Bad girl Ꞝ Sahyo

››Vacances et projets

Sana no pudo evitar morder las orillas de sus uñas, expectante a que el puntaje de la alfa sea satisfactorio. Diablos, quería que la espera no fuera tan larga. ── Te lastimarás si sigues haciéndolo.

Y tal como si la hubiera llamado, Jihyo la rodeó por detrás mientras le sujetaba ambas manos para que evitara seguir con aquella manía.

La omega soltó un suspiro hondo, acostando su cabeza en el firme hombro ajeno y disfrutando del aroma a café amargo que llegaba mejor a su naricita.

── Lo lamento, es que estoy nerviosa. ── explicó al haber sido atrapada. Anteriormente ambas habían hablado sobre aquel hábito que no dejaba nada bien a sus manos, y por el cual Jihyo procuró ayudarla a borrarlo de sus costumbres.

La pelinegra soltó una risita nasal mientras le besaba la mejilla. ── Lo estás más que yo, bonita. Aún falta media hora para poder entrar.

Era sábado por el mediodía, justamente ayer en la salida Jihyo se había quedado a rendir la prueba general junto a otro reducido grupo y ahora solamente esperaban por los resultados que el tutor encargado debería tener.

Sana confiaba en que Jihyo aprobaría. Porque aparte de querer que mejorara en el ámbito académico, no quería que fuera a clases en plenas vacaciones. Eso sería cruelmente aburrido y deseaba salir a más lugares con ella.

Muchas citas.

Fue entonces que treinta minutos después, la omega le dejó un corto beso en los labios para alentarla a ingresar al colegio por fin.

── ¡Sabía que lo harías! ── fue una de las tantas frases que la rubia decía, totalmente orgullosa y contenta.

Jihyo se dejó hacer, recibiendo varios besos en su rostro y labios a la vez que sujetaba a la omega de la cintura para que no cayera.

── ¡Vamos a poder salir en estas semanas! ── agregó eufórica, rodeando el cuello y torso de la alfa respectivamente con sus extremidades. ── Estoy feliz.

── Me alegra saberlo, no podía sacar menos con una profesora tan inteligente como tú. ── halagó con voz tersa, dando un par de pasos para alejarse del lugar. ── ¿Te apetece comer algo? Todavía es temprano.

Sana asintió tal cual cachorra, abrazándose más al sólido cuerpo.

Esa tarde se la pasaron tonteando y riendo, caminando por toda la plaza mientras sus meñiques iban enlazados. Hablando de los próximos planes que tenían mientras Jihyo la mimaba con cualquier cosa que a Sana le gustara.

En cierto punto a la omega se le hacía demasiado adorable la estatura de la coreana, aprovechando aquel tema para avergonzarla y besarle las mejillas algo sonrosadas.

── No es necesario que lo repitas, Shiba.

── Yah~ Eres demasiado tierna.

── No lo creo, Tú, ah... Estás mirando la parte que menos me gusta de mí. ── decidió confesar con la mirada perdida.

Se encontraban sentadas cómodamente, en el patio de comidas de un conocido centro comercial. Sana lo observó por unos segundos en completo silencio, para luego sujetarle la mano más cercana y acariciar el dorso con su dedo pulgar.

── Eso te hace más linda de lo que eres, Hyo. ── comentó lento, recostándose más en la alfa. ── No existe ningún prototipo de cómo ser perfecta.

── Soy una alfa, bonita. ── hizo una mueca con cierto desánimo, dejando caer cuidadosamente su cabeza con la de la nipona. ── Se supone que no debería...

── ¿Y qué con eso? Yo soy la omega y recuerdo haberte dado un rodillazo cuando te pasaste de tonta. ── su propósito era hacerle una broma, y pudo lograrlo mínimamente cuando escuchó una suave risa efímera. ── La casta a la que pertenecemos no tiene nada qué ver, Hyo. No importa tener que seguir con estúpidos estereotipos, no eres menos alfa por tener características que te hacen especial.

» No había visto a alguien tan tierna cómo tú, ni unos labios tan atrayentes... No sabía que detrás de esa coraza de mirada oscura se escondía una personalidad tan cálida conmigo.

Sana se alejó levemente para que pudieran mirarse sin tanta pena acumulada.

── Y si alguien se burla de tu estatura se las verá conmigo porque soy una omega que sabe cuidar lo suyo. ── frunció un poco su entrecejo, mostrando sus dientes mientras alzaba la comisura izquierda de su labio, intentando verse aterradora.

Jihyo le sonrió más amplio, negando divertida mientras se acercaba y rozaba delicadamente su nariz con la adversa en un beso esquimal. ── Claro, lo atacarás con aegyo.

La rubia emitió un jadeo indignada y posó sus manos en el pecho de la alfa para encararla nuevamente. ── ¡Yo doy mucho miedo! ── aclaró disconforme, en medio de un dulce puchero inconsciente.

Jihyo la tomó de ambas mejillas y le dio un largo y puro beso, dejando más que satisfecha a Sana y su lobito.

── De acuerdo, omega temible. ── la aludida sonrió.── Quiero preguntarte sobre algo de las citas. ── dijo con algo de demora, se le hacía difícil nombrar aquella palabra cuando nunca antes pensó siquiera enamorarse.

Sana emitió un breve sonidito, indicándole que la escuchaba.

── Bueno, llevamos más de dos meses y me gustaría que conocieras uno de mis pasatiempos...

── ¿Favoritos? ── concluyó la omega, con los ojos brillando en emoción anticipada.

── Podría decirse. ── asintió. ── Aunque no sé si tú podrías estar-

── ¡Yo voy, Hyo!

La mentada sonrió al ver su expresión. ── Pero al menos déjame decirte sobre qué es.

── Confío en ti, no es necesario.

Jihyo le dejó un beso en la frente. ── Me gusta saberlo, pero esos lugares no son algo de los que probablemente estés acostumbrada.

Sana elevó una de sus cejas en desconcierto. ── ¿De qué trata?

── Carrera de motocicletas.

Y la sorpresa tallada en las facciones de la omega no se hicieron de esperar. No había dudas, ella verdaderamente quería ir y acompañarla.