Capítulo 16

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Estos capítulos son borradores cuando esta primera parte finalicé, los capítulos se editaran de manera que se entienda muchísimo mejor .
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Rin Volkova.

El maldito ambiente en este lugar se sentía tenso desde la muerte de la prima de la Underboss. Los gritos entre los miembros del clan eran muy frecuentes que ya me acostumbre.

Estaba en la patio con Yako quien estaba tomando el sol tranquilamente, es un animal muy precioso y muy tranquilo, cuando alguien intenta acercarse a mí este pequeño se pone a la defensiva, sin duda alguna lo extrañare.

Cuando todo esto terminé, tú regresarás con tu familia — recuerdo sus palabras —. Te dejaré libre y volverás a ocupar tu lugar en el ejército.

La mire dudosa.

— Te llevaras el honor de ser la primera persona en salir de la mafia rusa con vida. Te lo prometo — susurro.

Levanto su dedo meñique en señal de una promesa.

— Este será nuestro secreto.

Abrí los ojos cuando vi la figura de la madre de la Underboss, me miraba de arriba abajo.

[…]

Sesshomaru.

— Estoy esperando una respuesta, Rin — le dije a la persona frente a mí.

Cuando escuche que alguien la beso a la fuerza, mi estómago se revolvió y me moleste. La vi frucir el ceño y cruzar sus pequeños brazos.

— ¿Disculpa? — cuestionó confundida —, con todo respeto señor Sesshomaru, usted no tiene por qué meterse en mi vida privada — contestó sería.

Desde que llego me di cuenta de lo mucho que cambio; en el pasado mi contacto con ella fue nulo, pero escuchaba como las demás personas se expresaban bien de ella, diciendo que era dulce y gentil y sin embargo ahora parece una persona sin sentimientos.

Desde que llego había algo que me decía que no confiara al cien por ciento en ella.

— ¿Acaso yo te pregunto si te acostaste con otras mujeres después de Sara? — se puso a la defenciva.

Fruci mi ceño enojado. Ella al ver mi reacción volvió a guardar silencio y bajo la mirada afligida, juntando sus pequeñas manos.

— Lo siento — dijo sorprendiendome —,   estaba hablando con mi papá y me alejé por que estos momentos son muy duros para mí —.

Escuché sollozos y cuando levanto su mirada hizo un tierno puchero… me frote mi rostro con mi mano y le pedí que se fuera hacía la pista, pues se diría la hora del funeral de Kanna.

Rin asintió, se limpio su lagrima y se marchó. Cuando paso a un lado mío, controle mi impulso para no voltear a verla.

Desde que me beso en aquella misión mis deseos por ella se intensificaron.

Creo que llego el momento de rehacer mi vida.

[…]

Rin.

Cuando me alejé de su lado y estaba lejos de él solté el suspiro qué estuve conteniendo.

No negare que su presencia me pone nerviosa, con él siento emociones… emociones que nunca había sentido con nadie.

Caminaba despacio cuando la imagen de Yura llego a mis pupilas.

— Mi señora, los problemas en el clan sigue… — decía jadeando —, sus tíos están empeñados en que usted renuncie a su puesto… —..

Levante la mano para que guardará silencio, Yura me dijo que querían hacer una junta en la mansión.

Negué con la cabeza.

— Será otro día, mañana es mi día de descanso y por lo tanto quiero descansar.

Seguí mi camino enojada y suspire molesta, ese par estaba haciendo que perdiera la cordura.

Hace días llegaron diciendo que querían separse y hacer su propia organización.

Cuando llegue a la pista todos los soldados ya estaban en la pista, todos vestían de negro. Kagura y Naraku estaban junto a los Taisho y también Kagome, ya que era la novia de Inuyasha.

— El velatorio de la sargento será mañana a las nueve de la mañana — empezó Sesshomaru —. Por respeto a ella, se les pide que sean puntuales.

Dijo más cosas y después nos ordenó qué siguiéramos con nuestras labores. Estaba agotada, necesitaba unos tragos, pero serían hasta el día siguiente después de la sepultura de Kanna.

Me fui hacía el área de entrenamiento donde varios cadetes me esperaban.

—Quiero venganza, Naraku — escuche la voz de Kagura —. Quiero que ese maldito pague por su muerte.

Entre al área y le ordene a los soldados seguir con las rutinas, poco a poco mejoran y sé que cuando me revele alguno de ellos me seguirán.

Cuando finalizó mi día me fui a mi habitación dispuesta a dormir, cuando mañana finalicé el asunto de Kanna, me iré a mi casa y después a un bar.

El sueño llego rápido a mí.

[…]

Kagura.

El día comenzó lloviendo y observó como la caja de mi hermana menor es bajada hacía su tumba, las lágrimas recorren mis mejillas y nuestros momentos juntas llegan a mi memoria.

Un día ella estaba conmigo, contándome sus planes para capturar al Underboss y al otro yo estaba viendo como bajanban su cuerpo sin vida… Sara y ella tendrán justicia, de eso me encargaré yo.

Mi vista fue hacía Rin, no lloraba solo miraba, Uh tenía un paraguas que los cubría a ambos. Nuestros ojos se encontraron… en su mirada había ¿culpa? No sé, tal vez es mi imaginación.

Cuando finalizó todo, me acerque a Sesshomaru y le pedí que no retirará aún las pertenecías de la habitación  de mi hermana, no dijo nada solo asintió, en un par de meses yo misma sacaría sus cosas y tal vez encuentre su diario.

Rin.

No quiero sentir más remordimientos de conciencia, yo no la mate y sin embargo estuve presente como la asesinaron.

Negué con la cabeza, mi cuerpo estaba cubierto por una falda de cuero negra, ya estaba maquillada. Por hoy quería ser una persona normal, no quería ser una maldita mafiosa, ni mucho menos una "soldado".

Salí de mi casa, le avise a Uh y Yura que no me molestaran, qué sólo me cuidaran desde lejos.

Cuando llegue al bar, pedí la bebida más fuerte, necesitaba olvidarme de todo.

Con el paso de las horas, el alcohol iba haciendo efecto en mi y varios hombres se me acercaban, pero no eran el hombre que yo quería.

Estaba dispuesta a irme cuando me sentí más alcoholizada, hasta que senti una mano sobre mi hombro y al voltear esos ojos dorados me miraban con intensidad.

— ¿Coronel? — pregunté ebria.

El puso su dedo sobre mis labios y se acercó más su rosto a mí.

—Sesshomaru, solo dime Sesshomaru — dijo —, no estamos laborando, así que aquí solo soy Sesshomaru — me dijo ebrio también.

Su mano la puso sobre mi cintura pegándome más a su cuerpo.

— Siento mucho lo de su prima — susurre.

Él dijo que no importaba, nos volvimos a sentar y seguimos bebiendo más, hasta que…

No sé en qué momento ya nos estábamos besando, sentí su mano en mi pierna, era suaves y cuando quise reaccionar ya estábamos en una habitación de un hotel.

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