— ¿Necesitas algo? ¿Quieres algo de comer? ¿De beber? ¿Algo para distraerte?

— Estoy bien, pronto traerán mi desayuno.

— La comida del hospital es asquerosa, lo digo por experiencia propia — Melissa contuvo otra risa — de todos modos iré por algo, no me tardo.

Cuando salió, Melissa trató de levantarse pero el dolor rápidamente llego e hizo que se rindiera.
Luego de unos minutos Jane volvió con algunos bocaditos.

— ¿No encontraste algo más?

— Nada que pudiera costear — dijo negando — la comida es realmente cara, ojalá te den algo decente.

Jane se sentó en el sofá lejos de la cama, era una habitación amplia y privada, no por nada era considerado una de los mejores hospitales de la ciudad.
Melissa la miró atenta, observándola detalladamente, hasta que Jane se dio cuenta.

— ¿Te pasa algo?

Sin que Melissa pudiera negar, Jane se apresuró a acercarse y acomodarle la almohada, cosa que hizo que sus rostros estén a poca distancia.

— Lo siento — dijo una divertida Jane.

Melissa se sonrojó bastante y por miedo de que su amiga notara eso, solo dijo lo primero que se le vino a la mente.

— Deberías irte a casa a cambiarte.

— ¿Enserio? — vio a si misma su ropa y asintió dudosa.

Luego de unas palabras más y unos cuidados, Jane se fue prometiendo que volvería lo más pronto posible.

Cuando se fue un sentimiento de intranquilidad envolvió a Melissa, ¿Qué se supone que debería hacer ahora? Pues ya se había vendido por el bienestar de Jane, pronto ella querrá volver a investigar a Verónica y Melissa estaba obligada a evitar ese hecho.

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Por otro lado Danna amaneció junto a Verónica, sin pensarlo se levantó a hacer el desayuno pero pronto pensó en lo que le había dicho hace tiempo, quiso volver a la cama, sin embargo Melissa ya estaba despierta y con la mirada fija en ella.

— Lo siento, quise volver a...

— Ya me cansé de decírtelo, puedes hacer lo que quieras.

Se levantó y se empezó a vestir, Danna se acercó por la espalda y la rodeó con sus brazos.

— Discúlpame ¿Si? — le habló al oido — haré todo lo que tu quieras.

Verónica rodó los ojos, pero luego sonrió, de alguna manera le gustaba cuando la consentía así.
Antes de seguir el celular de Danna sonó, a lo que la mujer contestó.

— ¿Qué ocurre? — preguntó Verónica después de verla colgar.

— Ellen quiere ir al hospital donde se encuentra Melissa, la amiga de Jane. Quiere que la acompañe para darle una noticia.

La menor lo pensó unos segundos.

— ¿Puedo ir con ustedes?

— Ya hablamos de esto — retrocedió unos pasos — todavía no puedo decirle...

— ¿Cuando va a ser el momento indicado para tí? — cuestionó molesta — además, no te pido que me lleves como novia, solo quiero entrar más en tu mundo... dile que soy tu aprendiz o algo así.

Aún dudosa Danna siguió pensando, a lo que Verónica se acercó coquetamente y pasó su dedo por los senos de la mayor, Danna reaccionó al toque.

— Dijiste que harías lo que yo quisiera.

SOMOS INSTANTESWhere stories live. Discover now