Apostar Al Amor ©

21| Cascarones vacíos y rotos

(Agradezco si dejan los comentarios a medida que avanzan la lectura ♡)

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***

La fiesta empezó con media hora de atraso mientras esperábamos que llegaran la mayoría de los invitados y los payasos se prepararan. El lugar que Holder había alquilado estaba bien decorado con todas las cosas que habíamos comprado, incluso había un show de luces que ambientaba todo el espacio. Al lado del bufet se hallaba la mesa principal. En el centro se encontraba el dulce que recién habíamos traído: era una plancha enorme de casi medio metro que combinaba con el rango monocromático escogido para la decoración. Había una buena cantidad de niños corriendo por todas partes siguiendo las dinámicas de los payasos. Bliss era el centro de cada dinámica. Se le veía tan increíblemente feliz y rebosante de energía que no pude evitar contagiarme de su alegría. Incluso a Holder lo pillé varias veces riendo sutilmente.

—No sabía que supieras reír —le dije en una de esas ocasiones acercándome a él y quedándome a su lado. Al acto su rostro quedó inexpresivo.

—Creo que a estas alturas ya hemos descubierto lo poco que sabemos del otro —comentó con voz neutra sin apartar su vista de enfrente.

—Y lo poco que deseas que eso cambie.

—Te equivocas. Quiero conocerte, ya te lo dije.

—Pero no quieres que yo a ti. —Cuando asintió en confirmación, bufé—. Eso es injusto y cero recíproco.

—No tiene por qué serlo. —Encogió un hombro con una sonrisa ladeada.

—Es lo que hacen los amigos.

Me miró de reojo con el entrecejo fruncido.

—No somos amigos.

Le sonreí pícaramente.

—Tienes razón. Los amigos no se besan.

Holder carraspeó.

—Solo estoy pasando el rato.

—Pasar el rato —murmuré, pensando en ello—. Creo que es la primera vez que alguien me considera un pasatiempo.

—¿Y cómo te hace sentir eso? —preguntó mirándome con verdadera curiosidad.

—No lo sé —admití llevando mi mirada hacia Bliss y sopesando la pregunta—. ¿Excitante? Sí, creo que así se siente.

Holder sofocó una risa que sonó amarga.

—¿De verdad te quieres tan poco?

—¿Qué? —Volví a mirarlo.

—Alguien te hace sentir como un objeto y te parece excitante. ¿En serio te tienes tan poca estima?

Guardé silencio sin saber qué responder a eso. Holder clavó sus profundos y oscuros ojos en mí, y negó con la cabeza sin remedio.

—Sabía que eras masoquista, pero no creí que a estos niveles. —Lució verdaderamente sorprendido—. ¿Todos tus novios han sido igual de falsos que Preston? —inquirió, confundiéndome por el cambio de tema repentino.

Parpadeé.

—Yo... mis novios no eran falsos.

—Tus relaciones son todas superficiales. Eso es ser falso.