CAPÍTULO 69

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¿Más tranquilas ahora que Trini está fuera de peligro?? jajajaja Todavía nos quedan varias cosas por resolver... Este capítulo está muy revelador!! No se lo pierdan y no olviden dejar sus comentarios!!


TRINIDAD

Unos rayos de sol me iluminan directo a los ojos, provocando que me despierte e intente mover un poco mi cabeza al otro costado de la almohada.

Siento que mi cuerpo está adormecido, débil o como si cada una de mis extremidades pesara una tonelada, impidiendo que pueda realizar los más simples movimientos.

Durante toda la mañana los médicos me han estado haciendo exámenes y preguntas, apenas si puedo pronunciar unas pocas palabras, siento la garganta áspera y lastimada. Una enfermera me explicó que, durante el coma, tuvieron que entubarme para monitorear la respiración, ya que estaba muy grave.

Intento recordar, pero no hay nada en mi memoria de ese día del accidente. Mi última imagen es bajar del colectivo y comenzar a recorrer el camino a casa, el resto es como si se hubiera borrado por completo.

Recorro la habitación buscando a mamá, ella estaba a mi lado cuando desperté. No hay nadie en mi campo de visión.

Pasan unos minutos y la puerta se abre.

Mamá se sorprende al verme despierta y detrás suyo aparece Bruno.

"¡Bruno está aquí!"

Nuestras miradas se encuentran. Sus ojos se llenan de lágrimas y en un par de pasos está a mi lado, muy cerca de mí.

—Hola bella durmiente—dice tomando mi mano con delicadeza—. ¿Cómo te siente?

Intento decirle que bien, pero ningún sonido se emite de mi boca.

—Tranquila, más adelante vamos a tener tiempo para conversar, ahora descansa...

Se acerca demasiado a mi rostro y siento sus labios en mi frente.

—Me alegra tanto que estés bien...—dice secando las lágrimas que caen por su mejilla.

Mamá permanece a unos pasos de distancia, para darnos un poco de privacidad, aunque no pierde detalle de la escena.

—Lamento tanto haber actuado como un adolescente inmaduro—dice mirándome a los ojos—, nunca debí irme del pueblo, no debí alejarme... fui un cobarde.

A mi mente vienen las imágenes de esa tarde junto al río, su cercanía, el abrazo cálido, ese beso que tanto había significado para mí y también recordaba su reacción al marcharse sin que pudiera explicarle nada. Claro que entendía de lo que estaba hablando.

—Todo esto fue mi culpa—agrega haciendo referencia al accidente—. Hiciste mi trabajo, lo que me correspondía, y lo hiciste mucho mejor que yo. Deberías ser investigadora privada, tienes muy buen instinto.

Pasa su mano por mi mejilla y su piel se siente cálida y suave sobre mi rostro.

—Miguel me dio todos los papeles. La causa está abierta y muy pronto podremos encerrar a Catalina y Julián.

Cuando Bruno menciona esos nombres, mi mente parece ser activada o desbloqueada.

Como si las imágenes de ese día se proyectaran de golpe una tras otra.

Mi viaje a Río Cuarto, la visita al laboratorio, luego al abogado, mi regreso a Alpa...

Una sombra... alguien me seguía.

Cierro los ojos con fuerza.

—Trini, ¿estas bien?

Las luces de una camioneta que se acerca a gran velocidad...

Sé que viene por mí.

Siento el fuerte impacto y mi cuerpo se eleva por el aire.

Es una camioneta roja.

El impacto al caer en el suelo es más fuerte que la envestida, pero aún estoy consciente. En mi rostro siento la áspera arena del camino, mis cabellos me cubren el rostro. Escucho una puerta que se abre y pasos que se acercan.

De pronto alguien sujeta mis piernas y me arrastra fuera del camino. Solo escucho los grillos y las lechuzas de siempre en la noche primaveral de Alpa.

De repente el movimiento se detiene y una voz femenina que habla desde la distancia.

—Déjala allí, ¡Vamos alguien puede vernos!

Conozco esa voz...

—¿Trini? —dice mamá sacudiendo un poco mi cuerpo—¿qué pasa hija? ¿Te duele algo?

Abro mis ojos para encontrarme con los rostros de mamá y Bruno preocupados y muy cerca del mío.

Sacudo la cabeza negando.

"Necesito recordar"

—Trini, ¿quieres que llame al doctor? —pregunta Bruno afligido.

Vuelvo a negar.

"Tengo que concentrarme"

Vuelvo a cerrar los ojos con fuerza. Intento regresar al recuerdo, a esa voz.

Una camioneta roja, la voz de una mujer...

Un escalofrío recorre mi cuerpo al distinguir por completo ambas personas. ¿Cómo pude olvidarlo? Estuve tan cerca de ellos, pensaban que estaba muerta, que no podía oírlos...

(Flash back)

—Debería asegurarme de que esté muerta—pronunció la voz masculina—. Es el único cabo suelto en este asunto.

—Nadie resiste a un golpe así...

—Podríamos tirarla desde el puente. Como a Angélica y Evaristo.

—¡Cállate! Sube a la camioneta.

El motor vuelve a encenderse y las luces se alejan, dejándome en una profunda oscuridad.

Abro los ojos asustada. El pulso se acelera de manera incontrolable, porque sé quiénes estaban en esa camioneta, sé quien quiso matarme y sé quién mató a Angélica y Evaristo...

—Hija, por favor, ¿Qué está pasando? Nos estás asustando.

Bruno me mira confundido.

—Ffff... aaa...—susurro con esfuerzo.

—¿Qué dices Trini?? —pregunta Bruno.

Respiro y vuelvo a intentar.

—Ffff...aaa...

"¡Dios ayúdame por favor! Necesito fuerzas para hablar"

—No te esfuerces hija, ya habrá tiempo para conversar.

"¡No puedo esperar! Bruno tiene que saberlo ahora"

Vuelvo a tomar aire y con todas las fuerzas que me quedan pronuncio:

—Ffaa...bbi..an

Un lugar olvidado (COMPLETA)Where stories live. Discover now