❥. ᭄ 𝐒𝐚𝐡𝐲𝐨 ★ Adaptación
❝ ¿Quién dice que una chica mala no puede caer ante los encantos de Sana?❞
❝ Minatozaki Sana es considerada la omega más preciosa de toda la preparatoria. Un día como cualquier otro, llega una nueva estudiante, una...
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— ¿Llegamos? Dime que sí. — comentó la alfa, haciendo que Sana rodara los ojos por enésima más. — ¿Ya llegamos? — y ahí de nuevo.
La omega soltó un suspiro hondo, deteniéndose abruptamente y logrando que Jihyo chocara contra su espalda. — ¿Puedes callarte? — giró sobre sus talones para enfrentarla. — No has dejado de repetir lo mismo una y otra vez, no puedo concentrarme. Si no te diste cuenta, ando revisando la ubicación en mi celular. — le regañó, desesperándose al ver que la pelinegra simplemente le sonreía con burla, disfrutando por estar acabando con su paciencia.
— ¿En serio? Ni siquiera me di cuenta. — respondió, el sarcasmo siendo percibido en el tono de su voz. Jihyo se sentía tranquila, logró hacer que la omega tardara mucho en seguir la trayecto a la estúpida cafetería que de seguro ya iban demasiado tarde. Esperaba que la otra alfa se haya largado de una buena vez.
Pero, justamente cuando la rubia iba a reprocharle con enojo, una tercera voz resonó.
— ¿Sana?
Jihyo alzó la mirada y la omega dio la vuelta inmediatamente.
— ¿Nayeon-unnie? — cuestionó, un poco sorprendida, haciendo un pequeño puchero brillante. — ¡Nayeon-unnie! — afirmó luego de reaccionar, sonriendo ampliamente mientras corría la corta distancia que las separaba.
La alfa la esperó con los brazos abiertos y la cubrió en un abrazo tan sincero como cargado de cariño. — Pensé que ya no vendrías. — le susurró al oído, haciéndole suaves cosquillas con su cálido aliento.
— Lo siento mucho, unnie. — se separó de ella sutilmente. Las grandes manos de la alfa se posaron en su cintura con confianza. — Pero lamentablemente tuve un percance y...
— Y vino conmigo. — concluyó Jihyo, observando fijamente a Nayeon y mostrando un aura pesado, cargado de fastidio y desbordante desagrado. Su aroma tampoco pasaba desapercibido.
— Oh, comprendo. — asintió. — Bueno, creo que no importa. — intentó sonreír con calma. — Aunque creí que tú... — miró a la nipona.
— ¿Qué vendría sola? — interrumpió nuevamente. — No, no pudo hacerlo. Lástima.
Sana contó mentalmente hasta diez para no reclamarle y solo le sonrió a Nayeon. — Ella no se quedará por mucho tiempo, es un par de cosas de nuestro proyecto y ya. ¿Por qué mejor no avanzamos? Necesitamos hablar de muchas cosas, unnie. — se enlazó al brazo de la mencionada, dejando atrás a Jihyo para que no volvieran a interactuar.
"Alfa imbécil" — maldijo, odiando la manera en cómo este veía el pequeño rostro de la omega y odiándose así mismo por no poder evitarlo. Su lobo le reclamaba por no hacer nada para alejarlos y sentía que amenazaban su territorio y sus pertenencias, su lado animal podía salirse de control.
— Claro que sí, vamos. — Nayeon dirigió su mirada a ambas, invitándolas a entrar a la cafetería con aspecto rústico que estaba a un par de pasos.
