CAPITULO 31

1.5K 141 3
                                    

Lauren POV

Estaba totalmente cegada por la furia, la sangre hervía dentro de mÍ como si fuera un volcán a punto de erupción. Estaba haciendo mi mayor esfuerzo para que Camila vuelva a creer en mÍ y Chris se empeñaba en derribar cada uno de mis intentos.

Quería golpearlo.

Di un paso firme hacia él, pero mi madre fue capaz de interponerse en el medio justo cuando iba a ayudarlo a cerrar su gran y estúpida bocota.

- ¿Por qué no maduran de una vez? - exclamó enojada - ¡Tu! - dijo mirándome a los ojos - Vete de una vez. ¡Y tu! - dijo ahora mirando a Chris - Deja de ser tan estúpido. Ahora váyanse los dos antes de que me enoje aún más.

Desde pequeños, solíamos hacer enojar a nuestros padres. Mike, mi padre siempre nos dio mayor libertad y cada vez que hacíamos travesuras solía encubrirnos para no ser castigados. En cambio mi madre, con solo una mirada ya sabíamos que habíamos colmado su paciencia y seria mejor calmarnos si no queríamos perder el privilegio de poder jugar fuera.

Que mi madre volviera a regañarnos como si fuéramos dos niños pequeños, me había hecho sentir vergüenza de estar comportándome de forma tan poco madura. Así que tanto yo como Chris, bajamos nuestras cabezas. Para él fue más fácil obedecer a mi madre y acató su orden. Pero yo me quedé estática en el mismo lugar, mirando unos hermosos ojos marrones que no podía olvidar y no quería dejar ir.

- Vamos Camila, yo te llevaré a casa. Y disculpa a mis hijos, a veces se olvidan que son adultos - dijo mi madre mirando a Camila mientras bajaban por las escaleras en dirección a su camioneta, que estaba aparcada a unos metros de nosotros.

No podía seguir siendo tan idiota frente a la morena, no podía dejar que se fuera una vez más creyendo que era una mentirosa. Necesitaba aclarar las cosas de una vez. Así que me apresuré a bajar las escaleras y al estar a un paso de Camila, la tomé del brazo sin ejercer presión.

Camila se giró de forma inmediata, mirando mi mano primero y luego a mis ojos. Su rostro ya no pertenecía a aquella chica que había conocido. Ya no reía audiblemente, ni siquiera sonreía, sus ojos ya no brillaban.

Su rostro era pura decepción.

Y todo había sido provocado por mi.

- Camila... ¿Podemos hablar? - pedí con temor a ser rechazada.

- Creo que ya no hay nada que hablar Lauren - respondió intentando zafarse de mi agarre y retomar la marcha.

- Te prometo que no es lo que parece, Camila. Déjame explicarte - volví a pedir.

- Contigo nunca nada es lo que parece... - respondió totalmente seria- Nos vemos, Lauren.

En ese momento sentí que todo ya estaba perdido.

Había entendido que si mi corazón estaba roto en pedazos, el de ella ya se había hecho polvo.

Me quedé parada en el lugar, con la esperanza de que cambiara de parecer, volviera a mi y decidiera dejarme explicar como eran en verdad las cosas.

Pero no sucedió.

La vi dirigirse a la camioneta, donde la esperaba mi madre y su pequeña hermana.

Estaba segura que Camila tendría muchas preguntas y yo quería responderlas.

Pero ¿Cuándo estará lista para escucharme?

Solo podía pedir que cuando eso sucediera, que creyera en mi; como lo hizo cuando era una total desconocida.

Me dirigí hacia la camioneta de Normani arrastrando mis pies y me senté en el asiento del conductor, coloqué la llave para dar arranque y me puse el cinturón de seguridad.

Sabor a almendras -Camren-Where stories live. Discover now