Dos.

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Un año después.

Gran Premio de Baréin. 

Los rugidos de los motores llenaban el aire mientras la emoción vibraba en cada rincón del circuito. Arthur Leclerc se encontraba en la parrilla de salida, su corazón latiendo con una mezcla de nerviosismo y determinación. Había llegado lejos desde sus días en las carreras locales, y ahora se encontraba en la Fórmula Uno, el pináculo del automovilismo.

Evelyn Albon estaba en las gradas, sus ojos fijos en el coche de Arthur mientras esperaba con el corazón en un puño. A su lado se encontraba su mejor amiga y cuñada, Lily, pero también estaba algunas parejas de los pilotos, cómo Alexandra que era la pareja de Charles, y la pareja de Oscar.

- ¿Estás emocionada? - Preguntó Lily.

- ¡Muchísimo! Estoy tan ansiosa por verlo correr, ha trabajado mucho para llegar aquí.

- Eres una gran novia y persona, Lyn, Arthur es muy afortunado por tenerte con él.- Interrumpió Alex, pues se conocían y habían convivido juntas.

Evelyn se sentía halagada y contenta de tener a sus amigas con ella, "Va a hacerlo", murmuró Evelyn para sí misma, sus dedos entrelazados en un gesto nervioso.

La carrera comenzó y Arthur aceleró, sus habilidades y destreza en plena exhibición mientras manejaba su coche al límite. Cada curva, cada adelantamiento, era una muestra de su pasión y dedicación. Su lugar era el número tres, tan sólo detrás de su hermano que manejaba un Ferrari y él joven piloto un Mercedes, siendo el reemplazo de Lewis, piloto retirado ya. 

Un rugido ensordecedor de la multitud llenó el aire. Evelyn saltó de su asiento, una mezcla de orgullo y emoción en sus ojos mientras vitoreaba y aplaudía, con un último y poderoso esfuerzo, Arthur había cruzado la línea de meta en tercer lugar, ganando su primera carrera en la Fórmula Uno. Sumando los primeros puntos a su equipo.

- Mira quién acaba de demostrarle a todos de qué está hecho.- dijo Carmen, la pareja de George con una sonrisa en su rostro, dando un suave codazo a Evelyn. Ella rió, su corazón latiendo con pura felicidad. 

- ¡Arthur lo logró!

La multitud estaba en éxtasis mientras Arthur terminaba de estacionar su auto en el lugar que le correspondía. Finalmente, descendió de su coche y se reunió con su equipo, su rostro radiante mientras recibía felicitaciones y palmadas en la espalda.

Evelyn no podía contenerse más. Bajó corriendo por las gradas y se abrió paso hacia el paddock, su corazón latiendo con fuerza mientras buscaba a Arthur entre la multitud. Finalmente, sus ojos se encontraron, y antes de que pudiera pensar, estaba corriendo hacia él con los brazos abiertos.

- ¡Arthur!- Exclamó, su voz llena de emoción. Arthur la recibió en sus brazos, su sonrisa amplia y brillante. 

- ¡Evelyn, estás aquí!

Evelyn lo abrazó con fuerza, sintiendo el latido de su corazón contra el suyo. 

- ¡Lo lograste, Arthur! ¡Ganaste!

- Y lo hice por ti. - Susurró Arthur, sus ojos llenos de amor mientras la sostenía, esa frase en el se había vuelto costumbre. 

Charles se acercó a su hermano menor, listo para felicitarlo. 

- Parece que hemos hecho historia, hermano. Tu primer triunfo en la Fórmula Uno y una fan emocionada en las gradas.

Evelyn se rió mientras se separaba de Arthur, sus mejillas sonrojadas. 

- ¡Felicidades, Charles! Y gracias por a pesar de los equipos, no dejar de apoyar a Arthur, él te adora.

- No me agradezcas Eve, es mi hermano y siempre lo apoyaré. A ambos.

(...)

La celebración había terminado un poco tarde, era madrugada y Arthur conjunto a Evelyn habían apenas llegado a su destino, el mejor hotel para pasar la noche juntos.

- Quiero que cierres tus ojos.- Dijo la voz del monegasco cubriendo los ojos de su amada, antes de abrir la puerta.

- ¿Qué es? - Preguntó ella con curiosidad.

- Las sorpresas no se dicen, princesse.

El corazón de Evelyn latió con fuerza y sentía que se desvanecería en cualquier momento, cuando dieron un paso hacía adelante casi se desmaya en sus brazos. Arthur quitó la mano de los ojos de su pareja, permitiéndole ver la cama decorada con flores de su color favorito, rosa. 

Evelyn no podía creer lo que estaba frente a sus ojos, era imposible y parecía ser una sueño pero no, era real y era para ambos.

- ¿Te gusta? Pensé en preparártelo. 

- ¡Me encanta! - Respondió en seguida Evelyn, dándose la vuelta para abrazar a su novio.

- Te mereces el mundo, mon amour. Nunca te olvides de eso.

Puso sus manos en la cintura de Evelyn, se acercó cada vez más a ella y finalmente pudo unir sus labios contra los de su novia. Dirigiéndose entre besos a la cama que era hermosa para ambos, tal cómo otras noches se perdían en un laberinto de amor del que nunca salían, el que cada día los atrapaba de la mejor manera posible.

Entre besos y caricias, la noche se había ido, Evelyn era abrazada por Arthur después de haber tenido una de las mejores noches en toda su vida. 

The One | Arthur Leclerc.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora