Bajo el cielo estrellado

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Estaba acostado en mi cama y los pensamientos no me dejaban dormir. ¿Qué pasaría al despertar? ¿cómo nos vamos a infiltrar? ¿y si algo sale mal? Con rabia, miré a una ventana y con un movimiento rápido de mi mano abrí las persianas para ver la oscuridad de la noche. Me levanté, y me quedé mirando el cielo.
El firmamento se veía tan lindo, con algunas estrellas tintineando en una luz suabe que era visible gracias a que no había tanta ciudad en el lugar donde estábamos. Era algo realmente hermoso y tranquilizador.
Decidí ir a verlo más de cerca, me puse mi pijama de dinosaurios y unas simples pantuflas, cuidando siempre de traer el traje en la muñeca por si se necesita, y salí de mi habitación.
Caminé por el pasillo, vacío y solo hasta salir de la base por la compuerta trasera. Todo era tan bello e irónico a la vez. Una gran base casi militar llena de tecnología avanzada por dentro, y al salir toda la naturaleza en su más vívida expresión. Pasto verde, aire limpio, cielo claro y más al sur, un gran bosque, que dentro albergaba un cuerpo de agua cristalina; probablemente el agua más clara que jamás haya visto en mi vida; cielos, sin duda esto le encantaría a Melanny. Que triste que venir a América ahora sea tan peligroso, y más siendo mi prima.

Caminé adentrándome más al bosque, hasta que, casi llegando al río, pude ver una silueta sentada en una roca cerca de el. Rápido me cubrí en un arbusto, y me puse el traje.
¿quién era y por qué estaba aquí a estas horas? No lo sé, y sea lo que fuere, no dejaré acercarse a nuestra base. Me escabullí sin hacer casi nada de ruido, y conforme más cerca estaba, pude ver que la silueta era femenina. Activé la visión nocturna de mi traje y pude ver que estaba tan solo cubierta por una bata blanca, mirando hacia el río.
¿Cuál será la mejor decisión? Pensé, hasta que ella fue quien levantó la mirada. Y sin poder ver quien era, lanzó una luz completamente cegadora que me hizo retroceder.
Sin perder el tiempo, me levanto y disparo 2 rayos de plasma a sus costados directamente de las palmas de mis manos, con las nuevas modificaciones que Mark les hizo a los trajes.
Ella dio un gran salto esquivando mis disparos, y se perdió en el bosque. Yo la seguí, saltando el río con las botas con propulsión
Hasta que vi el destello de luz que me rozó. Fue un rayo de plasma, como el mío.
Caí en picada hacia donde venía ese rayo, pero antes de impactar, la persona me recibió con un duro golpe en el rostro, haciéndome volar hacia atrás.
Era extraño, fue un golpe totalmente metálico, al levantar la mirada, vi que ya no tenía una túnica blanca, si no eran toques rosados con blanco, espera, eso me recuerda a…
—¿Luc? Dijo la voz de la chica antes de darme otro golpe en el rostro.
—¿Sam? ¡qué haces aquí! Le dije con sorpresa.
—No, ¡qué haces tú aquí! Me respondió ella, que retrocedió unos pasos.
—Bueno, yo solo venía porque no conciliaba el sueño. Respondí aún algo aturdido. —Oh, ya veo. Dijo ella con una voz más tranquila, mientras desarmaba su traje para quedar con su bata de dormir únicamente. —Bueno… si quieres atacar, jamás debes bajar tu guardia, y menos si el ataque es aéreo.
Dijo, mientras me ayudaba a levantarme. —Gracias, supongo. Dije mientras me sacudía la tierra y también desarmaba mi traje.
—Y… ¿Qué haces aquí a estas horas de la noche? Pregunté, intentando cambiar el tono del encuentro.
—No podía dormir, a demás… este es un lugar muy lindo que suelo frecuentar de vez en cuando. Dijo ella, mirándome a los ojos. Y por un segundo me quedé paralizado, nunca había visto a Sam a la luz de la luna y era sorprendentemente hermosa. Casi podía ver los reflejos de las estrellas en sus ojos. Ella desvió la mirada y volvió a ver el río.
—¿Estás bien? Pregunté, siguiendo su mirada.
—No sé... Supongo que sí. Dijo ella, poniéndose de pie y mirando el agua correr.
—¿Qué te preocupa?
Sam se mantuvo en silencio por un momento, luego giró y me miró. Parecía como si estuviera luchando internamente sobre si decirlo o no.
—Bueno… tengo miedo, Luc. Ya perdí a mis padres, me separé de mi hermana… no quiero perder a mi nueva familia otra vez. Dijo, mientras bajaba la mirada.
—Toda mi vida a sido así, Luc. Creo vínculos, confío en que serán duraderos, y, por alguna u otra razón, siempre terminan.
Levanté mi mano y suavemente aparté un mechón de pelo de su cara, haciendo que ella levantara la mirada hacia mí.
—Sam, entiendo tu miedo. Perder a alguien duele mucho y no quieres volver a experimentar esa sensación. Pero quiero que entiendas algo. Le dije, buscando sus ojos. —Nosotros somos tu familia ahora. Y vamos a luchar juntos, como una familia, para asegurarnos de que ninguno de nosotros tenga que pasar por esa pérdida otra vez. Estaremos juntos, pase lo que pase, venga quien venga.
Sin decir nada, ella me dio un abrazo, tan fuerte como le era posible. Me quedé allí, inmóvil, hasta que lentamente devolví el abrazo.
—Todo estará bien, estaremos bien. Le dije al oído, mientras ella sollozaba. Verla tan vulnerable me hacía darme cuenta de lo frágiles que todos estábamos allí.
Michael lo escondía tras su comedia, yo tras mi seriedad y Sam en su timidez.
Ella se separó lentamente y nuestros rostros quedaron a escasos centímetros.
—Gracias, Luc. Sus palabras fueron un susurro, apenas audible, pero su agradecimiento era palpable. Le sonreí, y con una suave caricia en su mejilla le dije: —Siempre estaremos aquí el uno para el otro, Sam. Eso es lo que significa ser familia.
Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente observando la inmensidad del cielo estrellado. El bosque, el río, las estrellas, todo parecía estar en una armonía silenciosa, transmitiendo una calma que necesitábamos desesperadamente.
Finalmente, me aparté un poco y extendí mi mano hacia ella. —Vamos, es tarde. Necesitamos descansar para estar listos para lo que nos espera mañana.
Ella asintió, y tomó mi mano. Juntos caminamos de regreso a la base, cada uno absorto en sus propios pensamientos. En mi mente, las palabras resonaban una y otra vez. 'Estaremos juntos, pase lo que pase, venga quien venga.' Esas palabras no eran solo una promesa a Sam, sino a todos en nuestro equipo.
De alguna manera, ese encuentro nocturno nos había acercado aún más, nos había unido en formas que antes no podríamos haber imaginado. Estábamos en esto juntos, no importa qué. Y esa noche, mientras la luna se elevaba en el cielo y la base se sumergía en el silencio, supe que, sin importar lo que enfrentáramos, saldríamos adelante. Juntos. Porque eso es lo que significa ser familia. Porque eso es lo que significa ser un equipo.
Al entrar a la base, estaba el león Mark, que proyectaba unos ojos rojos, de furia total.
—¡A dormir! Exclamó, mientras de su cola disparaba pequeños rayos de energía en contra mío y de Sam, forzando que nos separemos.
Cada uno corrió a su respectivo dormitorio; al estar a salvo de Mark, vuelvo a mirar el cielo por la ventana.
Miré mi reloj y… cielos, 3:30 de la madrugada, si que estuvimos mucho tiempo fuera, pensé mientras me recostaba en mi cama.
Cerré los ojos, pero ni bien pude dormir la trompetilla de Mark volvió a retumbar con todas sus fuerzas en las paredes de la base.
Maldita sea, seguro lo hace apropósito.
Al volver a mirar el reloj, efectivamente, eran las 5 de la mañana; volví a salir de la cama, con algo de desgano o, al menos, más del habitual.
Al salir al pasillo, miro a Sam, que está igual de somnolienta que yo.
—Buenos días, Sammy. Le digo, tratando de sonreír.
—Buenos días, Luc. Responde Sam, su voz se arrastra un poco, denotando su falta de sueño. A pesar de la situación, ella también consigue sonreír, mostrando la resiliencia que todos compartimos.
Pasamos por la cocina, donde Michael está preparando el desayuno. Incluso a estas horas, su energía es inagotable, llenando la habitación con risas y la deliciosa fragancia de los huevos y el tocino. Su humor contagioso ayuda a despertarnos un poco más, y no podemos evitar sonreír a pesar de nuestra fatiga.
Desayunamos todos juntos, con Mark observándonos desde un rincón, como nuestro silencioso guardián. A pesar de su imponente apariencia, sabemos que está aquí para protegernos, y eso nos brinda un pequeño consuelo.

La prueba de amor de turing.Where stories live. Discover now