Capítulo III

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Las feromonas de ambos alfas lograron marear a tanto a Dan como a otros omegas dentro del gimnasio. ¿Cómo se le había ocurrido a Namwook hacer una cosa como esa? Sería un infierno para todo el equipo tener que batallar con la dominación de estos dos hombres.

—¡Ustedes dos, basta ya! ¡Pensé que podíamos ser hombres civilizados, mucho más que nuestras designaciones! ¡Ahora veo mi error, parece que ambos no son más que animales incultos!

Dan fue apartado del lado de Jaekyung por el entrenador, al alfa no le gustó nada pero no se atrevió más que a entrecerrar los ojos, un gesto que ya de por sí decía mucho en su rostro pétreo e inexpresivo.

—Dan no solo es tu fisio, Joo, también es parte de este equipo y él amablemente nos ayuda con todos los miembros. No es tu decisión si puedo o no hacerlo, no es tu pertenencia.

Jaekyung bufó y se cruzó de brazos. No necesitaba escuchar esos regaños de nuevo. El entrenador Namwook era un fiel defensor de los derechos para omegas recesivos, pero Joo sospechaba que más allá de eso como que le gustaba Dan al viejo.

—Tonterías. —Jaekyung tomó a Dan del brazo con fuerza y comenzó a arrastrarlo—. Es hora de mi masaje, vamos.

Dan cerró la puerta con cuidado, aún podía escuchar los murmullos de las personas que estaban afuera. Sentía la cara roja, no era la primera vez que Jaekyung se portaba territorial con él, pero sí era la primera vez que lo hacía de esa forma tan brusca delante de otras personas.

—Señor, por favor no vuelva a hacer eso —dijo con vergüenza y sin mirarlo a la cara—, es verdad que soy su empleado pero sigo siendo independiente.

Lo era. Jaekyung nunca lo había marcado más allá de esparcir su aroma sobre él, y eso era consecuencia de su exposición por vivir juntos. Ni estando fuera de sus cabales podría reclamarlo como su pareja. No era tan estúpido para exponerse a la censura del mundo. Muchos omegas llevaban la marca de sus benefactores, esto no les importaba mucho pues una vez dejaban la relación y el alfa hacia otra marca en otro omega esta se desvanecía, de lo que nadie hablaba era de lo horrible que se sentían esos omegas después, como si les hubiesen arrancado una parte de su alma.

Dan no quería pasar por eso. Sabía que tarde o temprano Jaekyung se aburriría de él y dejarían de tener sexo, aunque lo que no podía imaginar era como iban a arreglarse para pagar la deuda. Probablemente terminaría como su criado personal.

—Entonces, ¿quieres atenderlo?

—No me molestaría hacerlo, ese es el punto. —Dan comenzó a retorcer sus manos, temía la reacción de Joo—. El entrenador Namwook ha sido muy bueno conmigo, no me molesta ayudarlo. Tampoco me importa ayudar a los demás chicos, todos son buenas personas.

—Deja de hacer caridad por tu trabajo Dan, tal vez sería bueno que comenzarás a cobrarle a alguien más que a mí.

—Me hace sentir como si yo...

—¿Cómo si no me cobrarás varios millones por tus servicios? Claro que los míos son especiales, y exclusivos, ¿verdad, Dan?

—Claro, señor. Acuéstese.

Jaekyung estaba muy relajado después de su sesión. Se levantó y se vistió en silencio, Dan no esperaba un agradecimiento o al menos una disculpa por su actitud de la mañana.

—Le diré a Hwa que pase, lo revisaré. —Dan solo logró dar dos pasos antes de que Jaekyung lo atrajera contra su cuerpo, sentía cada parte de su espalda hormigueando por el contacto con su pecho. —Señor, hay mucha gente afuera...

—No seas tan ansioso, Dan. Si quieres coger, lo haremos en casa. —Se inclinó sobre su cuello y comenzó a lamer su punto, Dan se estremeció, no le gustaba que él hiciera eso. Ahí debía ir la marca de su pareja, era una cosa intima, no cualquiera debía acercarse a ese punto sensible y sin embargo, Jaekyung lo trataba como si fuese su paleta personal.

Del odio al amor - JinxWhere stories live. Discover now