Esa noche de Halloween lo fue todo, fue el día en que su futuro había sido definido por completo, sin posibilidad a cambios. Harry Potter no era el niño que vivió, era su hermano. Los Potter no eran lo que aparentaban, los que parecían ser malos no...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No se quejó. Ya estaba acostumbrado a ello y realmente no le sorprendía una navidad más sin los que se suponían que eran su familia.
—Portate bien, cariño. Te traeremos regalos. —Su madre lo abrazó en medio de la sala. Harry no respondió al tacto cariñoso de esta, quedando estático.
Lo único que lo mantenía alegre era que pasaría el resto del mes e inicios de enero con Severus. No se quejaba de pasar navidad con el hombre. De hecho, Harry era consciente que James volvería a Gran Bretaña la primera semana del siguiente año para terminar algunos de sus pendientes como auror, pero luego volvería a donde sea que su hermano y madre estuviesen. James ya le había dicho que no tendría tiempo de ir por él a Hogwarts para tenerlo unos días y volver a dejarlo. El hombre prefería que se quedara en la escuela.
Su madre dejó de abrazarlo tras unos instantes y el cuerpo de Harry dejó de estar tenso.
—No es justo que Harry pase solo las navidades. —Su hermano se quejó ingresando a la sala tomado de la mano de su padre.
—Aidan. —Su padre miró a su hermano por unos segundos y su hermano pareció susurrar algo como "perdón"
Tras unos minutos, el rostro del director de Hogwarts apareció en la chimenea. El hombre le indicó que ya podía hacer uso de la red flú para llegar a su oficina. Harry hizo caso inmediato, apenas despidiéndose de su hermano.
En sus visitas a Hogwarts había aprendido a hacer uso de la red flú, así que el mismo se transportaba hacia castillo mediante la chimenea. No era difícil de usar, a diferencia de Aidan, quien parecía tragarse los polvos en vez de dejarlos caer sobre el. Así que cuando su hermano debía usar la red, uno de los Potter lo cargaba en brazos para hacerlo.
Apareció en la oficina del director, quien de inmediato lo recibió con un caramelo de limón. Harry aceptó gustoso. Estando en la oficina del director, Harry volvió a hacer uso de la red flú pero esta vez para dirigirse hacia las habitaciones de Severus.
Al pisar las oficinas de Severus, notó al hombre sentado sobre su escritorio. El adulto levantó la mirada y le sonrió al notar su presencia.
—Es bueno tenerte de nuevo. —Dijo Severus dejando a un lado su pluma y los pergaminos que parecía estar revisando. Harry asintió alegre y se acercó al sillón frente al escritorio del profesor, sentándose en este.
—Las cosas siguen raras con Aidan. — Harry hizo una mueca. Ya le había contado a Severus que aunque ambos niños se encontrasen en la mansión, Aidan solía llamar mucho a Ron Weasley para pasar el día en Potter Manor. —Dice que es James quien llama a Ron Weasley para que juegue con él.
—Está bien que tu hermano tenga otros amigos. —Severus señaló, como siempre lo hacía cuando Harry se quejaba de la amistad formada entre su hermano y Ron Weasley.
