Capítulo XV

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Todo tuvo sentido cuando Dan notó las notas doradas y rojas empapando los ojos de Jaekyung. También estaba entrando en celo, lo cual era extraño ya que en todo el tiempo que habían estado conviviendo no solían compartirlos en el sentido que llegasen al mismo tiempo.

Por eso estaba diciendo todas esas cosas, al igual que Dan cuyos irse cada vez eran más violáceos. De ahí era donde surgía esa necesidad de reproducción que solo podía acharse a los instintos de sus lobos.

Cuando todo aquello acabase no harían más que arrepentirse de sus absurdos deseos; tal vez ni siquiera lo mencionen y quede olvidado ya que lo dicho durante el Rut no era precisamente una verdad.

Al menos Dan siempre había querido creer eso. Pues, sabe que las personas, al igual que sus partes animales, pueden hacer o decir lo necesario por tener un poco de sexo.

La gente no podía decir todas estupideces en serio, ¿verdad?

—Dan

El Omega se inclinó hacia delante para besar a su alfa, disfrutaba de ese tipo de contacto. Tener su espeso cabello entre sus dedos y poder tirar de ellos hasta llevar la cabeza de Jaekyung hacia atrás, su cuello estaba descubierto y a su disposición.

La marca de un Omega sobre un alfa no era tan potente, y poco lograban ser tan dominantes o posesivos para hacerlo... Así que Dan no entendía de donde venía ese deseo. Con la poca cordura que le quedaba solo dio lametazos en las glándulas sudoripas de Jaekyung y besó la zona haciéndolo gemir.

Le gustaba provocar esa reacción.

No podía seguir moviendo sus caderas de aquella forma, el balanceo ya no era suficiente. Necesitaba más estimulación, su erección ya no cabía entre sus pantalones y Jaekyung estaba impaciente por derramarse en su interior.

—En cuatro, Dan. Se bueno y complace a tu alfa.

—Sí, sí

Jadeo poniéndose en la posición indicada. Jaekyung le arrebató la ropa y se desnudó aún más rápido. Dan no podía verlo pero saber que estaba a su espalda buscando desesperadamente la forma de penetrarlo lo excitaba demasiado. Podía sentir su propia lubricación bajando por su pierna.

—Tu agujero está ansioso por recibirme. Entonces, vamos a darle lo que quiere.

Dan jadeaba de placer al sentir la poderosa estocada que lo volcó en la cama. Jaekyung tomó sus manos juntandolas detrás de su espalda y comenzó a meterse con bastante rapidez. Dan ni siquiera superó los diez minutos antes de correrse.

Jaekyung le siguió poco después. Pero el celo los tenía a los dos en una nube de excitación demasiado fuerte, pasarían horas antes de que siquiera necesitaran un descanso.

—Date la vuelta, Dan, quiero verte el rostro. —Jaekyumh acarició su cara hasta descender a su cuello y presionar con suficiente fuerza para que el Omega soltara un gemido. —Quieres un bebé.

—Sí, alfa. Sí.

—Debo hacer lo que mi Omega me pida.

Ay, dios. ¿Qué pasaba? Estaban drogados. Dan disfrutaba del intenso aroma de sus feromonas mezcladas con las de Jaekyung, todo ahí lo tenía dando vueltas, no podía contener sus gemidos y ni sus manos. No podía evitar pasarlas por sus anchos hombros, lo fuerte de su torso y el enredar sus piernas en su cintura.

Jaekyung se dejó caer sobre él y Dan aprovechó cada segundo para abrazarlo con fuerza, su lobo sabía que no tendría mucha oportunidad para hacerlo nuevamente. Quería gozar del increíble calor que le proporcionaba.

—Eres mío —jadeó Jaekyung en su oído. —Mío. Mío.

—Tú eres mío. —Dan soltó un grito cuando sintió la fuerte estocada de Jaekyung, tragando la saliva acumulado se lamió los labios y se levantó usando sus codos, dijo: —Prometa que solo será mío, que solo seré suyo... que no tendrá más omegas.

Del odio al amor - JinxWhere stories live. Discover now