Bad girl Ꞝ Sahyo

›› Changement radical?

El fin de semana para Sana era terrible. De su cabeza aún no se iba la tortuosa imagen de Chaeyoung llorando ante su rechazo. Le dolía el pecho y su vista estuvo cristalizada desde que se despertó aquel domingo.

Muy a su pesar, logró terminar todas las tareas que se le encargaron para no tener una sobrecarga de estrés física y emocional. Ahora estaba sola, en el silencio de su habitación, ni siquiera quería desayunar junto a sus padres.

Se lanzó nuevamente de espaldas en la cama, suspirando para quizás volver a dormir otro rato. Su tiempo de soledad se vio interrumpida cuando unos fuertes toques en la puerta resonaron.

— No quiero ver a nadie, por favor. — rogó con desánimo

Pero al parecer no fue obedecida cuando de esta, entraron Dahyun y Mina sin lentitud alguna. Ambas sabían que algo malo había sucedido desde aquel día y ya no soportaban el hecho de hacerse los desentendidos.

— Buen día, Satang. — intentó sonreírle. — A decir verdad estuvimos muy preocupadas y tu mamá no ayudó mucho cuando me llamó. — se sinceró, una noche antes la omega mayor acudió a ella.

— ¿Pasó algo ese día, Satang? — prosiguió Mina. — No te ves bien y estamos aquí para ti.

Hizo un pequeño mohín. — Es algo absurdo, no se preocupen.

— Oh no, claro que no. — dijo la coreana, sentándose en el borde de la cama y regañándola con la mirada. — Te conozco muy bien, Sana, no hay necesidad de mentir.

La omega más alta resopló, declinando la idea de seguir ocultando lo mal que se sentía. Después de todo, tarde o temprano se enterarían y entonces solo quiso ser directa.

— A Chaeyoung le gusto. — anunció con incomodidad.

Mina y Dahyun se miraron entre ellas. Ambas sabían lo difícil que era para Sana vivir y sentir esas situaciones, mucho más cuando se trataba de alguien tan especial para ella.

— Volvió a suceder, Dubu. — sonrió con ápice de tristeza. — S-se me declaró de una forma muy bonita, pero yo no podía corresponderle, yo no la vería de otra forma.

— Ah, unnie. — murmuró Mina, acercándose rápidamente para abrazarla mientras que Dahyun lo tomaba de las manos, acariciándolas y mirándola con comprensión.

— Y me dolió lo que me transmitieron sus ojos, y-yo la lastimé.

— Hey, no, nada de eso. La culpa no fue de nadie, uno no puede mandar a sus sentimientos.

— Pero lo hice.

— Hiciste bien en ser clara. — corrigió Mina, dejando de abrazarla para posar una de sus manos en el hombro adverso. — Una verdad amarga es mejor que una mentira dulce. ¿No lo crees?

— Ya verás que muy pronto esto pasará, solo deja que pase el tiempo.

Las amargas palabras de Jihyo también invadieron la mente de la rubia. Pero ante el apoyo y las palabras de sus dos inseparables amigas, decidió borrarlas de su mente. No tenía por qué interesarle opiniones absurdas.

— ¿Qué podemos hacer para que esta bonita omega sonría? — dijo Dahyun con una gran sonrisa, su aura divertido y cálido salía a flote, dejando que lo negativo fuera esparciéndose muy lejos de ellos. — ¿Si salimos a comer esas brochetas de cerdo que tanto te gustan?

Sana mostró una suave sonrisa, ella verdaderamente amaba esos ricos manjares de carne con verduras.

— ¡Vamos Shiba! Hagamos una expedición culinaria en el centro comercial. — sugirió Mina, aplaudiendo animada.

— No vamos a recibir un 'no' como respuesta. — ambas omegas la tomaron de cada brazo haciéndola reír.

La pesadez que Sana sentía empezó a desvanecerse hasta volverse ínfima, se sentía tan afortunada por contar con amistades tan leales y dedicadas, ella prometía cuidarlas de igual manera.

— De acuerdo, no me puedo negar a eso.

— ¡Muy bien! — Dahyun se expresó ruidosamente para luego calmarse. — Ahora, esperaremos abajo mientras te alistas; iremos a saludar y avisarle a tus padres que saldrás con nosotras.

— Está bien, las veo en la sala.

— ¡No demores! — y con aquel grito, sus amigas desaparecieron de la habitación. Sana sintió que ese día no sería tan malo como lo lamentó en la mañana.

La tarde estaba siendo estupenda desde que llegaron, habían probado las mejores brochetas sazonadas de la ciudad, y luego, sin importarle las consecuencias, fueron por unos batidos de frutas, cada una escogiendo su favorito mientras intentaban adivinar el sabor de la otra.

Pasearon por el parque de juegos y miraron muchas tiendas en donde había mercancía de todo tipo sobre sus girlbands favoritas. Ahí Mina era la más emocionada, pero lo fue más cuando pasaron a la sección de moda y estética. Todo lo relacionado con belleza.

— ¡Satang, mira! ¡Esta camisa se vería muy bien en ti! — exclamó extasiado, sus ojitos brillaron al ver los atuendos detrás del ventanal. — Y estos pantalones. ¡Dios! Tienes que comprarlos.

— El color me encanta, entremos. — agregó Dahyun, otro admirador de la buena moda.

— Oh, yo creo que no. — respondió medio insegura. — No es mi estilo algo de esto.

— ¡Vamos, Sana! — lo haló apresuradamente. — Te vendría muy bien un cambio de look.

— ¿Cambio, por qué?

— ¡Será divertido! — la emoción fue contagiada a Dahyun. — Las tres podemos intentarlo, no hay nada que perder.

— Te apuesto que Sana-unnie será la sensación. — picó el suave abdomen de la omega, aquella que estaba cubierta por una blusa color crema.

La rubia sonrió mientras rodaba los ojos, después de todo, ella siempre accedía a acompañar las locuras y travesuras que a sus amigas se les ocurría. No había nada que lamentar, incluso a ella empezaba a ganarle la curiosidad de comprar y probar distintos estilos.