CAPITULO 58

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Camila POV

Salí del estudio dejando a Lauren acomodando su poca ropa. Caminé a paso rápido pero silencioso hasta llegar a la puerta de la habitación. 

Abrí la puerta y me adentre en la oscuridad del lugar. De puntillas fui hasta el baño, intentando no despertar al niño que aun dormía plácidamente en el medio de la cama, aprovechando que tenía todo el lugar para él solo.

Entorné la puerta del baño, dejando solamente un pequeño espacio para estar atenta a Antonio, que despertaría en poco tiempo. Temple el agua y luego de quitarme la ropa que vestía, entré a la ducha.

El agua corría por mi cuerpo que comenzaba a doler levemente. Lavé mi cabello y me permití quedarme unos minutos de pie bajo el chorro de agua a modo de relajación.

Minutos pasaron cuando sentí dos suaves golpes en la puerta, que fueron seguidos de una infantil voz.

- ¿Lolo? - preguntó una voz aniñada, intentando abrir mas la puerta.

- Soy Mila - respondí al identificar a Antonio - entra pequeñin. 

Oí como la puerta se abría lentamente y daba paso a un niño en pijamas que se pasaba ambos puños frenéticamente por los ojos.

- Buen día mi amor - dije abriendo un poco la puerta vidriada de la ducha - ¿Cómo dormiste? 

- Bien... - respondió serio - aunque me desperté y no estabas ni tú ni Lolo - terminó por decir para levantar su cabeza y mirarme.

- Oh, lo siento... Pero aquí estoy - dije - y Lolo ya vendrá - exclamé y lo vi asentir.

- Mila, quiero hacer pipí - pidió.

- De acuerdo ¿Necesitas mi ayuda? - pregunté.

- Mmm creo que no - dijo y comenzó a bajar sus pantalones de pijama para poder orinar.

Cerré el grifo del agua, me envolví en la toalla que ya había preparado de antemano y salí de la ducha. Estaba secando mi pelo con una toalla mas pequeña, cuando de un momento a otro la puerta se abrió de un portazo, dejándome ver a una ojiverde eufórica.

- ¡Camila! - exclamó - ¡¿Dónde...?! - comenzó a decir, pero se detuvo cuando vio a Antonio de pie al lado del inodoro, que ahora se había girado para poder mirarla y estaba orinando el piso. 

- Oh oh... apunta bien hombre araña - dijo Lauren corriendo a su lado para tomar al pequeño y ayudarlo a apuntar hacia el inodoro.

- Lo siento... Me distraje - exclamó Antonio, con un rostro apenado.

- No te preocupes, lo limpiaremos - respondió ayudándolo a colocarse de nuevo sus pantalones - lavemos nuestras manos y dejemos que Mila se vista ¿De acuerdo? - Antonio asintió.

Lauren se encargó de limpiar el piso, mientras Antonio la miraba atentamente. Cuando terminaron de lavar y secar sus manos, se retiraron del baño cerrando la puerta tras de sí; pero antes de que se marchara, llamé su atención.

- Mi amor - inmediatamente Lauren volvió a abrir la puerta, mirándome expectante para saber que iba a decir - ¿Me prestas algo de ropa? - pedí, y asintió en respuesta. 

Minutos después, Lauren volvía a abrir la puerta con algo de ropa para mi.

- Te esperamos en la cocina, Normani está preparando el desayuno - comentó y dejó un suave beso en mis labios antes de volver a dejarme sola.

Tomé la ropa en mis manos, para dejarla sobre la mesada del lavabo, y me dispuse a dejar todo ordenado; para luego poder secar y cepillar mi cabello.

Me estaba vistiendo con la ropa que Lauren me había dejado, cuando me miré al espejo y noté una serie de manchas en mi piel que normalmente no estaban allí. Agudicé la vista, acercándome al gran espejo que colgaba en la pared, y fue allí que me di cuenta que esas manchas en realidad eran moretones esparcidos por mis caderas, muslos y senos.

Sabor a almendras -Camren-Where stories live. Discover now