Once.

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El médico continuó hablando, su voz tranquila pero llena de comprensión, notaba y sentía el ambiente tenso y más por Evelyn, quién tenía ya lágrimas esparciéndose por su rostro. 

- Entiendo que esta noticia es abrumadora, especialmente dada la situación. Seguiremos haciendo estudios y pruebas para asegurarnos de la situación del bebé. 

- Doctor.- Evelyn interrumpió.- ¿Cuánto tiempo tengo?

El doctor volvió a mirar a Evelyn. 

- Tienes un mes, Evelyn. Una semana más y serán dos. 

Por la mente de Evelyn pasó una cosa, el aborto, tal vez podría deshacerse de aquel bebé, pero, ¿que pensaría Arthur de ella si lo hacía? siempre soñaron una familia, en especial, muchos niños por una gran casa.

Mientras el médico continuaba hablando, sus palabras se volvieron un eco distante en la mente de Evelyn. Recordó los momentos compartidos con Arthur, las miradas cargadas de amor y los planes que habían hecho juntos para su futuro. Un recuerdo en particular se apoderó de su mente.

(...)

Marzo 2021.

Era una tarde soleada de verano en la casa de campo de la familia Leclerc. El jardín estaba lleno de risas y alegría mientras los primos jugaban alrededor, disfrutando de la compañía de unos a otros. Evelyn estaba sentada en el porche, observando a los niños mientras charlaba animadamente con Arthur, quien se encontraba a su lado.

De repente, uno de los primos, el más pequeño, llegó corriendo y se aferró a las piernas de Arthur, mirándolo con ojos brillantes. Era un niño pequeño, con el cabello oscuro y rizos rebeldes.

- ¡Arthur, quiero que me cargues! - Exclamó el niño con entusiasmo.

Arthur sonrió y se agachó para recoger al niño en brazos. Lo levantó en el aire, haciendo que el pequeño soltara risitas de emoción. Evelyn observaba la escena con ternura, maravillándose de cómo Arthur irradiaba una mezcla de calidez y alegría, incluso pensó en algún día ver a un pequeño propio en brazos de Arthur.

Cuando Arthur volvió a poner al niño en el suelo, se acercó a Evelyn con una sonrisa cómplice. 

- ¿Qué tal te parece mi habilidad para cuidar de los pequeños?

Evelyn rió suavemente, admirando la conexión natural que Arthur tenía con los niños.

- Eres un experto, Arthur. Parece que disfrutas mucho con ellos.

Arthur asintió, su mirada llena de cariño mientras observaba a los primos jugar. Luego, volvió su atención a Evelyn y le tomó la mano suavemente.

- Evie, ¿alguna vez has pensado en tener una familia?

Ella lo miró, sorprendida por la pregunta. 

- Bueno, supongo que sí. A veces me imagino cómo sería tener hijos y formar una familia.

Arthur asintió con una sonrisa suave. 

- Yo también lo he pensado. Ver a los niños me hace darme cuenta de cuánto amor y felicidad podría traer tener una familia propia algún día.

Evelyn sonrió, entrelazando sus dedos con los de Arthur. 

- ¿Tú crees que serías un buen padre?

Él la miró con ojos sinceros. 

- Haría todo lo posible por serlo, Evie. Quiero criar a mis hijos con amor y cuidado, igual que mi familia lo hizo conmigo.

Evelyn sintió un cálido cosquilleo en el corazón al escuchar las palabras de Arthur. 

- Serías un padre maravilloso, Arthur.

Él le sonrió, acariciando su mejilla con ternura. 

- Y tú serías una madre increíble, Evie. Puedo imaginarlo, sosteniendo a nuestro bebé en brazos, compartiendo momentos llenos de amor y risas.

Evelyn bajó la mirada, sintiendo una dulce timidez ante la imagen que Arthur había pintado. Pero también sentía una emoción profunda al pensar en un futuro que compartiera con él.

- Espero que algún día tengamos la oportunidad de vivir eso juntos.- dijo Arthur en voz baja.

Evelyn levantó la mirada para encontrarse con sus ojos, llenos de esperanza y amor. 

- Yo también lo espero, Arthur. Sería un sueño hecho realidad.

(...) 

Presente.

La voz del médico finalmente la sacó de sus recuerdos, devolviéndola a la realidad. Evelyn se encontró a sí misma rodeada por su hermano y Lily, pero esta vez, aunque el miedo y la tristeza seguían presentes, también había un atisbo de esperanza. Recordó las palabras de Arthur, su amor inquebrantable y su deseo de un futuro juntos.

Alex la miró con preocupación. 

- Evelyn, ¿cómo te sientes?

Evelyn se esforzó por sonreír, sus ojos llenos de lágrimas. Evelyn asintió débilmente, sus pensamientos en un torbellino. No sabía cómo procesar la información, cómo enfrentar la idea de criar a un hijo sin Arthur a su lado. Sus emociones eran un revoltijo de dolor, confusión y un toque de esperanza que no sabía si podía permitirse sentir.

- Es abrumador... pero también es hermoso.

Alex se acercó a su hermana, poniendo una mano reconfortante en su hombro. 

- Evelyn, no estás sola en esto. Estaremos contigo en cada paso del camino.

Lily se unió a ellos, sosteniendo la otra mano de Evelyn, después de todo era su cuñada y mejor amiga. 

- Sí, vamos a estar aquí para apoyarte, pase lo que pase.

Evelyn finalmente pudo encontrar su voz, claro rota, sus palabras saliendo entrecortadas por la emoción que la embargaba. 

- No sé cómo hacer esto... cómo criar a un hijo sin Arthur.

Alex le sonrió con ternura. 

- Nadie espera que lo hagas sola. Tienes a tu familia y a tus amigos aquí, dispuestos a ayudarte en todo lo que necesites.

Evelyn asintió lentamente, sus lágrimas cayendo con fuerza. Se sentía atrapada en un torbellino de emociones contradictorias, incapaz de comprender completamente lo que la vida le estaba presentando. El amor que sentía por Arthur estaba entrelazado con el miedo y la incertidumbre de criar a un niño sin él.

A medida que las palabras del médico resonaban en la habitación, Evelyn comenzó a sentir una mezcla de emociones. A pesar de su dolor y su tristeza, también había un sentimiento de conexión con la vida que crecía dentro de ella. Un recordatorio de que, incluso en medio de la pérdida, había espacio para la esperanza y la renovación. Un ser que era la prueba de que su amor con Arthur fue real y fue verdadero. 

The One | Arthur Leclerc.Where stories live. Discover now