Capítulo VI

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—Tendrías suerte de que pusiera un cachorro en ti.

—Sí, seguro —dijo Dan arreglando su espacio de trabajo.

—Te daría respetabilidad, estatus... Dinero.

—Y muchos problemas —Dan se giró para ver el ceño fruncido de Jaekyung—, además, esas cosas también podrían llegar con... una marca y un lazo.

Dan tomó sus cosas y salió de la sala. No le estaba sugiriendo a Jaekyung que hiciera esas cosas, no le gustaría estar sentimentalmente atado a él, pero no podrían ignorar lo que pasaba con sus lobos después de exponerlos tanto el uno con el otro.

Las consecuencias estaban al alcance de sus manos.

—Dan, Dan, Dan... Veo lo que intentas.

Dan saltó ante las palabras de Hwa. Había evitado estar cerca de él por obvias razones, no soportaba su sentido del humor. Sentía repelús cada vez que estaban cerca él uno del otro.

—¿A qué se refiere?

—¡Estás intentando manipular a Jaekyung con eso de la marca! Es un poco patético.

—Piense lo que quiera, no me importa. Solo manténgase alejado de mí.

—Cuidado, Dan. No quieres lastimar su pobre y maltrecho corazón.

Dan se alejó sin decir una sola palabra. No quería escuchar nada más  de ese hombre. Jaekyung tenía una sesión de fotos, y él debía ir a casa a preparar todo para el día siguiente.

—¡Buenos días, señor Anh!

—¿El señor Joo ya viene en camino?

—No tendrá una sesión de fotos. Yo me encargaré de hacer la cena, usted puede irse a casa.

—De acuerdo, nos vemos, querido.

La señora Anh era una mujer muy amable, le ayudaba mucho a Dan cuando se sentía terrible... no quería admitirlo pero le recordaba a su abuela, por desgracia, huía cada vez que Jaekyung estaba cerca.

—Ah, Dan —llamó una vez estuvo cerca de la puerta.

—¿Sí?

—Mañana es su cumpleaños. Solo por si quieres saberlo.

—¿Oh, en serio? No lo sabía.

—Pocos lo saben. Ya que vives aquí lo consideré oportuno.

Dan no tenía ningún tipo de relación estrecha para saber cuándo o no son las fechas especiales para Jaekyung, considerando que vivían juntos... tal vez podía organizarle un detalle. Sin saberlo lo enviaría al festival de películas antiguas, y ese ya era un buen regalo, ¿verdad?

—¿Y cómo le gusta celebrar el doljanchi?

—No le gustan ese tipo de cosas, siempre se queda en casa. Bueno, ahora sí me voy, ya se me hace tarde.

Jaekyung siempre le pareció algo solitario, pero hasta ese momento no se había dado cuenta de cuánto. Desde que vivían juntos no lo había visto salir con amigos, ni quedar mucho con la gente del gimnasio, tampoco nadie lo visitaba. Era un poco extraño. 

—No sé de qué te sorprendes, Dan —se dijo. —Con su forma de ser es más que obvio por qué nadie lo quiere cerca.

Es que Jaekyung era el ser más controlador, narcisista, clasistaa y manipulador que había sobre la Tierra. Además de grosero, maleducado, despota y...

—Ya. Ya. Mejor olvidalo.

Dan se esforzaba mucho por cuidar bien de él, no solo quería pgar su deuda también sabía que jamás tendría otro cliente de tan alto prestigio, y Jae fue un imbécil la mayor parte del tiempo, tal vez tenía un poco de estocolmo pero no iba a negar su ayuda aún cuando no tenía necesidad para brindarla.

Del odio al amor - JinxWhere stories live. Discover now