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Rumors

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Hundió su rostro en la almohada, esperando poder dormir un poco más

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Hundió su rostro en la almohada, esperando poder dormir un poco más. Supo que aquello no sería posible cuando sintió un pequeño peso en la esquina inferior derecha de su cama; ahora que lo pensaba, entre el sueño no debió decirle al niño que si necesitaba algo podía ir a buscarlo a su habitación. Había sido una pésima, terrible idea. ¿Por qué le había dicho eso la noche anterior, al igual que otras noche que se quedaba con él en las mazmorras? Ahora debía lidiar con las consecuencias.

—¡Sev!— sintió un pequeño pinchazo en su pantorrilla izquierda. Hundió más la cabeza sobre la almohada; ninguno de sus alumnos al igual que sus compañeros trabajo podría imaginar que Severus Snape flojea todas las mañanas de los fines de semana, a excepción de cuando Harry estaba ahí, porque El Niño tenía esa extraña manía de levantarlo cuando él quería seguir durmiendo.

Estaba empezando a sentir compasión con Potter si es que el pequeño ojiverde lo levantaba siempre de esa manera, era molesto, pero a su vez era una alarma muy funcional. Niños, niños, niños. Principalmente cuando eran pequeños esa alarma debía ser funcional, seguramente en plena adolescencia Harry también se dedicaría a flojear como él lo hacía. Siempre y cuando esa energía que siempre tenía desapareciese un poco, claro.

—¡Sev! ¡Los gallitos ya cantaron!

¿Los qué? A él qué le importaba si alguien cantaba o no, quería seguir durmiendo, era fin de semana y según el reloj que tenía al lado apenas eran las seis de la mañana. Solía levantarse a las ocho los fines de semana, siempre y cuando no estuviese Harry. El niño era molesto, ya lo había dicho ¿verdad?

A pesar de las molestias que Harry Potter podía causarle, nunca había pensado en negarse a cuidarlo, disfrutaba de hacerlo, cosa que nunca admitiría en voz alta. El niño era completamente distinto a los estúpidos estudiantes que debía enseñar, incluso el pequeño había desarrollado una leve fascinación por las pociones. Esperaba que el chico fuese competente en su curso cuando ingrese a Hogwarts, tal vez podría devolverle aquella habilidad en las pociones que se había mantenido por muchos años en los Potter.

Hasta James Jodido Potter, claro.

Él como maestro en pociones sabía que muchos inventos se habían dado gracias a los antepasados de Potter, lo que le sorprendía mucho por el hecho de que nunca hubiese notado que el pesado hombre con quien estudió tuviese una habilidad para aquella área o cualquier otra existente que no implicase montar una escoba o hacerse el idiota, que había que aceptar, le salía con naturalidad.

—¿Seeeev?— Harry alargó la vocal para poder llamar la atención del adulto.

—¿Así despiertas a tus padres?— murmuró el adulto aún con la cabeza enterrada en su almohada.

El pequeño azabache hizo una mueca que el profesor no notó. Pensándolo, Harry se había dado cuenta de que solo despertaba a Severus de aquella manera, ya que este le permitía ingresar a la habitación donde dormía por si necesitaba algo. En la mansión Potter las cosas son totalmente diferentes; su padre había dejado muy en claro que no quería a Harry lo molestara por las noches o las mañanas, especialmente cuando regresara del trabajo muy cansado. Eso se lo había especificado tras una pesadilla que había tenido (un dinosaurio gigante lo estaba persiguiendo para comérselo y él tuvo mucho miedo) por lo que había decidido escabullirse a la habitación de sus padres.

Forgotten in Power: Start of GrudgesWhere stories live. Discover now