›› Doutes et vérités

1.4K 186 18
                                    

— Chaengie

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— Chaengie. — murmuró la omega, sintiendo como rápidamente Jihyo se alejaba de ella.

— Hola, Sana-unnie. — contestó con incertidumbre.

La pelinegra se acercó hasta Chaeyoung, obstruyendo su vista que se dirigía bobamente a la omega.

— Estuve buscándote, Jihyo. — intentó mirarla a ella. — Creí que me habías dejado.

— Ah, mierda no. — chasqueó la lengua. — Solo olvidé decirte que tengo una estúpida sanción que cumplir al final de clases por algunas semanas. Lamento eso.

— Oh, entonces... ¿Me quedo a esperarte?

— No, no es necesario. Ve avanzando que yo tardaré un poco.

— ¿Segura? — miró de reojo a la omega que seguía quieta a unos metros de distancia. — Yo puedo ayudar a-

— Dije que no, Chaeyoung. — interrumpió ahora con más fastidio. Haciendo que la mencionada optara por solo asentir.

— Uhm, está bien. Nos vemos en casa. — ladeó su cabeza para mirar a la rubia. — ¡Adiós unnie! — La aludida sonrió, agitando una de sus manos.

— Sí, adiós. — contestó Jihyo de mala gana y la tomó por los hombros hasta salir al pasillo.

Al estar frente a frente, la alfa menor la miró por última vez con algo de recelo, y es que la situación en la que la encontró con la omega que le gustaba había sido demasiado extraña. ¿Qué hacía su prima tan cerca de Sana?

— Nos vemos luego, ve con cuidado a casa.

La pelinegra solamente asintió, volviendo de nueva cuenta al salón sin mirar atrás por última vez. Al entrar, vio que la omega seguía limpiando, por lo cual soltó un bufido medianamente sonoro y llamando su atención.

— Bien, haré el estúpido trabajo. — esta vez ya no se acercó pero su mirada era fija y seria. — Pero mientras más rápido terminemos, más tiempo tendré para no mirar tu cara. Así que hazme el favor.

— La agradecida seré yo, si colaboras sin rechistar será mejor para ambas. — se cruzó de brazos. — ¿Estás de acuerdo?

Jihyo resopló, terminando por asentir pesadamente.

— ¡Ah, al fin! ¡Creí que tendría que hacerle una ofrenda a los Dioses! — se expresó exageradamente, escuchando un leve gruñido por parte del alfa. — Ya, ok niña, cálmate. Mañana empezamos.

Jihyo rodó los ojos con hastío y luego tomó la escoba, empezando a barrer rápidamente. Mientras ella le daba la espalda, Sana sonreía victoriosa.

A la pelinegra no le importaba dejar sola a la omega, ella solo terminaría con su parte del aseo y se largaría a su aburrida casa por la cena familiar.

Bad girl  Ꞝ   SahyoWhere stories live. Discover now