dónde.

Oh, pero esto no podía seguir así. Sana no tenía pensado dar su brazo a torcer. Por supuesto que no.

La omega sabía que debían conversar y eso es lo que harían así tenga que saltarse el receso, ignorar a sus amigas y caminar por cada rincón hasta encontrar a Jihyo.

Dando rápidos pasos y siendo decidida, emprendió su recorrido hasta que algo hizo clic en su cabeza y se detuvo abruptamente. Como si hubiera podido viajar entre sus recuerdos y traer de vuelta una escena que se proyectaba en su memoria, una sonrisa tímida y algo triste se dibujó en sus labios.

Subiendo por las escaleras y adentrándose por los pasillos, supo que no se había equivocado cuando el característico aroma de la alfa la envolvió suavemente.

Jihyo estaba en el salón de música.

Aquel lugar que aprendieron a compartir luego de esa noche en que la alfa declaró sus sentimientos, aquel lugar que casi siempre permanecía desolado pero que se llenó de la calidez que emanaban en cada receso y en cada oportunidad que tenían de ser solo ellas dos, aquel lugar que llamaron suyo.

Del que comentaban que siempre lo recordarían aún cuando se graduaran y pasaran los años, porque les pertenecía tácitamente. Porque ellas creían en su para siempre por más cursi que sonara para otros.

Cuando Sana dio un paso para adentrarse al salón, Jihyo se levantó de inmediato del suelo, tratando de borrar todo el rastro de pesadumbre que pudiera notarse en su rostro y en su decaído porte.

── Tenemos que hablar. ── se atrevió a romper el silencio.

Jihyo suspiró con pesadez, tratando de no observar detenidamente el bonito rostro de la omega porque sabía que no podría ser fuerte y terminaría besándola como añoró en todo el lapso del tiempo que se mantuvo alejada.

── Ya no es necesario, me ha quedado bastante claro con lo sucedido ese día.

── Basta, sabes que no es cierto. Lamento mucho lo que pasó, en serio, pero es que ni yo misma puedo entender a mi madre. De todas formas ella no importa en absoluto, no cuando nosotras...

── Sana. ── mencionó con un tono tan neutral e indiferente que encogió un poco la seguridad que la omega trataba de mantener. ── Ella es tu madre, siempre querrá lo mejor para ti. Y yo... ── dando una agria pausa, trató de continuar. ── Yo creo que tiene razón.

Sana no quería escucharla porque empezó a tener miedo acerca de a dónde estaba dirigiéndose la conversación. Pero aún así necesitaba entenderla. ── ¿A que te refieres?

── Será mejor que lo dejemos aquí.

── ¿Disculpa?

Inevitablemente y como era de esperarse, los gatunos ojitos de la omega se cristalizaron, acumulándose de saladas gotas que demostraban cómo se estaba sintiendo en ese instante.

── Sé que lo sabes, Sana.

── No, no lo sé. ── refunfuñó, viéndose dolorosamente adorable para Jihyo. ── ¿Acaso estás terminando conmigo? ¿Cómo puedes...?

── Es lo mejor para ambas, créeme.

── ¡No es verdad! ¿Por qué estás haciendo eso?

Jihyo tragó saliva con dificultad, sacudiendo su cabello con una frustración que la estaba agotando.

── Porque es lo mejor, ya te lo dije. Tal vez ahora no puedas comprender lo que trata de hacer tu madre, pero verás que con el tiempo le darás la razón. ── No pudo evitar hacer contacto visual con esos bonitos orbes que la mantuvieron encantada desde hace tanto tiempo atrás. ── Ella quiere los mejor para ti y yo no soy nada de eso.

── ¡Ya deja de mencionarla! ── inesperadamente se aproximó hacia la alfa, dándole débiles golpe en el pecho sin saber de qué otra forma reaccionar. ──¡Ella no tiene nada que ver aquí, esto es entre nosotras!

── Sana... ── dijo destilando tristeza pero cariño a la vez, tomó suavemente las muñecas de la omega para que pudiera calmarse. ──¿Acaso no lo entiendes? Tal vez soy lo que quieres, pero no soy lo que necesitas.

── Claro que te necesito y te quiero conmigo, siempre.

── La gente como yo solo traen problemas, personas como yo solo rompen cosas bonitas. ── reiteró, acariciando la nívea mejilla de Sana. ── Durante estos días lo he pensando, aún si no quise hacerlo. Entendí que te mereces a alguien mucho mejor que yo... Y yo no merezco tener a alguien como tú.

── Hyo, no digas eso, no es cierto. ── safándose del agarre en sus muñecas, alzó sus palmas y acunó el rostro de la alfa. ── Yo te quiero y tú también me quieres, eso es más que suficiente. ¿Qué pasó con la alfa que todo le daba igual? ¿Que le traía sin cuidado alguno lo que los demás dijeran?

Jihyo se alejó, haciendo añicos un poco más el corazón de la omega. ── Es que no se trata de ellos o de mí. Se trata de ti... Mereces estar con alguien como Chaeyoung, alguien como Nayeon o ese tal Christopher. Una alfa que no traiga líos a tu vida, una alfa que tome tu mano y todos sepan que es la indicada para ti.

── ¡Lo eres, tú lo eres para mí! ¡Los demás pueden irse a la mierda!

Jihyo se sorprendió ante las palabras de Sana, ya que nunca antes la había visto actuar ni decir algo así.

── No puedes ir en contra de tus padres y tampoco puedo permitir que los confrontes y tengas problemas por mi culpa. No puedo hacerte eso, Sana.

La omega se limpió con rapidez y brusquedad las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, tratando de no ceder. Eso no era justo.

Cuando quiso replicar una vez más, el estresante sonido de la campana aturdió sus oídos y fue perfectamente el momento para que Jihyo decidiera irse.

── ¿Así que solo te rindes y ya? ¿Tan fácil es esto para ti? ── se cruzó de brazos, mirando por sobre su hombro cuando los pasos de la alfa se detuvieron por unos milisegundos.

── No... No es eso, Sana... ── carraspeó, negando con la cabeza. ── Solo... Solo creo que es lo mejor, sé que lo entenderás.

Cuando no hubo más rastro de la presencia de Jihyo, la omega rubia trató de tranquilizarse y respirar lentamente en busca de poder calmarse. Esto no significaba nada, Sana podía con ello. Solo sería un obstáculo que ambas debían aprender a superar.

Sana lo sabía, ella no iba a rendirse tan sencillamente. Y estaba mucho más segura que esto no era precisamente lo que Jihyo quería, solo tenía miedo e inseguridades propias que ella se encargaría de aceptar y abrazar.

Porque se querían y eso era suficiente para ella.

Porque se querían y eso era suficiente para ella

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⏰ Last updated: Dec 27, 2023 ⏰

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Bad girl  Ꞝ   SahyoWhere stories live. Discover now