Capítulo 13

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El día tan ansiado por Sesshomaru llego, la fiesta sería en un hotel que era propiedad de los Vladimirov para darle la "bienvenida" al matrimonio Rizzo.

Rin Vladimirova se había vestido de negro, en honor a su difunta prima, Tsubaki Vladimirova; Rin era un pecado andante, el vestido que traía puesto le favorecía ya que sus curvas se marcaban perfectamente bien.

Para Sesshomaru verla vestida así le provocó desearla más de lo que ya lo hace.

Por otra parte, Eri se sentía molesta de que su admirado coronel y la teniente no la hayan llamando en ningún momento para ensayar sus papeles juntos. No era un secreto para nadie en la central que Eri ha estado enamorada de Sesshomaru desde que llego, pero este nunca le hizo caso. Este era su momento para confesarle su amor pero tal parece que el coronel estaba encantado con su teniente.

Ese detalle pudo notar cuando iban hacía la fiesta, los celos despertaron y deseaba con todo su ser que ya se largará a Moscú.

— Mi coronel — la escucho decir el nombre con un aire coqueto—, en una de las habitaciones hay unos documentos con información de la Yakuza — le dijo.

Obviamente era una mentira, ya que en realidad lo había en esos documentos era información de 3lma y sus negocios. Sesshomaru le contestó que cuando nadie los viera él y una de ellas lo iba acompañar.

Todo el camino Rin y Sesshomaru se iban coqueteando, sin que Sesshomaru se lo esperara ella lo tomo de la mano y sonrió. Cuando llegaron al hotel fueron recibidos por un civil común y corriente, los llevo hacía el interior y los sento en la mesa que les correspondía.

No pasaron ni dos minutos cuando llego alguien a hablarles.

— Alessandro Rizzo y sus esposas — dijeron en Ruso.

Rin reconoció la voz de aquel hombre, era su primo. Cuando el susodicho la vio quedó impactado por su belleza, no la reconoció.

Rin rodó los ojos con la reacción de su primo, era muy cusco.

— Carina Rizzo — se presentó mientras estendia su mano para que la besara.

—Bianca Rizzo — se presentó Eri.

El ruso no le hizo tanto caso a Eri, su vista seguía en Rin, mientras que ella por el rabillo del ojo logro captar a Tsubaki Vladimirova, estaba con unos sumisos a su alrededor.

— Que envidia señor Rizzo – dijo otra voz, esta vez era el tío.

Cuando estuvo frente a ellos observo detenidamente a Rin, no la reconoció tampoco pero se le hizo conocida.

— Tiene a dos mujeres sumamente hermosas — alago.

Sesshomaru sonrió contestando que le gustaba presumir lo suyo mientras tomaba a Rin de la cintura y a Eri de los hombros.

Fueron llevados a una mesa donde estaban personas importantes de la mafia, entre ellos la Italiana. A Rin le sorprendió verlos, ya que ellos nunca se dejan ver.

— ¿Y no son celosas? — preguntó un búlgaro.

Rin sonrió negando con la cabeza, afirmando que ella sabía lo que era y lo que valía.

— Mi familia me enseñó a valorarme y no dejarme pisotear por nadie — sonrió viendo con disimulo a su padre.

Este sonrió al escucharla y su pecho se hincho de orgullo.

— ¿Y el Underboss?  No lo he visto desde hace algunas semanas— le preguntaron al padre de Rin.

Sesshomaru y Eri esperaban la respuesta con ansias, el boss respondió diciendo que su heredero estaba en un trabajo importante, no le quitaba la mirada de encima a Sesshomaru.

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