Del odio al amor - Jinx

Capítulo XIX

Dan no se había movido en días, Jaekyung entraba y salía de la habitación sin siquiera recibir una sola mirada del Omega. Su cuerpo comenzaba a tronar cada que se levantaba y su vista estaba cansada por la cegadora luz de la sala de emergencia.

—No quiero que se quede aquí, quiero una habitación privada.

—Señor Joo, no es prudente...

—¡Estamos en un maldito hospital! Si ustedes no saben, ¿quién si? Dígame.

—Su condición crítica, lo mejor para su Omega es que se quedé en la sala de emergencia hasta que logremos estabilizarlo.

—Y yo dije que no quiero eso. —Jaekyung revisó su teléfono. Namwook estaba abajo en el auto esperándolo. —Tengo que salir. Cuando vuelva espero que no esté aquí.

Jaekyung salió de la administración y fue hasta el auto, se subió en silencio e ignoró las miradas de compasión que Park le ofrecía.

—¿Sigue igual?

—Sí.

—Se pondrá bien, no te preocupes.

—Es un poco tarde para eso.

Jaekyung ni siquiera sabía cómo habían llegado a ese punto. El tenía la culpa, claro. No había actuado de la mejor manera en todos esos meses, y ahora el ardor en su marca le recordaba cada uno de sus errores.

Cuatro meses antes...

Dan trataba de no quejarse, pero Jaekyung sabía que le dolía. Sus lágrimas se resbalaban por sus mejillas y contenía la respiración. Se había dejado llevar tanto que lo había anudado y ahora contenía el dolor solo para que él no le gritara. Quería ser más comprensivo, pero no podía evitarlo. Detestaba ver a Dan llorar como un niño.

—Pasará en unas horas, debes relajarte.

Dan asintió. Jaekyung levantó la mano e intentó acariciar su espalda para relajarlo, no funcionaba.

—¿Quieres que hablemos?

—¿Hablar?

—Tú eres el que todo el tiempo hace preguntas, ¿Hoy no tienes ninguna? —Dan trató de enderezarse, se vino abajo sobre su pecho cuando sintió el tirón en su abdomen, Jaekyung apretó los labios al sentir el pequeño dolor en su miembro. —Solo por hoy contestaré lo que quieras.

—¿Fue a la escuela?

—¿De verdad eso es lo que quieres preguntar?

—Es que no me lo imagino haciendo algo así. —Jaekyung levantó su rostro y limpió sus lágrimas con el pulgar.

—No nací de este tamaño. Así que sí, fui a la escuela.

—Seguro fue una prestigiosa escuela privada.

—Sí. También la abandoné casi por completo cuando comencé a luchar. Igual no necesitaba ir, me iba mucho mejor por mi cuenta.

—Me gusta verlo leer.

—¿Qué? —preguntó confundido. Dan se encogió de hombros.

—Es que nunca lo he visto tan relajado como cuando está leyendo, se ve diferente. Ni siquiera tiene esa expresión de satisfacción cuando nada o ve películas. Cuando lee es diferente, me gusta.

—Si no vas a sumergirte de lleno en la lectura entonces no lo hagas, no es tu libro.

—Me gusta leer, pero prefiero ver la televisión.

—Lo sé. He estado escuchando esas horribles telenovelas que ves casi todas las mañanas.

—La última vez le prestó suficiente atención para hacer preguntas.