Capítulo 18

89 13 11
                                    

Horas antes...

¿Qué haces aquí?

Kirinmaru no respondió y simplemente se metió a la casa de Rin, quién al ver que entraba sin su permiso abrió la boca.

— ¿Quién te dijo que entrarás? — reclamó.

Silencio. Él no respondió nada, solo la miraba de arriba abajo.

¿Si sabes que los padres de Tsubaki se unieron a la Yakuza? —le preguntó.

Rin no entendía por qué cuestionaba aquello, ella negó, diciendo que no sabía nada.

No he tenido tiempo para ir a la mansión Vladimirov — fue lo único que contestó —, y no creo que ellos se atrevan a traicionar a la familia y a mí — dijo segura.

La sonrisa de Kirinmaru no se había borrado, esa pequeña era muy ingenua para creer aquello.

No me creas entonces, yo ya hice mi trabajo de venir a decirte — se acercó más a ella.

Rin ya se estaba preparando para abofetarlo si se atrevía a besarla, sin embargo Kirinmaru se alejó con una mueca de asco en su rostro.

Me voy — dijo visible molesto, pues había visto el chupeton en el cuello de Rin.

Rin no entendía su cambio, sin embargo no le importaba.

[...]

Rin.

Mi cuerpo sigue temblando se coraje mientras que su estúpida risa no se borraba de su rostro.

¡¿Entonces lo que él me dijo era verdad!?

Estaba ida en mis pensamientos hasta que lo escuché burlarse.

— Rin Vladimirova, la mujer más poderosa de Rusia y la Bratva fue traicionada por su propia familia — dijo con ironía —. Gracias por darle a la familia unos buenos aliados.

— No te creas tan importante, tú solo eres la sombra de tu Bankotsu — me defendí.

Su rosto cambio a uno molesto.

— Por si no lo sabes niña, yo soy el segundo líder —.

Ahora yo solté la carcajada.

— Ajá, Renkotsu no te engañes, siempre has querido utilizar el puesto de tu hermano y para tu desgracia solo serás su sombra hasta que te mate.

Su semblante cambio a uno enojado.

— No importa, de todos modos gracias por prepararnos a dos personas importantes.

Se dio la vuelta para irse, yo no iba dejarlo ir con vida así que saque mi arma y cuando iba a jalar el gatillo Yura me empujó para que no disparará.

— Mi señora, no puede comenzar una contienda en territorio enemigo — me dijo nerviosa.

— Maldita quisiste matarme — dijo molesto -.

— ¡Largate antes de que te mate!

Él se marchó y Uh nos llevó al área de entrenamiento donde varios cadetes ya me esperaban.

— Informen al clan que abra una reunión mañana por la noche — ordene a Uh.

Ingrese a la pista seguida de Yura y los cadetes me saludaron.

— Necesito que empiecen con sus entrenamientos de cuerpo a cuerpo — ordené —. Yura se encargará de entrenarlos.

Yura me miró sorprendida, no lo iba a negar que le tenía confianza y sé que ella no me va a traicionar.

Juegos Del Destino. Where stories live. Discover now