❥. ᭄ 𝐒𝐚𝐡𝐲𝐨 ★ Adaptación
❝ ¿Quién dice que una chica mala no puede caer ante los encantos de Sana?❞
❝ Minatozaki Sana es considerada la omega más preciosa de toda la preparatoria. Un día como cualquier otro, llega una nueva estudiante, una...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
── Puede que no me lo creas, pero estoy nerviosa, bonita.
Jihyo sonrió al escuchar la risita cantarina y baja del omega al otro lado de la línea.
── No seas tonta. ¿Por qué lo estarías? Mi papá ya te conoce y todo irá bien.
── Bueno... Sí, pero tu madre aún no me ha visto y- ¿Crees que deba ponerme algún traje o sería demasiado? Tal vez sea mejor ya que se cubren mis tatuajes y también me quitaré los piercings.
── Jih...
── Aunque ahora que lo recuerdo, no tengo muchas prendas de ese tipo, mayormente las pongo en donación ya que las uso una sola vez cuando hay eventos o compromisos familiares... Pero puedo comprar algo, no tengo problemas, de paso puedo llevar algún presente para tus padres y-
── Hyo, tranquila. ── le interrumpió al notar lo rápido que hablaba su novia.
── Lo siento, es que yo-
── ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? ── mencionó esporádicamente. ── ¿O cuando empezábamos a hablar y siempre terminábamos discutiendo? ¿Incluso... incluso la noche en que me robaste un beso y pusiste mi mundo de cabeza?
── ¿Cómo podría olvidarlo, bebé? ── dijo cariñosamente, pero algo extrañada por las repentinas palabras de la omega.
── ¿Cambiaste la forma en que vestías o cómo te veías en esos momentos?
Un silencio alargado por un par de segundos bastaron para que luego la voz de la alfa sonara en respuesta. ── No... No, bonita, no lo hice.
── Entonces tampoco estás obligada a hacerlo ahora, Hyo. Te quiero tal y como eres, como luces y todo lo demás. ¿Sabes? Eso no me importa en absoluto y tampoco tendría por qué importarle a mis padres.
El corazón de la alfa se puso tibia de ternura, no pudiendo evitar que una tímida y tonta sonrisa se dibujara en sus labios.
── Oh, bebé. ── sintió sus orejas calentarse. ── Yo también te quiero.
Sana sintió como su lobita inflaba su pecho con orgullo ante la sinceridad de los sentimientos de su alfa al igual que ella, y sonrió con suficiencia.
── Además, ya te dije que mi papá te ha visto y el que te haya invitado a almorzar con nosotros dice mucho.
── ¿Tú crees? ── inquirió, tratando de ya no sonar tan nerviosa como se sentía.
── ¡Por supuesto que sí! ── exclamó feliz. ── Aunque espero que seas puntual, extraño abrazarte y sentir tu aroma, Minie. ¡Esta semana ha sido una tortura!
── También fue una tortura para mí.
── Pues no creo que hayas sufrido tanto como yo. ── dijo en reproche. ── Me parece increíble que rechazaras mi idea de no vernos al menos una vez.