Cielo cautivo

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Al salir de aquel lugar, todo parecía inhóspito; el montículo por el que había entrado ya no estaba, y todo era desierto.
—¿Sam? Dije por el comunicador, sin tener respuesta.
Rápidamente corrí hacia la salida, pasando por debajo de las cintas de seguridad, mirando a todos lados tratando de localizar a mis amigos, sin tener éxito. Al salir del edificio, varios helicópteros del ejército estaban sobrevolando el perímetro. Como pude, me escabullí hasta una pared de concreto, y seguía intentando comunicarme con Sam y Mich. ¿Qué había pasado? ¿por qué todo había cambiado de la nada?
Mientras estaba en mi escondite, pude ver a varios agentes, pero esta vez no eran del ejército. Se dirigían a la zona del edificio, justamente de donde yo había salido. Seguramente se dieron cuenta que alguien vulneró sus redes y desplegaron un operativo de seguridad y… ¿habrán capturado a Mich y Sam?
Rápidamente desplegué mis alas y con ayuda de las botas con propulsión, salí volando un par de metros, planeando, escabulléndome para no ser detectado con facilidad.
40, 50, 70 kilómetros sobre hora eran mi velocidad, mientras me elevaba por en cima de los 20metros de altura.
La sensación de volar, aunque familiar, nunca dejaba de ser impresionante. El viento frío azotaba mi rostro y la adrenalina bombeaba por mis venas, dándome una claridad sobrenatural. El traje vibraba ligeramente con la propulsión y las alas se ajustaban a cada movimiento, permitiéndome deslizarme con facilidad por el cielo.
Desde esta altura, los agentes parecían hormigas, moviéndose en patrones predecibles. Intenté enfocar mi visión en las calles, pero a esta velocidad y distancia, era casi imposible distinguir detalles. Sin embargo, no vi rastro de Sam ni de Mich. ¿Dónde podrían estar?
De repente, una ráfaga de aire más fuerte me empujó hacia un lado y tuve que luchar para mantener el control. Mis músculos se tensaron, luchando contra la fuerza del viento, mientras que mi cerebro trataba de hacer cálculos rápidos para corregir mi trayectoria.
Miré hacia abajo una vez más, desesperado por alguna señal de mis amigos. Pero todo lo que vi fue la ciudad extendiéndose hacia el horizonte, iluminada por miles de luces que parecían estrellas caídas.
No sabía qué había pasado ni dónde estaban Sam y Mich, pero estaba claro que algo había salido terriblemente mal. Aún así, no podía permitirme ceder al miedo. Tenía que seguir adelante, encontrar a mis amigos y averiguar qué había ocurrido.
Las luces de la ciudad pasaban rápidamente debajo de mí, como un río de neón que se desvanecía en la oscuridad.
Decidí aterrizar en el techo de un edificio para pensar un poco mejor. Me tumbé en el suelo para evitar llamar la atención, mientras que la parte del casco de mi traje se replegó dentro de el, para poder respirar mejor. Podía sentir cada músculo de mi cuerpo y el latir de mi corazón en mi cabeza. Apreté los puños fuertemente tratando de entender que había pasado, pero nada se me ocurría.
Miré el reloj, y solo quedaban 2 horas para mi cita con Agatha, aj. Puta mierda. ¡Esto es horrible!
Mientras golpeé la superficie donde me encontraba, recibí una llamada por medio del traje; al ver el logo del puente formándose, supe que era la alianza X. genial…
No podía responder en este sitio, era muy peligroso. No tenía opción, más que subir.
Mi casco se volvió a colocar automáticamente, con una patada en el suelo, salí disparado con la fuerza de los cohetes propulsores de mis botas hacia arriba.
De nuevo, ascendía con mucha rapidez, sintiendo el viento golpeando mi cuerpo. Hasta que alcancé una altura prudente, y desplegué mis alas con propulsión, que me permitió estabilizar mi movimiento y altura.
De nuevo, respondí la llamada con el lector ocular; —Hola, Luc. Veo que estás algo asustado.
Primero que nada, no temas, soy Oliver. Me volvieron a enviar de la alianza X. tus amigos están bien, pero por precaución será mejor que no te mantengas comunicado con ellos en un tiempo. Mientras tu te infiltrabas de forma correcta, debo añadir, al conducto, se desplegó un operativo de máxima seguridad por la zona. Michael y Sam se vieron superados y gente de la alianza intervino para al igual que tu, entrar por los lugares subterráneos. Gracias a que desactivaste la seguridad en la puerta principal, pudimos entrar y recopilar información. Nos comunicamos con tus compañeros para que te dieran la instrucción de salir de allí, porque no nos conviene que entren a la acción, o, no aún, al menos. Volvió a decir Oliver mientras yo intentaba seguirle el ritmo a todas sus declaraciones.
Se que estás en una posición incómoda, Luc. Pero Samantha y Michael están bien. Solo no se podrán comunicar hasta que el día termine, por precaución. Los esperamos a los 3 en su base, para nuestra llamada informativa a las 9:00 P.M.
Hasta entonces, Lucas.
Antes de que pudiera decir algo, la llamada finalizó, y el gráfico del puente volvió a diluirse.
Consternado por lo que estaba ocurriendo, volví a bajar lentamente hasta sobrevolar un poco por en cima del nivel del suelo, mientras reflexionaba en todo lo que pasaba.
La sensación de alivio que experimenté al escuchar que Sam y Mich estaban a salvo fue intensa, casi abrumadora. Sin embargo, no duró mucho; el desconcierto y la preocupación pronto tomaron su lugar. ¿Por qué la Alianza X había intervenido? ¿Qué era tan importante que tuvieran que sacarnos de en medio?
Aterricé suavemente en un callejón oscuro y estrecho. Podía oír los sonidos de la ciudad a mi alrededor: el zumbido constante de los coches, las risas y los gritos de la gente en algún lugar cercano, el ladrido de un perro. Parecía un día normal, pero para mí estaba lejos de serlo. Mi mente estaba girando, llena de preguntas sin respuesta.
Me apoyé en la pared de ladrillo fría, mi respiración formando pequeñas nubes en el aire nocturno. No pude evitar sentirme como un peón en un juego mucho más grande, y eso me enfureció. Sam, Mich y yo... habíamos puesto nuestras vidas en juego, solo para que alguien más recogiera los frutos.
Enfurecido y frustrado, golpeé la pared con el puño. Mi traje absorbía la mayoría del impacto, pero aún así sentí un pequeño estremecimiento de dolor recorriendo mi brazo. Pero el dolor físico era nada comparado con la tormenta emocional que estaba experimentando.
Pasé el dorso de mi mano por mi rostro, tratando de recoger mis pensamientos. Tenía una cita con Agatha, eso no podía olvidarlo. ¿Cómo iba a explicarle todo esto? ¿Cómo podría mantenerla a salvo si ni siquiera podía mantenerme a mí mismo a salvo? ¿debía explicarle algo? O solo aparentar que soy un chico normal.
Al mirar mi reloj, eran las 4:30; desarmé mi traje, replegándolo en el reloj de muñeca que llevaba y decidí intentar esforzarme para no estropear esto, decidido, caminé a la cafetería.

La prueba de amor de turing.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ