Alianzas inesperadas

5 2 0
                                    

El ambiente seguía un poco tenso por la revelación de Mark para con nosotros. Michael lentamente recobraba la consciencia y Mark volvió a hablar.
—Son un grupo peligroso, al menos para el MIT. Muchos estudiantes que a lo largo de sus carreras se han dado cuenta de lo que hay detrás, y decidieron unirse para enfrentarlo, sí, algo así como ustedes. Son un grupo de jóvenes y que, como ustedes, quieren desentrañar lo que esconda el MIT de tras, protegiendo a los que son perseguidos.
Han tenido una guerra pasiva desde ahce un par de años, a la sombra de, como ya también se percataron, del propio gobierno. Conocen que tenemos una base, aunque no tienen claro el dónde. Se comunicaron conmigo, y realmente el plan de infiltrarnos en el sistema de ventilación fue un plan suyo para actuar y atacar a rectoría.
—¿Qué? Dijo Sam con un tono de disgusto en su voz. —¡nos pusiste a mi y a tu propio creador en peligro por una organización que no conoces! Se exaltó Sam, mirando a Mark con unos ojos de furia total.
—Relájate, Samantha. Esto es un bien mayor y yo fui programado para buscarlo. Dijo Mark, con una voz calmada y con su toque de IA que lo caracterizaba.
—No puedo creer que esto sea tan fácil para ti, pedazo de chatarra. Añadió Sam, muy molesta. —tranquila, Sam. Mark sabe lo que hace, hay que dejarlo terminar. Dije yo, posando una mano sobre el hombro de mi compañera.
Ella refunfuñó, pero no objetó nada. —Gracias, Luc. Continuaré.
El plan era que los capturaran, o que los descubrieran, así la alianza podría generar un caos lo suficientemente fuerte para parar las clases, por lo tanto, detener las investigaciones en lo que planean su siguiente movimiento. La idea era trabajar en conjunto, con ustedes, que son los únicos miembros que están como estudiantes aún en el MIT. Aunque luego de esto, no sabemos si terminarán como ellos.

Mark tenía razón, la probabilidad de que nos echaran era muy alta. ¿Qué les diría a mis padres? ¿Y si el gobierno de Estados Unidos nos busca? Quizá había que desertar…
—Ustedes al rechazar la oferta continuaron con el plan como lo tenía planeado. Vamos a seguir actuando a la vista de todos de manera independiente, a las sombras del MIT y la alianza X tratando de no ser tan incriminatorios para minimizar los riesgos de expulsión; y, sí, en resumidas cuentas, seguiremos trabajando con la alianza X de una forma indirecta.
Ahora, será mejor que descansen. Terminó Mark, mientras se daba la vuelta y salía con paso veloz de la habitación.

Una vez Mark se fue, el silencio nos envolvió por completo. Me volteé hacia Sam, que parecía estar perdida en sus pensamientos. —Sam… comencé, pero ella me cortó.
—No tienes que decir nada, Luc. Lo entiendo, solo es que... Es mucho para procesar. Su voz era tranquila, pero pude detectar la inquietud subyacente.
—Sí, es mucho. Pero si algo he aprendido en todo este tiempo, es que no podemos enfrentarlo solos. Y eso es precisamente lo que Mark nos está diciendo. Necesitamos aliados. Quizás no tenemos que confiar plenamente en la Alianza X, pero tampoco podemos darnos el lujo de descartar su ayuda tan rápidamente.
Sam asintió lentamente. —Tienes razón, Luc. Supongo que, a pesar de todo, este no es el momento para dejar que mi desconfianza controle mis decisiones.
Sonreí ante su sinceridad. —Eso es lo que admiro de ti, Sam. Siempre estás dispuesta a enfrentar tus miedos y hacer lo que sea necesario.
Ella me devolvió la sonrisa, aunque parecía un poco avergonzada. —Bueno, no siempre es fácil. Pero si vamos a sobrevivir a esto, necesitamos apoyarnos mutuamente, ¿verdad?
Asentí suavemente con la cabeza, mientras ambos miramos a Michael que se levantaba lentamente.
—Bueno… al final si iremos a beber con los de la X, ¿no? Preguntó con un tono de total somnolencia.
—Eh… dije con gesto de incredulidad. —Creo que no, Mich. Es más, creo que eso no estaba dicho en el acuerdo, según comprendí. Terminé.
Michael se rascó la cabeza, despeinando aún más su cabello ya desordenado. —Bueno, no estaría de más, ¿no? Quizás podríamos conocer más sobre ellos de esa forma. Bromeó, pero su sonrisa se desvaneció cuando vio nuestras expresiones serias.
—Lo siento, olvidé que este no es un momento para bromas. Se disculpó, su tono ahora más sobrio.
—Está bien, Mich. Sabemos que intentas aligerar el ambiente. Dijo Sam con una pequeña sonrisa. —Pero tienes razón, quizás debamos intentar acercarnos a ellos de alguna manera.
Bueno, era hora de dormir, y Mark nos lo hizo saber con su ya típica y desesperante trompetilla.
—guuuuaaaa, ¡ qué día! El gran Michi necesita un merecido descanso. Nos vemos mañana, tortolitos.
Dijo Mich mientras nos dirigía una risa pícara, y salía de la habitación.
—Bueno, te veo mañana, ¿Sam? Dije con un tono bajo. —si el MIT no me a capturado, ten por seguro que sí, Luc. Dijo ella con una leve sonrisa.
Reí, y la miré alejarse por el pasillo.

La prueba de amor de turing.Where stories live. Discover now