Capítulo 9: Atrapados

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Cameron ignoró el comentario de Alyanne mientras encendía el auto para poco a poco irse alejando de la tienda. Ninguno se percató de que en dicha tienda había cámaras de seguridad, por lo que sus rostros fueron grabados y registrados. Una vez que entraron a la carretera principal, Reece decidió romper el silencio que los abrumaba.

—¿Por qué en tu declaración afirmas que mataste a la víctima? Por mucho que las pruebas apunten en tu contra, hay algo que no cuadra —preguntó el detective apartando unos segundos su vista de la carretera y centrándola en la chica a su lado.

La joven ni siquiera volteó a verlo para responder su pregunta, le pareció tan graciosa que la risa burlona que soltó al escucharlo hizo un pequeño eco en el auto. Tras dos minutos de silencio por parte de ella Cameron intuyó que no iba a contestarle, sin embargo, Alyanne abrió la ventanilla causando que el aire despeinara su pelo. Sentir esa frescura en su rostro después de tanto tiempo, la hizo sonreír y con esa sonrisa giró su cabeza para mirarlo de frente para darle respuesta a aquella interrogante. 

—¿De verdad no crees que haya sido capaz de matarla?, ¿Qué razón tendría yo para mentir? Acaso has olvidado que bajo juramento no puedes dar falso testimonio, es un crimen y es penado por la ley, no me consideres tan estúpida. —le recordó la muchacha al detective.
Reece frunció su ceño nunca iba a entender la actitud de esa chica.

—Aun así, la pena que se otorga por falso testimonio es menor que la de asesinato —afirmó Cameron, con obviedad y una mueca.

Alyanne, dejó de ver el camino y lo miró, con seguridad, sin demostrar duda o titubear.

—Yo la maté, porque lo único que hacía era joderme la vida, yo solo me desquité todo lo que me hizo, si debo pagar por lo que hice, lo haré, no me importa el tiempo que sea, de todos modos, no tengo nada que perder. —se encogió de hombros la joven.

Cameron imaginaba que detrás de esa declaración, había otra intención, su instinto se lo decía, el problema era que no pudo investigar todo, debido al incidente de la estación.

—¿Fue muy conveniente el incendio de la comisaría, no crees? Todos los archivos de tu caso desaparecieron, las pruebas en tu contra, tu declaración. Es muy ventajoso para ti, que los archivos más importantes del expediente que se estaba armando para ser presentado en tu juicio, se hayan esfumado, misteriosamente, realmente sospechoso. ¿O no? —El detective habló, con ironía.

Russell abrió los ojos con sorpresa, no había pensado en el incidente de la estación de esa forma, viéndolo desde esa perspectiva, eso la hacía parecer aún más culpable. Como si realmente intentara borrar todo rastro de su culpabilidad, esa posibilidad la desconcertó por completo.

—Si estás insinuando que yo mandé a incendiar ese lugar a propósito, estás equivocado. No tengo poder para hacer eso —comentó la muchacha, tratando de sonar segura de sus palabras.

—¿Quién tendría poder y tiempo suficiente para dar esa orden? —la respuesta era obvia y rondaba en la cabeza de Alyanne, como un vídeo repetitivo.

—No estoy insinuando nada, solo digo lo obvio y lo que cualquiera supondría, debido a cuánto te favorece toda esta situación —expresó Cameron, regresando su vista a la carretera.
Alyanne dio un largo suspiro y se acomodó en el asiento.

—Aunque no me creas, esta situación solo empeora con el incendio, porque exactamente cómo has dicho, todos los documentos fueron destruidos, eso significa que tendrán que armar el caso desde cero y me tendrán más tiempo en espera del juicio —reflexionó, la de ojos grises.

Ciertamente, se podría ver beneficioso para ella, debido al atraso del juicio y la apertura de una nueva investigación, tendrían menos pruebas en su contra, incluso podrían desestimar el caso. Era bueno en varios sentidos; sin embargo, tenía los malos.

Estando en prisión podría armar mejor su venganza, no tendría que preocuparse si sus enemigos la atacaban, ya que estaría protegida, pero para efectuar su plan, necesitaba ser libre. Entonces, Alyanne se encontraba indecisa ante la situación en la que estaba. Ninguna opción le venía bien, pero no estaba dispuesta quedarse cruzada de brazos.

—De cualquier manera, que lo veas, todo te beneficia, el aplazamiento del juicio solo hace que tengas más posibilidades de librarte de la pena que debes pagar, no creo que junten todas las pruebas necesarias para condenarte —aseveró el detective, con firmeza.

Sin apartar su vista de la carretera, abrió una botella de agua y tomó un poco. Le ofreció otra botella a Alyanne, la muchacha estrechó su mano agarrando la botella en el acto, bebiendo un poco.

La chica quiso preguntar nuevamente hacia donde se dirigían, pero se abstuvo a hacerlo, imaginó que Cameron no le diría nada, así que optó por seguir viendo el camino por la ventana. El camino se hacía más largo, o eso consideraba Alyanne al ver que no había fin, calculó unos 30 minutos de camino desde que habían salido de esa tienda y solo se veían árboles a ambos lados de la carretera.

Cameron estaba tan absorto en el camino, que no se percató de que los estaban siguiendo. Dos camionetas blindadas lo hicieron detenerse de forma abrupta, Alyanne al no tener puesto el cinturón de seguridad, impactó de frente contra el cristal, quedando algo mareada por el golpe.

—¡Joder, ahora qué mierda pasa! —gritó el detective, hasta que entendió lo que estaba pasando.

Los dos autos bloquearon el paso impidiendo que Reece pudiera irse. El detective volteó a ver a la chica a su lado, su expresión se mostraba confusa y desorientada.

—¿Eres tonta? ¡Cómo se te ocurre, no ponerte el cinturón de seguridad! —la regañó el joven detective. Alyanne frunció su ceño y lo miró.

—¡No grites que me aturdes, idiota! —espetó la chica de mala gana, con hastío y tocando su cabeza, frotando el lugar del golpe.

Aprovechando la discusión entre ambos, varios hombres encapuchados salieron de las dos camionetas y uno de ellos tocó el cristal de la ventana de Cameron con su arma.

—Bajen del auto, lentamente y sin hacer movimientos bruscos —ordenó el encapuchado, que parecía dirigir a los demás.

El detective, al verse rodeado y sin oportunidad de escapar, se vio obligado a acatar la orden del hombre armado que apuntaba a su cabeza, el auto en el que iban él y Alyanne, no era blindado, así qué, si disparaban el cristal se haría pedazos y ellos dos serían atravesados por una bala.

Tanto Russell como Reece salieron del auto siguiendo las órdenes del que parecía ser el líder, una vez estuvieron fuera del auto, los rodearon.

—Manos detrás de la cabeza —exigió el tipo, en cuanto lo hicieron, de un golpe los dejaron inconscientes en el suelo—. Ya saben qué hacer con ellos —demandó el líder, los llevaron al auto, atados y amordazados.

Una vez emprendieron camino a su destino, el chico que lideraba, se quitó la capucha con una sonrisa victoriosa y un toque de malicia.

Nota de Autora ✨

¿Quién será el hombre misterioso? ¡Los leo! ¡Dejen estrellitas y comenten! 💜💫✨

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